Al considerable repunte de los dólares paralelos de los últimos días, se sumó un combo de datos negativos para el frente externo. Si bien ya arrastraban una marcada debilidad a lo largo del año, esta semana tanto la soja y sus derivados como el real aceleraron sus caídas. Así, estas variables suman presión al esquema cambiario implementado por el equipo económico, en un contexto de apreciación del peso y reservas netas aún negativas.
Viento de frente: el desplome de la soja y la devaluación del real suman presión al esquema cambiario del Gobierno
El aceite de soja, principal producto de exportación argentino, cae más de 7% esta semana. El dólar tocó los 6,30 reales en Brasil.
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El cóctel es altamente negativo para los planes de Luis Caputo y Javier Milei. Por un lado, afecta a los principales productos de exportación de Argentina, cuyo precio internacional es determinante a la hora de calcular el flujo de dólares que ingresarán al país en 2025. Por otro, la devaluación de la moneda del mayor socio comercial del país le resta competitividad cambiaria a la producción local y también impactará en la balanza de divisas.
Se desploma la soja en Chicago
Este miércoles, la tonelada de grano de soja se hundió 2,63% en el mercado de Chicago y el contrato a enero perforó el piso de u$s350: cerró a u$s349,7. De esta manera, la oleaginosa profundizó la fuerte caída semanal: desde el viernes acumula un retroceso del 3,7%.
En el año, la soja ya acumula un descenso superior al 22%. Y, según cálculos del economista Salvador Vitelli, de Romano Group, “el precio de la oleaginosa vuelve a valores de septiembre de 2006, en términos reales”.
En lo que va de la semana fue aún más abrupta la caída de la cotización del aceite de soja, que representa el 40% de las exportaciones de productos primarios y manufacturas de origen agropecuario de Argentina. En Chicago, acumula un derrumbe del 7,2% del viernes a esta parte y este miércoles se comercializaba a u$s871,91. A comienzos de 2024 su precio era 17,2% superior.
“Siguen influyendo sobre el mercado las buenas condiciones ambientales para la evolución de la campaña en Sudamérica, que podría dejar una oferta récord en el principal polo productor y exportador mundial de la oleaginosa y de sus subproductos”, señaló un reporte de Granar sobre las causas del declive. Y agregó: “El incierto futuro de la demanda de aceite de soja desde la industria del biodiésel en EE.UU. luego del 20 de enero, cuando asuma la presidencia Donald Trump, mantiene las cotizaciones de este subproducto en fuerte retroceso”.
Por último, el informe mencionó que “la tercera pata de la corriente bajista es la persistente devaluación del real contra el dólar” ya que “apuntala la competitividad de las exportaciones de Brasil, a pocas semanas del inicio de la cosecha 2024/2025, y que mejora los márgenes de los productores, que obtienen más reales por sus granos”.
Se acentúa la devaluación del real
Justamente, la devaluación del real es otro foco de preocupación en el frente externo argentino. Este miércoles el dólar subió 3% hasta los 6,30 reales. En lo que va de diciembre, el incremento acumulado es del 5,5%, incluso a pesar de que, en las tres últimas jornadas, el Banco de Brasil vendió más de u$s5.500 millones para contener la corrida. En 2024, la suba acumula cerca del 30%, luego de un período de apreciación en el inicio del mandato de Lula Da Silva.
El combo de ambos factores representa malas noticias para el frente externo argentino y para el esquema montado por Caputo. Es que la política de ancla cambiaria desplegada por el Gobierno para desacelerar la inflación llevó a una continua apreciación del tipo de cambio real, que ya se ubica en mínimos de las últimas décadas y en un nivel similar al previo a la megadevaluación de diciembre de 2023, apenas asumió Milei.
Si ya de por sí este “dólar barato” incubaba advertencias sobre el deterioro de la competitividad cambiaria para bastos sectores de la economía argentina y la posible agudización del rojo de cuenta corriente (por el boom de turismo al exterior y la compresión del superávit comercial), estos factores vienen a sumar presión. Más aún si se toma en cuenta que el ministro de Economía señaló que en enero o febrero podría concretarse la reducción del ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial del 2% al 1% mensual.
Por caso, Brasil es el principal destino tanto de las exportaciones industriales como de los turistas que deciden veranear en el exterior ante el encarecimiento de Argentina en dólares. En el caso de la soja y sus derivados, constituyen el mayor traccionador de divisas hacia el país.
El Gobierno busca extender el puente de divisas construido a partir del saldo que dejó el blanqueo y el incremento de los créditos en dólares (estimulado por las apuestas al “carry trade”) que en los últimos meses permitieron compensar el déficit de cuenta corriente cambiaria y que el BCRA consiga un importante saldo comprador, mientras busca cerrar durante el primer cuatrimestre de 2025 un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que incluya endeudamiento adicional para reforzar las arcas del Central.
Con todo, las novedades en el frente externo llegan en momentos en que las reservas netas siguen en terreno negativo por cerca de u$s8.000 millones (si se descuentan los depósitos del Tesoro en el BCRA y los vencimientos de Bopreal a 12 meses vista) a pesar de las fuertes compras de divisas de la autoridad monetaria.
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