Día Internacional en Apoyo de las Víctimas de la Tortura: por qué se conmemora el 26 de junio

Un método violento de ejercer poder utilizado en todo el mundo y que nos recuerda una triste historia nacional no tan lejana.

Ilustración de Amnistía Internacional que representa a personas privadas de su libertad ingresando a ser torturadas

Ilustración de Amnistía Internacional que representa a personas privadas de su libertad ingresando a ser torturadas

La tortura es un método violento de ejercer coerción sobre una persona con el fin de obtener información. Fue muy utilizado a lo largo de la historia y hasta épocas muy recientes. En la actualidad se considera un crimen en el derecho internacional y está prohibido e injustificado cualquiera sea la circunstancia.

El siglo XX estuvo marcado por la violencia internacional. Desde las dos guerras mundiales, hasta enfrentamientos civiles y golpes de Estado que hicieron uso de esta intimidación física y psicológica para reducir a los prisioneros y obligarlos a brindar información. Esta práctica, por lo menos en nuestro país fue utilizada hasta el año 1983.

Por qué se conmemora el Día Internacional en Apoyo de las Víctimas de la Tortura el 26 de junio

El día 12 de diciembre de 1997, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclamó el 26 de junio como el Día Internacional de las Naciones Unidas en Apoyo de las Víctimas de la Tortura con el objetivo de la erradicación total de esta práctica, y en honor a la resolución 39/46 de 1987 que se sancionó en la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes y entró en vigencia el 26 de junio de ese año.

Este día, sirve para pedir a todos los países involucrados, a miembros de las Naciones Unidas, la sociedad civil y los particulares que se unan en apoyo a las cientos de miles de personas que en el mundo entero han sido víctimas de torturas o que todavía son torturadas al día de hoy.

Qué es la tortura, según la ONU

Según la ONU, se entiende por tortura a todo acto por el cual se inflija a una persona dolores o sufrimientos graves, de carácter físico o mental con el fin de obtener a través de eso una información o una confesión de ella o un tercero. O bien, de castigarla por haber cometido un delito.

También, se considera tortura a los casos en que se intimide o coaccione a personas por cualquier motivo relacionado a discriminación, y cuando dichos dolores o sufrimientos sean infligidos por un funcionario público o cualquier persona en ejercicio de las funciones públicas.

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