El directorio del Banco Central definió este jueves una baja de la tasa de política monetaria, días antes de que entre en vigencia la anunciada rebaja del “crawling peg”, es decir, el ritmo de deslizamiento del dólar oficial. La decisión del BCRA implica un recorte de 3 puntos porcentuales que comenzará a regir este viernes.
El BCRA baja 3 puntos la tasa de interés antes de la reducción del "crawling peg"
En el mercado esperaban que el Banco Central acompañara la baja del ritmo de devaluación con un recorte de la tasa de política monetaria, que ahora quedará en el 29% TNA. Refuerza incentivo al "carry trade".
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"El Directorio del BCRA dispuso reducir la tasa de política monetaria de 32% a 29% de TNA (tasa nominal anual). La tasa de interés de pases activos también se reduce de 36% a 33%. Estas tasas regirán a partir del viernes 31 de enero", informó la entidad que preside Santiago Bausili a través de un comunicado. "La decisión del Directorio se fundamenta en consideración de la consolidación observada en las expectativas de baja de la inflación", agregó.
Este recorte implica que la tasa efectiva mensual (TEM) de política monetaria pasará del 2,7% al 2,4%. Se trata del retorno que perciben los bancos por sus tenencias de Letras Fiscales de Liquidez (LEFI), el instrumento emitido por el Tesoro y que el BCRA comercializa con las entidades financieras como instrumentos de regulación monetaria. Indirectamente, influye en las tasas de los plazos fijos y de los préstamos bancarios.
En la city, la expectativa predominante era que el Central anuncie este jueves una reducción del tipo de interés de referencia ya que el próximo lunes comenzará a regir el nuevo ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial, que bajará del 2% mensual al 1%, tal como anunció la entidad hace dos semanas.
El BCRA, el dólar, el “carry trade” y la decisión de tasas
Claro está que la baja de tasas (3 décimas de TEM) es mucho más acotada que la reducción del "crawling peg" (1 punto porcentual), lo que deja un retorno en dólares mucho más alto que el actual para las colocaciones en pesos. Ocurre que el Gobierno quiere reforzar el incentivo al "carry trade" como vía para traccionar el endeudamiento privado en moneda extranjera (que le permite al Central comprar divisas) y, al mismo tiempo, busca evitar que se recalienten las presiones sobre los dólares financieros en febrero, un mes de menor demanda de dinero por motivos estacionales.
En ese sentido, durante enero, el spread entre la tasa de LEFI y el “crawling peg” fue del 0,7% mensual. La consultora 1816 había calculado que, si el BCRA bajaba 300 puntos básicos la tasa de política monetaria, el spread subiría a 1,4%, que es lo que finalmente ocurrió.
Esto muestra que el equipo económico busca reforzar el incentivo al "carry trade". Una lectura entre agentes financieros es que la reciente baja temporal de retenciones condicionada a un adelanto en la liquidación de exportaciones agropecuarias procura impulsar la tomar de deuda comercial por parte de las cerealeras vía prefinanciación de exportaciones, y que con el nuevo combo de "crawling peg" y tasa en pesos podría canalizarse el dinero liquidado hacia la bicicleta financiera.
Tasa e intervención del BCRA
La duda es si este movimiento del BCRA es suficientemente cauteloso a la hora de calibrar lo que pueda pasar en febrero con la brecha cambiaria. Es decir, si el nivel que tendrá la tasa a partir de este viernes será suficiente para contener las presiones sobre los dólares financieros.
Una muestra de el costo que podría implicar un movimiento apresurado la brindó días atrás el vicepresidente del Central, Vladimir Werning, durante una presentación en Londres ante inversores. En uno de los gráficos que expuso, dejó en evidencia que durante la primera mitad de enero la autoridad monetaria utilizó u$s619 millones para intervenir sobre los dólares financieros y contener la brecha cambiaria.
Si bien las compras acumuladas en el mercado oficial fueron superiores a las ventas en el mercado financiero, lo cierto es que el Gobierno está urgido de dólares para mantener su esquema de ancla cambiaria (con la que busca retomar la desaceleración de la inflación) y para acercarse a la salida del cepo.
Medidas con la metodología del Fondo Monetario Internacional (FMI), hoy las reservas netas son negativas en unos u$s10.000 millones, según cálculos de Portfolio Personal Inversiones (PPI). Y en los próximos días deberá afrontar un pago de intereses al organismo por unos u$s650 millones.
Una evidencia de la necesidad de hacerse de divisas fue el diseño de la rebaja temporal de retenciones. Para acceder a la alícuota recortada de derechos de exportación, las cerealeras deberán liquidar de forma anticipada los dólares.
Mientras tanto, la otra apuesta pasa por intentar acelerar el acuerdo con el FMI, con el que el Gobierno pretende acceder a nuevo endeudamiento que le permita reforzar las arcas del BCRA. La clave pasará por si el programa contemplará un gran desembolso inicial o si el dinero llegará en cómodas cuotas. El exrepresentante argentino en el directorio del Fondo, Héctor Torres, considera que eso dependerá de cómo se resuelva la discusión sobre la política cambiaria. El organismo pide una flexibilización del “crawling peg” al que se abraza Luis Caputo para evitar que se profundice el atraso cambiario y un sendero concreto hacia el levantamiento del cepo.
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