Con una inflación mensual desacelerada al 2,4%, el Gobierno está considerando una baja en la tasa de devaluación del peso, conocida como crawling peg, del actual 2% al 1%. Este movimiento, aunque diseñado para moderar aún más la inflación, podría tener efectos secundarios complejos en sectores clave de la economía, como los exportadores y productores, que ya enfrentan márgenes ajustados debido al encarecimiento de los costos en dólares.
Dólar: Miguel Kiguel advirtió sobre los pros y contras de desacelerar el crawling peg
El Gobierno evalúa reducir el ritmo de devaluación al 1% mensual. Para el economista surgen alertas sobre los riesgos del atraso cambiario.
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El desafío del crawling peg reducido
Según explicó el economista Miguel Kiguel en declaraciones recientes, el intento de reducir el ritmo de devaluación oficial plantea un delicado equilibrio para el Gobierno. "Cuando el dólar se devalúa al 1% y la inflación es del 2,5%, Argentina se vuelve más cara en dólares, lo que dificulta la competitividad de los productos locales", señaló Kiguel.
Esta situación, conocida como "atraso cambiario", ha sido históricamente un factor de vulnerabilidad para la economía argentina, ya que puede derivar en una corrección abrupta devaluatoria. "Sabemos que estos atrasos terminan corrigiéndose con un salto del tipo de cambio, y esto ocurre en cualquier economía del mundo", advirtió el director de Econviews.
Impacto en los exportadores y riesgos para el sector productivo
La reducción del crawling peg podría intensificar las dificultades de los sectores exportadores. Al disminuir la competitividad de los productos argentinos en los mercados internacionales, las empresas verían mermados sus ingresos, lo que generaría presión sobre el Gobierno para compensar las pérdidas mediante subsidios o asistencia financiera. Sin embargo, Kiguel remarcó que este tipo de ajustes lleva tiempo y requiere estrategias cuidadosamente planificadas.
La estrategia detrás de la medida
El Gobierno considera que una menor tasa de devaluación oficial ayudará a moderar la inflación. Según Kiguel, "si el dólar sube al 2% mensual, eso establece un piso para la inflación, ya que los productos importados ajustan sus precios en línea con el tipo de cambio. Reducir el crawling peg al 1% podría ayudar a evitar que este efecto se traduzca en aumentos generalizados".
Aunque el plan parece razonable en términos de control inflacionario, no está exento de riesgos. El economista sugirió que una reducción demasiado agresiva del crawling peg podría llevar al Gobierno a un escenario en el que tendría que responder a un aumento descontrolado del tipo de cambio en el futuro cercano.
El dólar blue: rebote controlado
En cuanto al dólar paralelo, Kiguel explicó que el reciente repunte del blue, luego de semanas de baja, no es motivo de alarma. "El dólar había caído demasiado y ahora está rebotando un poco. Esto es normal en un mercado libre, especialmente considerando que en países vecinos como Brasil, Uruguay y Chile, el dólar también había subido", detalló.
Este ajuste, según Kiguel, representa una normalización del tipo de cambio en el contexto regional, más que una señal de volatilidad inminente.
Perspectivas económicas: luces y sombras
Por último, Kiguel ofreció un análisis sobre la economía general. "La recuperación de la que habla el Gobierno es real, pero viene después de una caída significativa. Seguimos estando por debajo de los niveles de hace un año", señaló.
En el caso de los salarios, Kiguel destacó una leve mejora en términos reales en comparación con los niveles recientes de inflación, aunque aclaró que, en promedio, los ingresos están entre un 5% y un 7% por debajo de 2023. Los trabajadores informales enfrentan aún más dificultades debido a la falta de representación sindical que respalde sus demandas.
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