Es habitual ver en Internet ofertas de ejemplares de billetes especiales por los que los coleccionistas numismáticos están dispuestos a pagar grandes sumas de dinero, incluso por algunos que ya no están en circulación. Tal como explica a Ámbito Horacio Mandel, del Centro Numismático Buenos Aires, “el precio de una moneda depende de su rareza, su buen estado de conservación, la demanda para adquirirla y, por supuesto, del momento económico del país”.
El enigma de los billetes viejos y raros: paso a paso de la impresión y su valor en mercados no tradicionales
Se ofrecen en línea muchas oportunidades de obtener grandes sumas de dinero por ejemplares con fallas o extraños. ¿Qué es lo que los hace tan valiosos y cuáles son los más costosos?
-
¿Nueva fuente de dólares?: Argentina pasará de importar a exportar billetes al mundo
-
Billetes: pese a la mayor digitalización y al debate dolarizador son cada vez más seguros ¿por qué?
Y es que encontrar billetes con errores de impresión o de corte es muy raro. “Es extraño que, desde Casa de Moneda lleguen al Banco Central (BCRA) para liberarlos a la circulación”, advierte Mandel. E incluso señala que, si se da eso, luego, los tesoreros de los bancos a los que fueron enviados realizan un tercer control y las máquinas cajeros automáticos ejercen un cuarto chequeo. “Por lo tanto, la cantidad de ejemplares con errores es muy escueta”, apunta.
Sucede que el camino de emisión de un billete tiene varios pasos, que van desde el diseño, pasando por la impresión (que tiene varias etapas y un especial cuidado de las medidas de seguridad y tintas especiales) hasta la terminación, el corte y la impresión de los números de serie de cada uno.
Asimismo, antes de ingresar a imprenta, se arma el diseño, se hacen pruebas de tintas y se activa la producción. Es un período de unos cuatro meses que toma todo ese trabajo, pero hay una capa de la producción que atraviesa todos esos pasos y es la de control de calidad. Es transversal a todas las etapas.
Todo eso se realiza en Casa de Moneda Argentina (CMA) en cumplimiento de los contratos firmados con el Banco Central (BCRA) y es en el estadio de impresión en el que más presente está el control de calidad.
Billetes: así es el proceso de emisión
El papel moneda entra en blanco, con el hilo de seguridad y código de agua. El primer proceso de impresión es el código de barras y numerado. Todas las hojas están codificadas. Eso garantiza la trazabilidad del papel moneda. Luego, se estampa el fondo y se les van agregando las distintas capas de diseño. Todo esto se hace en planchas de 50 billetes cada una, que al final serán recortados.
Asimismo, se va haciendo un registro simultáneo del proceso de impresión. De hecho, CMA implementó en noviembre del año pasado un sistema de trazabilidad que permite detectar errores de impresión y corregirlos en el momento, en tiempo real.
Se trata de un sistema de escaneo para control de calidad que, de alguna manera, le va enseñando a las máquinas cuál es el trabajo óptimo. Asimismo, hay un chequeo realizado por personas especializadas que, cada cierta cantidad de planchas, escanean la impresión y van corrigiendo posibles errores hacia adelante.
“Si bien hay ciertas tolerancias, el proceso de impresión es muy exacto y debe ser muy preciso”, informa una fuente experta. Eso, explica, hace que los billetes con errores sean muy pocos y pueda haber diferencias casi imperceptibles en el color de fondo, por ejemplo, de alguna partida.
Por qué valen más los billetes raros
“Por eso se suele pagar más por aquellos que tienen alguna diferencia, por pequeña que sea, porque es poco frecuente”, indica. Y es que, además del control constante en el proceso, luego, pasan a una etapa de corte y una máquina especial revisa billete por billete
Es un sistema de control digital que procesa decenas de por segundo al que van aquellos que pueden presentar cierto margen de error y, automáticamente, destruye aquellos que no cumplen con el estándar.
Alrededor de un 10% del 35% del total impreso se destruye en esta máquina que escanea los ejemplares dudosos respecto de las exigencias que establece el BCRA y las normas de calidad internacionales.
Todo ese proceso hace que sean muy extraños los casos de billetes “raros” y valiosos que llegan a manos de las personas comunes. “Los numismáticos comerciantes o quienes los encuentran pero no los coleccionan piden barbaridades por ellos. Pero eso no significa que por esos precios se termine vendiendo”, aclara Mandel. Todo depende de lo que se acuerde en la negociación.
Cuáles son los ejemplares más valiosos y dónde se pueden ver
Asimismo menciona que las piezas numismáticas más valiosas son hoy las macuquinas de oro (el antecedente de las monedas), las de busto y las primeras monedas patrias, de 8,4,2 y 1 escudos. Todas ellas son en el metal más preciado del mundo, al igual que el patacón de oro y el medio argentino. También son muy codiciados los ensayos monetarios y toda aquella moneda que se acuñó en muy poca cantidad.
Respecto de los billetes, destaca como piezas apreciadas “los primeros que fueron impresos, como los Banco Nacional, los Macro de la Caja de Conversión, los de los Bancos Garantidos, los de las provincias y algunos más de tiradas cortas”.
“Estos ejemplos son piezas del territorio argentino, desde el Virreinato hasta la actualidad”, señala. Y, para aquellos curiosos que quieran verlos en persona detalla que la mayoría de estas piezas se puede apreciar en los museos del Banco Central (BCRA), de la Casa de Moneda Argentina, del Banco Provincia, del Banco Nación y del Banco Ciudad de Buenos Aires. Todos esos espacios tienen muestras numismáticas permanentes con este tipo de tesoros en su haber.
- Temas
- Billetes
- BCRA
- Casa de Moneda
- billete
Dejá tu comentario