14 de febrero 2025 - 20:14

¿Dólar atrasado o peso fuerte?: qué hay detrás del actual nivel del tipo de cambio

La apreciación del peso, que ya supera el 50% desde diciembre de 2023, genera debate entre quienes advierten sobre un posible atraso cambiario y los que defienden la estrategia oficial de mantener un dólar controlado.

Un informe del Grupo IEB analiza si Argentina tiene un dólar atrasado o, en realidad, un peso fuerte.

Un informe del Grupo IEB analiza si Argentina tiene un dólar atrasado o, en realidad, un peso fuerte.

La polémica, en sí, se reavivó tras una reciente columna de opinión del presidente Javier Milei, en la que descartó cualquier ajuste abrupto del tipo de cambio y reafirmó que “el peso fuerte llegó para quedarse”.

Es ese sentido, un informe del Grupo IEB analiza si Argentina tiene un dólar atrasado o, en realidad, un peso fuerte. Más allá de las críticas, en IEB creen que no hay señales contundentes de que el dólar oficial esté retrasado en términos reales. “Un tipo de cambio no competitivo es aquel que impide la acumulación de reservas, y hasta ahora el BCRA sigue comprando divisas”, señalan. En lo que va del año, la autoridad monetaria sumó u$s2.574 millones en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), principalmente gracias al blanqueo y al financiamiento en dólares al sector privado, que por normativa debe liquidarse al tipo de cambio oficial.

Sin embargo, el otro lado del balance muestra que las reservas netas siguen en rojo y la recuperación del stock de divisas del Central no logra consolidarse. Desde enero, las reservas brutas vienen cayendo, en gran parte por pagos a organismos internacionales y la liberación de importaciones. Por en ende, ña salida del cepo, un objetivo central del Gobierno, dependerá en gran medida de cómo evolucione esta variable, advierten desde IEB.

Inflación en baja y superávit fiscal, los pilares del modelo de Milei-Caputo

A pesar de la presión del mercado sobre el tipo de cambio, el Gobierno confía en la solidez del esquema actual. En IEB consideran que el programa económico sigue su curso sin sobresaltos: la inflación viene desacelerándose y el superávit fiscal se consolida como ancla clave de la estabilidad macroeconómica.

En enero, el IPC marcó una suba del 2,2%, el registro más bajo desde julio de 2020, mientras que la inflación núcleo -que excluye precios regulados y estacionales- fue del 2,4%. En términos interanuales, la variación del índice se redujo al 84,5%, el menor nivel en más de dos años. "El 'crawling peg' más bajo y la apertura de importaciones fueron herramientas clave para este resultado", explican desde IEB.

En paralelo, el frente fiscal sigue mostrando números positivos. En el primer mes del año, el Gobierno logró un superávit primario de $3,68 billones, lo que refuerza su estrategia de reducir la emisión monetaria y evitar presiones sobre el dólar. "El ancla fiscal sigue firme. Con un gasto ajustado en términos reales y sin emisión para financiar déficit, el peso se fortalece de manera estructural", señala el informe.

Reservas y FMI: las variables que definirán el rumbo

El gran desafío del equipo económico es lograr que la estabilidad cambiaria no se traduzca en una caída de las reservas. Según datos del BCRA, las intervenciones en los dólares financieros alcanzaron USD 700 millones en el último mes, con el objetivo de contener la brecha cambiaria y evitar sobresaltos en el mercado. En el MULC, la compra de divisas sigue firme, pero el stock de reservas no logra recuperarse.

Con este panorama, el próximo paso clave será el acuerdo con el FMI. El Gobierno espera cerrar en breve una nueva negociación con el organismo, que incluiría financiamiento adicional para reforzar las reservas del Central. “Solo falta el moño”, dijo recientemente el Presidente, dejando entrever que la negociación está en su tramo final.

Desde IEB advierten que el mercado sigue atento a los detalles del acuerdo, especialmente en lo que refiere a las condiciones que podría exigir el FMI en materia cambiaria. Aunque el oficialismo ya dejó en claro que no contempla una devaluación discreta ni una salida automática del cepo, el monitoreo sobre las reservas será clave en los próximos meses.

¿Hay margen para sostener el esquema?

El Gobierno apuesta a un esquema de tipo de cambio estable, tasas de interés a la baja y crecimiento en la demanda de pesos. En IEB aseguran que hay fundamentos para sostener la apreciación del peso en el corto plazo, pero advierten que el equilibrio sigue dependiendo de la dinámica de reservas.

“El superávit fiscal, la emisión controlada y la baja de tasas juegan a favor de la estrategia oficial, pero la recuperación de reservas sigue siendo la gran incógnita. Todo dependerá del flujo de dólares que ingresen por el acuerdo con el FMI, el RIGI y el sector energético”, enfatiza el informe.

Mientras tanto, el mercado sigue de cerca cada señal del BCRA, con un ojo puesto en la política cambiaria y otro en la acumulación de reservas, en un contexto donde la estabilidad sigue siendo la prioridad del Ejecutivo.

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