Nada ha sido igual en el pasado reciente, ni lo será probablemente en un futuro cercano. El año 2024 será recordado, sin más, como extraordinario, en términos de rentabilidad para los activos argentinos.
En qué invertir en 2025: las claves de lo que viene en el mercado local y las oportunidades que anticipan los gurúes
Tras un casi consumado 2024, que será recordado como extraordinario, en términos de rentabilidad para los activos argentinos, el mercado ya mira el 2025, para empezar a ajustar las carteras. Las variables clave a tener en cuenta, y los instrumentos que recomiendan los analistas de la city.
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Es que, solo por arrojar algunas cifras, los precios de las acciones llegaron hasta cuadruplicarse en la bolsa porteña (subas de hasta casi 300%), los ADRs escalaron en Wall Street hasta un 242% en dólares (superando el ascenso anual del 138% de Bitcoin), el S&P Merval medido en moneda dura saltó 115% y superó los 2.000 puntos (récord nominal), mientras que los bonos en dólares más que duplicaron sus valores hasta alcanzar niveles inéditos, lo que llevó al riesgo país a derrumbarse un 60%, desde los 1.907 de fines de 2023, hasta los los 769 actuales.
También las estrategias de "carry trade" permitieron conseguir rendimientos de casi 50% en dólares (medido con la tasa Badlar), ante un súper peso argentino, coronado como la moneda más apreciada del mundo (trepó más de 40%) en 2024, un hecho que, al mismo tiempo, enciende algunas alarmas en el mercado por sus efectos sobre el nivel de competitividad de las exportaciones argentinas (pero ello quedará para otro debate).
A tal punto sobresalen estos guarismos, que el actual “bull market” del mercado argentino va camino a convertirse en el segundo más grande de su historia, con una continuidad de 51 meses, período en el que el S&P Merval logró una ganancia de 645% en dólares (desde los 275 puntos en septiembre de 2020, hasta los casi 2.050 actuales). Hasta el momento, el más importante boom bursátil fue el que se inició con la reestatización de YPF (junio 2012), y se extendió por 66 meses hasta principios de 2018 (tocó el récord histórico 2.254 puntos a precios de hoy), mientras que, el segundo más relevante fue el que se registró post hiperinflación de 1989, con una duración de 52 meses y un retorno de 1.250% en dólares (con un máximo de 2.000 puntos a precios de hoy), según cifras del economista Fernando Marull.
Si se mide la performance desde que se conoció el resultado de la segunda vuelta electoral en noviembre del año pasado a la fecha, el S&P Merval acumula un salto del 176% en dólares, lo que trajo aparejado un incremento en la capitalización bursátil de alrededor de u$s82.000 millones, de acuerdo a cálculos de Grupo IEB. En ese mismo lapso, la deuda soberana Hard Dollar aumentó su valor en un 152% con el stock de bonos a valor de mercado, alcanzando los u$s44.000 millones. Así, el efecto total derivado del incremento en el valor de los activos argentinos, tanto de renta variable como de renta fija, se alcanzaría entonces a u$s236.000 millones (se suman otros u$s96.479 millones de revalorización de los soberanos en pesos, u$s13.055 millones de los Bopreales), con lo cual este “efecto riqueza” total bursátil representaría aproximadamente un 43% del PBI, según Grupo IEB.
Las razones detrás del súper rally argentino
Entre los sucesos que explican este notable rally aparecen, fundamentalmente, el ancla fiscal, reflejada en 10 meses consecutivos de superávit primario (1,8% del PBI hasta octubre, junto con un superávit financiero del 0,5% del PBI), un hecho inédito en los últimos 15 años. La motosierra que se aplicó sobre el gasto público ha sido inédita: las erogaciones se contrajeron casi 30% en términos reales en 2024 hasta octubre, con un par de datos que sorprendieron al mercado, analistas y al círculo rojo: no solo no provocó un colapso social (más allá de la disparada de los niveles de pobreza en el primer semestre), sino que el presidente Javier Milei mantiene un alto apoyo de la opinión pública a un año de su asunción.
Junto con el ancla monetaria (cierre de diversas “canillas” de emisión, y traspaso de la deuda del BCRA al Tesoro) y cambiaria (crawling del 2% mensual, otra sorpresa si se repasan proyecciones y cotizaciones de dólar futuro de principios de año), posibilitó una drástica desaceleración de la tasa de inflación -que pasó del 25,5% mensual de diciembre de 2023, al 2,7% de octubre pasado, ayudada también por la marcada recesión de la actividad económica, y casi desaparición de la brecha cambiaria, ajustándose de arriba hacia abajo (pasó del 62% en julio, a menos del 4% actualmente).
No debe soslayarse en el envión de los últimos meses de los activos argentinos, el “viento de cola” externo (baja de tasas de la Fed, y el mejor año en la historia de Wall Street en décadas en términos de rendimientos: S&P500 sube casi 27%) y el exitoso blanqueo de capitales (ingresaron más de u$s20.000 millones al sistema), lo que impulsó los depósitos privados en dólares hasta tocar el 31 de octubre pasado los u$s34.589 millones (suba de casi u$s16.000 desde mediados de agosto), un nivel récord desde el 2001 (previo al corralito). Esto, a su vez, apuntaló la oferta de los créditos en dólares, y la colocación de ONs, situación que aprovechó el Banco Central para comprar dólares en momentos de baja estacionalidad de la liquidación del agro. Otros drivers: mejora de la calificación crediticia de la deuda soberana de CC a CCC, por parte de Fitch; y expectativa de nuevo acuerdo con FMI, con la posibilidad de “dinero fresco”.
Las claves de lo que viene en 2025 para el mercado local
Ahora bien, el 2025 se proyecta como un año decisivo para los activos argentinos, en un contexto de reformas estructurales, consolidación macroeconómica y desafíos globales. Analistas destacan a sectores clave como energía, banca y real estate, mientras subrayan la importancia de una adecuada diversificación frente a los riesgos políticos y externos. Ignacio Sniechowski, Head of Research de Grupo IEB, anticipa un crecimiento económico del 4% al 5%, respaldado por "superávit fiscal, baja inflación, desregulación y buena gestión política". Además, proyecta que “un retorno del 25% en dólares es perfectamente alcanzable”, con un S&P Merval en valores de entre 2.500 y 3.000 puntos.
Por su parte, Rodrigo Benítez, economista jefe de MEGAQM, señala que “el 2025 será un año de consolidación del proceso de desinflación, con estabilización de variables financieras”. Agrega que “el mercado espera una desaceleración del crawling peg, lo que daría margen para recortes adicionales en las tasas de interés”. Para Martín Sánchez Bazán, Director de Individuos en Balanz, “el 2025 seguirá siendo positivo para los activos argentinos”, destacando que “el riesgo país podría seguir su senda bajista, acercándose a los niveles mínimos de la administración Macri, entre 450 y 500 puntos básicos”.
En tanto, Pedro Siaba Serrate, Head of Research & Strategy de PPI, enfatiza que las elecciones legislativas 2025 serán clave: “Será fundamental cómo se llegue en términos de inflación, recuperación económica y salario real para obtener un buen resultado”. A su vez, Fermín Ezequiel López, Portfolio Manager de Cocos Capital, advierte que “puede seguir siendo un año virtuoso para los activos argentinos en general, siempre que se mantenga el ordenamiento macroeconómico actual”. Finalmente, Flavio Castro, de Criteria Asset Management, destaca que el programa antiinflacionario está consolidando su credibilidad: “Promueve expectativas de menor inflación y abre camino a una recuperación económica. Esto proyecta un impacto positivo en activos locales, especialmente en la deuda soberana en dólares”.
Contexto internacional 2025: ¿"Viento de cola" o "viento de frente"?
El escenario internacional, marcado por las expectativas de baja de tasas de la Fed, representa un viento de cola para la deuda de mercados emergentes, aunque persisten riesgos derivados de conflictos como los de Ucrania y Gaza, creen los expertos. En este contexto, Sánchez Bazán, de Balanz, recomienda “carteras balanceadas para reducir la volatilidad y mantener una posición en renta fija que permita anclar tasas a largo plazo, maximizando rentabilidad futura”. Además, destaca que “el balanceo y diversificación son fundamentales, dado el impacto potencial de disputas comerciales generadas por las reformas tarifarias de Donald Trump”.
A su turno, Siaba Serrate, de PPI, señala que el triunfo de Trump ya había sido descontado por el mercado de bonos desde septiembre, observándose subas en los rendimientos de los treasuries ante la expectativa de un mayor déficit fiscal. “Jerome Powell, presidente de la Fed, aclaró que no hay apuro en extender el recorte de tasas, marcando la cancha frente al posible impacto inflacionario del plan económico de Trump”, alerta Siaba Serrate.
Por su lado, Castro, de Criteria Asset Management, recalca que la afinidad política entre el presidente argentino y Trump podría facilitar negociaciones con el FMI, aunque aclara que “las mejoras recientes son más atribuibles a factores internos”. Añade que la agenda económica de Trump, con tasas más altas y un dólar fortalecido, "podría presionar a los precios de materias primas clave para Argentina, en un escenario ya complicado por la debilidad de China". Ante estos desafíos, los analistas coinciden en que mantener una disciplina fiscal y avanzar en reformas estructurales será crucial para respaldar la sostenibilidad cambiaria y aprovechar oportunidades en un contexto de fundamentos macroeconómicos más sólidos.
Carrera entre dólar, inflación y tasa: ¿cuál ganará en 2025?
De acuerdo al último Relevamiento de Expectativas (REM) del Banco Central, la tasa (Badlar de 35,84% TNA en diciembre) le ganará a la inflación (29,5%) y al dólar (20,37%) en los próximos 12 meses. “El escenario que esperamos apunta a la consolidación de tasas de interés que le ganan a la inflación y al tipo de cambio, algo que en los años recientes ha sido muy poco común”, dice Rodrigo Benítez, de MegaQM. “En una Argentina de inflación controlada, con un tipo de cambio estable, y con la tasa real positiva en pesos, entendemos que hacer renta con tasa es una buena opción, aunque siempre aplicando el principio de diversificación para complementar estrategias en pesos para corto-mediano, y dólar mediano-largo plazo. En tasas también se puede complementar entre renta fija y CER”, expresa Sánchez Bazán, de Balanz.
Coincide con sus colegas Siaba Serrate: “Las tasas de interés en pesos podrán ganarle la carrera a la inflación y la evolución del dólar”. Sin embargo, no cree que haya “una evolución lineal, y, mucho menos sin asumir algo de riesgo de duration dentro de los instrumentos en pesos”. Castro, de Criteria, espera que “a medida que el programa se consolide y se refleje en el precio de los activos, bajo el ancla tanto fiscal como cambiaria y monetaria, la tasa de interés, aunque continúe disminuyendo nominalmente por menores expectativas de inflación, ofrecerá un premio en términos reales. Cuando esto se incorpora en las expectativas de los agentes, ante el aumento de la confianza, además el peso se fortalecerá aún más”.
En qué invertir en 2025: Fondos Comunes de Inversión (FCI)
En el “Mundo Pesos”, Benítez, de MEGAQM, observa que los productos tradicionales de cash management “se irán complementando con alternativas un poco más largas, buscando maximizar los rendimientos”. En rigor, cree que “los escenarios más estables invitan a estirar plazos. Por eso vemos el manejo de la liquidez de corto a través de un mix de fondos de money market (MegaQM Pesos) con fondos de Lecaps que paguen en el día (MegaQM Balanceado)”. Si la disponibilidad de tiempo ya es mayor, “vemos a varios inversores buscando alargar sus carteras incorporando fondos de tasa fija con vencimiento en el segundo semestre de 2025 (MegaQM Ahorro – Fondo de T+1). E inclusive vemos flujo yendo hacia la categoría CER, dado que puedan ir apareciendo oportunidades interesantes para sumar activos a las carteras con rendimientos reales (CER + 8%). En ese caso priorizamos los activos de fines de 2026 y 2027 (MegaQM Retorno Absoluto)”. Ahora bien, en el “Mundo Dólar”, Benítez contempla una dinámica diferente. “Esperamos mucho flujo, no sólo por los fondos que quedaron del blanqueo, sino porque vemos más interés en darle rendimiento a los depósitos en dólares que están a una tasa muy baja”. El analista cree que “los productos con mayor demanda van a ser los Money Market (MegaQM liquidez Dólar)” y adelanta el lanzamiento de una nueva clase de fondo pensada para resolver esa necesidad: “Estamos impulsando el fondo MegaQM Renta Global. Tendrá el foco en activos de entre 0,5 y 0,9 de duration, asegurando altos niveles de liquidez. Va a invertir en ONs cortas de buen perfil de riesgo y se va a complementar con plazos fijos, algunos pagarés de empresas de empresas de primera línea y Bopreales. Apuntamos a un rendimiento de entre 3,5% y 4% anual”.
En las familias de FCI siempre hay oportunidades, tanto los de pesos, dólares MEP o los de dólar cable, ya que la gestión activa sumada a la liquidez diaria es un valor importante, explica Sánchez Bazán. Así, desde Balanz, ponderan los fondos de Lecaps (BalanzPerformance II), Money Market o Ahorro en Pesos para administrar el cash management, así como el Fondo Equity Selection con selección de acciones para renta variable, y los fondos de deuda soberana o de ONs, como el Fondo Balanz Performance III.
López, de Cocos Capital, analiza que “los mejores FCI serán los que logren superar su benchmark y logren una buena rentabilidad ajustada por riesgo que asumen y prometen”. En ese sentido, cree que los FCIs de Cocos son “una gran alternativa con el aditivo de que son 24/7 y pueden usarse como medio de pago, como el denominado Cocos Daruma. “Este FCI es ideal para un perfil conservador que busca una rentabilidad en pesos superior a la de un plazo fijo mediante una cartera diversificada en renta fija". Por otro lado, “para quienes buscan resguardar su capital y obtener rentabilidad en dólares sin asumir altos niveles de riesgo, Cocos Ahorro Dólares, se posiciona como la mejor opción”, completa.
En qué invertir en 2025: oportunidades en bonos soberanos, Bopreales y ONs
Los analistas ven valor en los tipos de activos argentinos de renta fija en 2025, pero antes de ponderar su potencial, advierten que es muy importante definir el perfil de cada inversor, su aversión al riesgo, su horizonte temporal y necesidad de flujo de fondos para su economía familiar, para definir una correcta conformación de cartera.
En cuanto a los bonos, desde Balanz consideran que valor en soberanos como AL30 o AL38, así como los Bopreales, entre ellos el BPOA7, BPOC7 y BPOD7. Con respecto a ONs puntuales, recomiendan la parte un poco más larga, donde aparecen muy buenos créditos con rendimientos por encima del 7-8% anual.
Asimismo, Castro, de Criteria, identifica valor en los bonos Globales, destacando su favorable relación riesgo-retorno. “El riesgo país recortó más de 900 puntos desde los máximos del año en agosto, para ubicarse en los 769 puntos actuales, reflejando la mejora en la confianza en cuanto a la capacidad para hacer frente a los próximos vencimientos en moneda extranjera. Al analizar la deuda soberana bajo diferentes supuestos y escenarios, a los precios actuales, el analista sigue viendo potencial en el tramo más largo de la curva “hard dollar” ley Nueva York (GD35 y GD41).
En qué invertir en 2025: oportunidades en acciones argentinas
De cara a 2025, Sniechowski, de IEB, considera que “la estrategia de inversión en acciones argentinas se centra en sectores clave con alto potencial de crecimiento, como Oil & Gas (35%), banca (35%), empresas reguladas (20%), materiales (5%) y Real Estate (5%).
En el sector energético, YPF lidera con su "Plan 4x4", mientras Pampa Energía proyecta un despegue en la producción de shale-oil, y TGS se beneficia de nuevas inversiones en infraestructura de evacuación. En el ámbito bancario, el bajo nivel de depósitos y créditos respecto al PBI “sugiere un amplio margen de expansión. BBVA Argentina destaca por su valuación atractiva y sólido retorno sobre el capital (ROE)”, enfatiza el analista de IEB. Entre las reguladas, en tanto, “Central Puerto y las distribuidoras de gas, como Cuyana y Centro presentan oportunidades, mientras Metrogas podría beneficiarse de una venta estratégica por parte de YPF”, manifiesta. En materiales, “Loma Negra se posiciona favorablemente ante una posible salida de su accionista controlante y el repunte de la construcción, mientras que en Real Estate, IRSA lidera con proyectos emblemáticos y perspectivas de crecimiento en el consumo y el crédito hipotecario. La diversificación y el enfoque estratégico apuntan a capturar el máximo potencial en un contexto de recuperación económica”, sentencia Sniechowski.
Carteras de inversión 2025 para conservadores y arriesgados
Para una cartera conservadora -los que buscan de mínima mantener el valor real de su capital y de máxima obtener algún retorno con la menor volatilidad posible-, el Portfolio Manager de Cocos Capital propone:
• 80% Obligaciones Negociables en dólares, filtrando por buenos créditos.
• 20% Tasa Fija en pesos (Lecaps o Boncaps).
Para una Cartera Agresiva, cree que no deben faltar:
• Equity argentino: “Si bien estamos cerca de máximos históricos, quedan algunos papeles como para capturar el expectante crecimiento económico de cara a 2025”.
• Bonos Soberanos: “Si bien al igual que el equity ya hizo un gran recorrido) una cartera agresiva buscaría capturar una normalización de los rendimientos acorde a comparables de LATAM, y por qué no una eventual salida del cepo y acceso al crédito”.
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