Cuándo se arma el árbol de Navidad en la Argentina y cuál es su origen

La costumbre se relaciona al día de una Virgen y convoca a las familias a compartir un momento de amor y solidaridad. Conocé cuándo y por qué se arma el árbol de Navidad.

El árbol de Navidad se suele armar el 8 de diciembre, fecha que celebra a la Inmaculada Concepción de la Virgen María.

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Armar el árbol de Navidad se trata de un evento que convoca a las familias, como una manera de inaugurar la temporada que termina el 25 de diciembre, con el nacimiento del Niño Jesús. Muchas personas se preguntan cuál es el motivo de armar este símbolo, que se debe hacer en una fecha puntual.

En varios países de tradición cristiana, como es el caso de la Argentina, se suele armar el árbol de Navidad el 8 de diciembre, fecha que coincide con la celebración de Inmaculada Concepción de la Virgen María. Esta festividad tiene un fuerte arraigo cultural y religioso, lo que la convierte en un momento especial para iniciar los preparativos navideños.

Por qué se arma el Árbol de Navidad el 8 de diciembre

La Inmaculada Concepción de la Virgen proclama que la Madre de Dios fue concebida sin pecado original. Con esta celebración, se busca resaltar los valores de fe, empatía y caridad, representados en la Virgen María, adorada como la madre de Jesucristo.

Cada año, el 8 de diciembre es una ocasión más que propicia para que las familias armen el árbol de Navidad. En tanto, el armado del arbolito de Navidad simboliza el comienzo del tiempo de Adviento, un período de preparación para el nacimiento de Jesús.

El árbol de Navidad es una tradición que proviene de los países nórdicos, tras las celebraciones del solsticio de invierno.

Cuál es el origen del arbolito de Navidad

El árbol de Navidad es una tradición que proviene de los países nórdicos, tras las celebraciones del solsticio de invierno. Siglos atrás, los pueblos celtas talaban robles para luego llevarlos y decorarlos con frutas y velas.

Esta tradición se llama Yggdrasil y representa la cosmovisión de los pueblos en el norte de Europa. Se cree que durante el siglo VIII, San Bonifacio decidió cortar uno de estos árboles en la localidad alemana de Hesse para que se terminara con la adoración de los dioses. Estos, desde el catolicismo, eran paganos, ya que era una época marcada por la evangelización de Alemania.

En su lugar, colocó un abeto, con el que buscaba simbolizar el amor de Dios. Para ello, lo adornó con manzanas, que representaban el pecado original, y con velas, en alusión a la luz de Cristo. Con el tiempo, esas manzanas y las velas se transformaron en luces, bolitas y guirnaldas, tal como luce un árbol de Navidad actual.

Además, el árbol de Navidad también representa un punto de encuentro familiar o solidario, en el que se busca dar gracias por el año vivido, algo que es parte de los ejes de esta celebración y de la de Año Nuevo.