Expectativas 2025: revelan los cinco países con mayor adopción de criptomonedas y por qué este año podría ser un punto de inflexión

La llegada de Donald Trump trajo el optimismo al mundo de las criptomonedas. Se espera mayor adopción institucional y una suba destacada en el precio de Bitcoin.

El precio del Bitcoin podría alcanzar los u$s125.000.

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El 2025 se perfila como un año crucial para el futuro de las criptomonedas. Tras un 2024 marcado por un fuerte impulso alcista, la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos generó un clima de optimismo en el mercado, con expectativas de que el gobierno promulgue normativas favorables para los activos digitales. Esto podría impulsar no solo los precios, sino también una mayor adopción institucional.

Un informe reciente de Fidelity Digital Assets destaca que el aumento de la adopción institucional es, posiblemente, el principal motor de crecimiento del mercado de criptoactivos. Según Matt Hogan, analista de la firma, la tendencia iniciada con la aprobación de los fondos cotizados (ETF) de bitcoin (BTC) al contado a principios de 2024 podría acelerarse en 2025. Hogan anticipa que el cambio significativo llegará cuando países decidan incorporar bitcoin en sus reservas estratégicas.

"Prevemos que en 2025 más estados-nación, bancos centrales, fondos soberanos y tesorerías gubernamentales establecerán posiciones estratégicas en bitcoin. Estas instituciones podrían inspirarse en los casos de Bután y El Salvador, que han obtenido beneficios sustanciales en un periodo relativamente corto", explica el analista.

Se esperan que más países acepten las criptomonedas

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Cuáles son los países con mayor adopción de criptomonedas

Actualmente, los principales tenedores de bitcoin incluyen a Estados Unidos (u$s20.000 millones), China (u$s19.200 millones), Reino Unido (u$s6.200 millones), Ucrania (u$s4.700 millones), Bután (u$s1.200 millones) y El Salvador (u$s604 millones). Sin embargo, gran parte de esta exposición proviene de incautaciones o recuperaciones de activos relacionados con actividades ilícitas, no de decisiones estratégicas a largo plazo.

"Frente a problemas como la inflación, la devaluación de monedas y déficits fiscales crecientes, no incluir bitcoin en las reservas podría ser más arriesgado para los países que hacerlo", añade Hogan.

El plan de Trump de establecer una reserva estratégica de bitcoin podría ser el catalizador para una adopción institucional más amplia. Aunque esta propuesta fue central en su campaña, aún no está claro si se implementará tras su investidura el 20 de enero.

Además, Hogan menciona que la aprobación de la Ley Bitcoin 2024, presentada por la senadora Cynthia Lummis, podría desencadenar un "juego político y financiero" que llevaría a otras naciones a acumular bitcoin de forma encubierta, para evitar inflar el precio debido al aumento de compradores.

Se espera fuerte crecimiento en las inversiones de criptomonedas

Por otro lado, Hogan prevé un mayor auge en los productos de inversión relacionados con activos digitales. Destaca el éxito inicial de los ETF de bitcoin y ethereum (ETH) en los mercados al contado y anticipa que en 2025 veremos un crecimiento en los productos de inversión tanto pasiva como activa en el sector.

También subraya que la tokenización será un tema central este año, con el valor de activos registrados en blockchain duplicándose de u$s14.000 millones a u$s30.000 millones. "Aunque la tokenización se percibe como una tendencia emergente, su impacto en los servicios financieros apenas comienza a manifestarse", comenta.

Firmas como Steno Research comparten este optimismo, pronosticando que el precio del bitcoin podría alcanzar los u$s150.000 en 2025, mientras que esperan un mejor rendimiento de ETH y otras altcoins. Bitwise, por su parte, anticipa un año récord para las salidas a bolsa de grandes compañías de criptomonedas.

En resumen, Hogan concluye que 2025 podría marcar el inicio de una nueva era para los activos digitales, con un impacto potencial que abarcará múltiples sectores, tecnologías e incluso economías estatales. Para los inversores, la clave será decidir hasta qué punto involucrarse en esta transformación global.