El Banco Central (BCRA) acumula diez jornadas consecutivas de ventas netas en el mercado de cambios. Solo el último viernes se desprendió de u$s192 millones, y desde el 14 de marzo el saldo negativo asciende a u$s1.640 millones. Este deterioro de la posición cambiaria refleja un cambio en las expectativas del mercado, que revirtió la tendencia compradora que predominó hasta hace dos semanas y ha convertido al BCRA en un neto vendedor.
Dólar bajo presión: el acuerdo con el FMI no calmó al mercado y la incertidumbre cambiaria se profundiza
El Banco Central enfrenta un mercado que ya no responde a los anuncios oficiales. La negociación con el FMI no logra frenar la dolarización preventiva, mientras exportadores retienen liquidaciones y los importadores aceleran coberturas. La volatilidad seguirá marcando el ritmo en las próximas semanas.
-
Mercados: tras fuerte suba del dólar blue y los financieros, ¿cómo arrancan abril?
-
Director del BCRA habló de la suba del dólar: "Es un escenario de volatilidad, no de corrida"
La combinación de una menor oferta de dólares por parte de los exportadores y una mayor demanda debido al cierre de exposiciones cambiarias generó un desbalance que el BCRA ha debido compensar con ventas diarias.
La incertidumbre sobre la continuidad de la política cambiaria del Gobierno ha sido un factor clave en esta dinámica. En el marco de las negociaciones por un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la administración ha dejado entrever que podría modificar su estrategia cambiaria, una de las principales anclas de su programa económico desde diciembre de 2023. Hasta ahora, el esquema consistía en un crawling peg que inicialmente se fijó en 2% mensual, luego se redujo a 1% y estaba proyectado para converger a 0% en la medida en que la inflación descendiera y se lograran las condiciones para una eventual eliminación del cepo cambiario.
Sin embargo, la posibilidad de un cambio en las reglas del juego generó una ola de cobertura en el mercado. Importadores que habían conseguido financiamiento para diferir pagos y aprovechar tasas de interés atractivas en pesos comenzaron a cerrar esas operaciones. A su vez, los exportadores optaron por financiarse en dólares a tasas más convenientes que en moneda local, incentivando estrategias de carry trade que potenciaban el flujo de divisas hacia el BCRA. Pero en el actual escenario de incertidumbre, esos mismos exportadores han reducido el ritmo de liquidación de divisas a la espera de un mejor tipo de cambio.
La combinación de una menor oferta de dólares por parte de los exportadores y una mayor demanda debido al cierre de exposiciones cambiarias generó un desbalance que el BCRA ha debido compensar con ventas diarias. Con reservas netas negativas en torno a u$s11.000 millones, el nivel de venta actual –de entre u$s100 y u$s150 millones por jornada– no es sostenible a largo plazo. Cada dólar que vende el BCRA es un dólar que no tiene, lo que refuerza la percepción de fragilidad del esquema cambiario.
Para intentar cambiar las expectativas, el Gobierno y el FMI comunicaron la cifra del acuerdo en negociación: u$s20.000 millones. Sin embargo, este anuncio no logró revertir la tendencia en el mercado. La falta de claridad sobre si se trata de fondos adicionales a los vencimientos de los próximos cuatro años y la modalidad de desembolsos generaron más dudas que certezas. Finalmente, fue el propio FMI quien aclaró que se trata del total del programa y que será desembolsado en tramos, siguiendo su práctica habitual. La confusión inicial, lejos de calmar los ánimos, reforzó la incertidumbre sobre la capacidad del Gobierno para gestionar la crisis cambiaria.
El deterioro de las reservas también plantea riesgos adicionales. Si bien el crecimiento de los depósitos en dólares del sector privado fue notable en 2024 –impulsado por el blanqueo–, desde ese momento se observa un goteo de salida. Los depósitos en moneda extranjera pasaron de u$s34.600 millones al cierre del blanqueo a u$s29.500 millones en la actualidad. Una aceleración de esta dinámica podría complicar aún más la situación del BCRA y afectar la estabilidad financiera.
A pesar del actual proceso de dolarización preventiva, la demora en la liquidación de divisas por parte de los exportadores es transitoria. La necesidad de cumplir contratos y el incentivo de la reducción de retenciones vigente hasta el 30 de junio sugieren que, en algún momento, esos dólares ingresarán al mercado. Del mismo modo, la capacidad de pago de los importadores también tiene un límite, ya sea por la naturaleza de sus compromisos o por la disponibilidad de pesos.
Sin embargo, la gran incógnita sigue siendo si el BCRA cuenta con los dólares suficientes para sostener el esquema actual hasta ese momento. Incluso en un escenario optimista, en el que el FMI desembolse entre u$s6.000 y u$s10.000 millones en un primer tramo, los fondos no llegarán antes de tres semanas. En este contexto, la volatilidad se mantendrá alta y la incertidumbre seguirá dominando la escena financiera en el corto plazo.
Economista
- Temas
- Dólar
- BCRA
- reservas del BCRA
Dejá tu comentario