Periodista: Noviembre fue una fiesta en Wall Street. El S&P 500 voló casi 6%. El Dow Jones, cerca de 8%. Las small caps, 11%. Y diciembre arrancó firme con el pie derecho. ¿A los inversores se les subió la euforia a la cabeza? ¿O se podrá repetir como broche del año una función tan impresionante?
Diálogos de Wall Street: ¿qué se trae la Fed entre manos? ¿Y la Bolsa?
¿Podrá bajar las tasas con Trump amenazando a todos los países con aumentos de aranceles, Gekko? ¿Repetirá Wall Street la gran faena de noviembre?
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Gordon Gekko: Diría que sí a las dos. Hay demasiada espuma, es evidente. Y no debería sorprender que descreme. Es el peligro más cercano a la vista. Pero, aun así, diciembre puede terminar repitiendo una función sobresaliente como la del mes pasado. El último escollo a sortear era la elección. Después de Acción de Gracias, la estacionalidad nos impulsa más fuerte todavía.
P.: Y la elección se resolvió con limpieza, sin ninguna trifulca. Trump, la barrida republicana y los aranceles no le quitan el sueño a la Bolsa.
G.G.: Tampoco a la Fed. Dato clave. En dos semanas tenemos la última reunión del año, y el mensaje es que Powell y su gente no van a prejuzgar lo que hará el presidente electo.
P.: Diga lo que diga Trump, entonces, ¿debemos esperar otro recorte de tasas el 18?
G.G.: Pienso que sí. El lunes habló un halcón, el gobernador Chris Waller. Dijo que está inclinado a recomendar una baja de un cuarto de punto.
P.: No es usual que un halcón, o, mejor dicho, un ex halcón, sea tan explícito. Es más común que prefiera alentar las dudas.
G.G.: Como John Williams, Raphael Bostic, Adriana Kugler o Mary Daly quienes también hicieron declaraciones, y evitaron pronunciarse. Reconocen que habrá más bajas de tasas, pero puede ser más adelante.
P.: ¿Por qué, de repente, habla tanta gente junta de la Fed?
G.G.: Porque el sábado se apagan los micrófonos. Y rige el silencio de radio oficial hasta que se publique el comunicado con la decisión tomada.
P.: Los mercados ven venir el recorte. Hasta hace diez días parecía una definición reñida. Ahora le asignan 72% de probabilidades.
G.G.: No exageran. Aunque la data tendrá, como siempre, la última palabra. El informe de empleo, la inflación de noviembre. Hay muchos interrogantes a develar.
P.: Pienso en la inflación núcleo de los tres últimos meses que se resistió claramente a seguir bajando. Si no es que aceleró el paso.
G.G.: Si ese patrón de atasco empeora, o incluso si se repite, clavará una espina molesta. Y no va a haber a quién preguntarle qué les parece.
P.: ¿Por qué?
G.G.: Tocará durante el período de embargo de las opiniones oficiales. Los mercados tendrán que orientarse por sí solos.
P.: ¿Cómo reaccionará la Bolsa?
G.G.: Ahí se puede cortar la euforia, por ejemplo. Tranquilamente.
P.: ¿Piensa que la Fed no querrá correr riesgos?
G.G.: En caso de errar, prefiero pecar por ser más restrictivo, acaba de señalar Bostic.
P.: No es tan cantado entonces que la Fed vaya a reiterar el recorte de tasas…
G.G.: Si la data le aconseja hacer otra cosa, no habrá reducción. Con la información que tenemos hasta el presente, sí.
P.: ¿Cómo lo sabe?
G.G.: Es el libreto que están ejecutando. Así lo explica Waller, la política monetaria es tan restrictiva que pueden bajar la tasa un cuarto de punto y seguir apretando el cinturón. Mírelo desde otro ángulo, desde el punto de vista de las condiciones financieras. La Fed aflojó sus tasas, pero las tasas largas subieron.
P.: Lo mismo pasó con el dólar en el mundo.
G.G.: Tal cual.
P.: La novedad, desde que Trump designó a Scott Bessent al frente del Tesoro, es que finalmente las tasas largas y el dólar también se relajaron. ¿Importa tanto el perfil de Bessent? Trump sigue amenazando con aplicar aranceles a cuanto país se le cruza por la cabeza. ¿Acaso no es Trump el que manda?
G.G.: La gente se pregunta, ¿dónde aterrizó Robert Lighthizer? ¿Dónde están los talibanes de la guerra comercial? Peter Navarro es un completo desaparecido. En cambio, el secretario de Comercio es un CEO de Wall Street. Bessent es otro. Los financistas no buscan que las tasas suban ni un dólar que se fortalezca más. Quieren que la Fed pueda bajar las tasas, no forzarla a desistir.
P.: ¿Pero le avisaron a Trump?
G.G.: El que manda es Trump. La extorsión con los aranceles ocupará el centro de la escena. Bessent estará de acuerdo. Ya nos dijo que Alexander Hamilton, en el siglo XIX, era un campeón de los aranceles y que hay que imitarlo. Vamos a tener un zafarrancho de combate. Y tal vez, flor de susto. Pero la idea es que los financistas buscarán negociar rápido. En vez de aplicar más aranceles y propiciar un dólar fuerte, todo lo contrario. Lo que le venden a Trump es que apunte a un dólar más débil, negociado a cambio de moderar el apriete con los aranceles. Con tasas más bajas, desregulación, quizás alguna consolidación fiscal gracias a Elon Musk, abundante energía barata, será más viable pensar en un renacimiento industrial como pretende. Veremos. Eso sí, no lo sabremos antes que asuma a fin de enero.
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