25 de septiembre 2024 - 00:00

Diálogos de Wall Street

Los blues de septiembre se hicieron a un lado con la baja de tasas de la FED. Y ahora se suma China, y vienen más. ¿Se adelanta el rally de fin de año, Gekko?

El analista escudado bajo el seudónimo de Gordon Gekko responde: ¿Se adelanta el rally de fin de año?

El analista escudado bajo el seudónimo de Gordon Gekko responde: ¿Se adelanta el rally de fin de año?

Periodista: Septiembre tiene mala fama. Y es época de huracanes. Pero acá reina el buen tiempo. La FED ayudó mucho con su contribución de un recorte de tasa de medio punto. Ahora China se anima a lanzar un plan de estímulo, el más grande desde la pandemia. ¿Me equivoco si pienso que una cosa trajo a la otra? ¿O esta avalancha es mera casualidad?

Gordon Gekko: La agresividad de la FED facilitó la agresividad del Banco del Pueblo. El timing de las decisiones está estrechamente relacionado. Y la causalidad va de Washington a Beijing. Las necesidades de cada uno son bien diferentes. Powell se anticipa, las autoridades chinas corren detrás de los hechos. Desde los problemas del sector inmobiliario hasta la desinflación tenaz y la anemia de la demanda interna. Todo eso se les vino encima y exige una respuesta acorde, que ahora se facilita.

P.: Que la FED haya bajado medio punto la tasa les permite a los chinos moverse en grande sin temer las consecuencias negativas sobre la estabilidad de su moneda.

G.G.: Así es. El yuan antes estaba en la picota y su suerte era un freno de mano. Pero la FED es el séptimo banco central del G10 que recorta sus tasas. No es el pionero. Suiza en marzo abrió el camino de la relajación.

P.: ¿Qué me quiere decir?

G.G.: Que con la excepción de Japón, que sube las tasas a contramano, el mundo canceló la obsesión por el control de la inflación.

P.: Aunque todavía la inflación no volvió al corral del 2%.

G.G.: No, pero los bancos centrales ya se alinearon en otra dirección. Deben completar el aterrizaje suave. La inflación desciende suavemente, y se confía en la inercia. Hay que velar porque la economía real no sufra un accidente.

P.: Unos lo necesitan más que otros.

G.G.: Tal cual. Pero la política monetaria es contagiosa. No es chauvinista, derrama sus efectos más allá de las fronteras. Hoy por ti, mañana por mi. Que la FED haya arrancado fuerte, con medio punto de baja, cuando no lo necesita, es un plus para que la economía global lubrique mejor la transición hacia un aterrizaje exitoso. Y tenga presente que están todos empujando del mismo lado. Es lo que impulsa el salto de los commodities.

P.: Wall Street se ubica en récords. El Dow Jones Industrial es una roca. El S&P 500, no tanto, pero no tiene obstáculos a la vista. Y la FED va a repetir la baja, aunque quizás no del mismo tamaño. ¿Se despejó definitivamente el horizonte? ¿Vía libre para adelantar el rally de fin de año?

G.G.: Todavía falta completar algunos trámites. La elección, por ejemplo, el 5 de noviembre. Mi impresión es que aún nos espera alguna sorpresa agazapada. Y la Bolsa avanza, pero la punta de lanza es el Dow Jones y no el S&P 500 ni el Nasdaq ni mucho menos el Russell 2000, que es la canasta de compañías pequeñas y a priori la que más se beneficia del proceso de baja de tasas.

P.: Existe un temor ahí. Por más que la FED diga que la economía goza de buena salud, ¿se cree que podría no ser así? Si asoma un atisbo de recesión, no hay baja de tasas que proteja a las small caps, como mínimo, de un sobresalto.

G.G.: La Bolsa estrenó nuevos récords sin hacer aspavientos. Como si fuera un paso natural y obvio. Entiende muy bien que las circunstancias son favorables, eso es clarísimo, pero no descarta un resbalón. Nada grave, pero desearía esquivarlo. Por eso avanza con cuidado. Sin exhibir euforia.

P.: ¿Se puede complicar la economía?

G.G.: La FED respondería con una baja de tasas a medida. De inmediato. Y que podría volver a ser de medio punto. No sería un drama duradero. Y los mercados le sacarían provecho en sus cotizaciones. Pero, ¿qué pasaría si hay un traspié con la inflación? ¿Qué hacemos si vuelve a subir?

P.: La FED se convenció de que la inflación converge a la meta de 2%, más rápido de lo que esperaba. Es lo que dijo el gobernador Waller, es lo que señalan sus nuevas proyecciones.

G.G.: Powell espera que el deflactor arroje una inflación de 2,2% los últimos doce meses a agosto.

P.: ¿Y usted piensa que no va a ser así?

G.G.: Eso está jugado y no va a diferir demasiado de lo que permite estimar la data que ya conocemos. Pero qué decir de septiembre.

P.: ¿Hay razones para esperar una inflación más alta en septiembre?

G.G.: ¿Qué tal una actividad más firme y también una inflación más entonada? Las dos cosas juntas es el escenario más corrosivo en el corto plazo. No hay problemas a más largo plazo, pero creo que la Bolsa es sensible a la posibilidad de una coyuntura así. Después de todo es lo que insinúa la data que recogen los informes PMI con información tomada entre el 12 y el 20 de septiembre. Allí surge nítido una aceleración de las presiones inflacionarias a su nivel más robusto desde marzo. ¿Lo veremos en septiembre? ¿O en octubre? ¿O se disipará antes? Esa es la pregunta del millón. Los futuros descuentan demasiadas bajas de tasas demasiado pronto si estas señales incipientes se confirman.

Dejá tu comentario

Te puede interesar