Eliminar el crédito fiscal para vehículos eléctricos (VE) en EEUU podría reducir la demanda futura de este tipo de bienes en más de una cuarta parte, aunque el impacto en el consumo de gasolina sería mínimo, según estimaciones de economistas.
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La relajación de las normas podría afectar a Tesla, que genera ingresos significativos al vender créditos regulatorios a otros fabricantes que no cumplen con las normas de emisiones.
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Las acciones de fabricantes de automóviles en EEUU cayeron la semana pasada tras informes de que el presidente electo Donald Trump podría eliminar el crédito de u$s7.500, introducido como parte de la Ley de Reducción de la Inflación de 2022.
De acuerdo con Joseph Shapiro, de la Universidad de California, Berkeley, la derogación del crédito podría disminuir las futuras matriculaciones anuales de VE en EEUUen 317.000 vehículos en comparación con las proyecciones bajo el esquema actual.
Impacto limitado en el consumo de gasolina
A pesar de la posible disminución en la demanda de VE, el aumento en el consumo de gasolina sería relativamente pequeño. Shapiro y Felix Tintelnot, de la Universidad de Duke, estiman que el consumo anual de gasolina aumentaría en 155 millones de galones en el primer año, y en un total de 7.000 millones de galones en una década. Esto representaría solo un 5% del consumo típico anual de gasolina en EE.UU., que asciende a 136.000 millones de galones.
Adopción de VE seguirá en el largo plazo
El analista Adam Jonas, de Morgan Stanley, señaló que incluso si se elimina el crédito fiscal, la adopción de VE en EE.UU. no se detendrá. "Aunque una desaceleración en la adopción de VE podría dar tiempo a los fabricantes tradicionales para ponerse al día, esperamos que la penetración de VE siga aumentando a largo plazo gracias a la innovación y las economías de escala", escribió en un informe.
Cambio en las normativas ambientales
La administración entrante de Trump planea revertir las regulaciones federales impulsadas por el presidente Joe Biden, que buscan aumentar la eficiencia de combustible y promover la transición hacia VE. Estas medidas incluirían debilitar los estándares de emisiones y eficiencia de combustible establecidos por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) y la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras (NHTSA).
Las regulaciones de la administración Biden requieren que al menos el 35% de la producción automotriz se destine a vehículos eléctricos para cumplir con las metas de 2032. Sin embargo, los fabricantes han expresado que estas normativas son excesivamente estrictas, lo que ha llevado al equipo de transición de Trump a considerar cambios.
Tesla y el impacto en créditos regulatorios
La relajación de las normas podría afectar a Tesla, que genera ingresos significativos al vender créditos regulatorios a otros fabricantes que no cumplen con las normas de emisiones. Aunque estos créditos solían ser fundamentales para Tesla antes de alcanzar la rentabilidad, ahora representan una fuente secundaria de ingresos.
Seth Goldstein, analista de Morningstar, señaló que los fabricantes de Detroit han avanzado significativamente en sus estrategias de electrificación, por lo que el panorama actual es diferente al de la primera administración de Trump, cuando las normativas de la era Obama también enfrentaron revisiones.
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