Nunca nos quedaremos sin historias de Diego Armando Maradona. El futbolista argentino es considerado uno de los mejores de todos los tiempos, y su personalidad y carisma hicieron que se gane a gran parte del pueblo argentino.
El día que robaron el banco de Nápoles y Maradona perdió uno de sus objetos más preciados
Los ladrones se robaron medallas, copas y un trofeo muy especial del 10. Cómo fue el robo al Banco della Provincia.
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Sin embargo, a pesar de los grandes hitos que conquistó el ídolo de masas, existe una anécdota no tan feliz para el nacido en Villa Fiorito durante su paso por Italia. Maradona ya había salido campeón del mundo en 1986 y transitaba un año más en Napoli, cuando ocurrió el robo al Banco della Provincia.
Cómo fue el robo al Banco della Provincia
A las 14:20 del jueves 26 de octubre de 1989 se gestó uno de los robos más impresionantes de la historia italiana. Ocho miembros del clan de Giuseppe Misso, encargado de los robos de la mafia La Camorra, entraron al Banco de la Provincia de Nápoles.
Disfrazados con caretas de personajes de Disney y de carnaval, los ladrones ingresaron por un agujero en la pared que hicieron en el local aledaño a la sucursal bancaria, gambetearon las alcantarillas y fueron directo hacia las cajas de seguridad, que del total (400) abrieron 80. En el medio, hubo rehenes amordazados.
En esos años en Italia, Maradona había generado un vínculo con algunos nombres de La Camorra, como Licciardi, Contini y Lo Russo, aunque cuando los contactó no dieron respuesta.
Qué objetos tenía Maradona guardados en el Banco della Provincia
La caja de seguridad del Diego estaba llena de objetos valiosos. Su esposa, Claudia Villafañe, denunció lo que fue robado en una comisaría, entre lo que se encontraban collares, aros, pulseras y diamantes de sus hijas Dalma y Gianinna, un reloj Rolex con diamantes, uno Cartier y otros seis relojes, más una tiara de Guillermo Cóppola, representante de Maradona.
De hecho, el propio Coppola describió aquella anécdota con incluso más detalle: "Se lo comenté a Diego y no se preocupó, estaba tranquilo. Al rato me pregunta ‘¿y qué teníamos?’. Le conté que yo tenía una con un reloj que me había regalado el Rey de Arabia, valía 10 o 15 lucas... y ahí Claudia se preocupó porque le dijo que tenía todo: medallas, copas, la cimitarra que le había regalado el Rey Fahd”. Esa espada fue un regalo del Rey de Arabia Saudita a Diego en un partido benéfico que se realizó en 1987.
Sin embargo, el hecho no terminaría ahí. Dos días después, Cóppola recibe en un entrenamiento del Napoli un mensaje de Carmine Giuliano, el líder de La Camorra. "Cuando nos vamos le conté a Diego quién había venido y me dijo que no le diera bola. Cuando llegamos para almorzar Claudia nos avisa que quizá eso tiene alguna relación con el robo. El tipo viene al otro día y le pregunto si tenía que ver con el robo. ‘Sí', me respondió", contó el representante.
Fueron a la casa de Giuliano de noche, en un viaje que incluyó dos trayectos en dos autos distintos y otro en moto. Llegaron y estaban todas las pertenencias, menos una: el Balón de Oro al mejor jugador del Mundial de 1986. La mafia lo había fundido en oro para vender, ya que era muy pesado para transportar. Diego se resignó pero tampoco sufrió tanto las pérdidas. “Después nos quedamos con Carmine e hicimos un Lollapalooza, ja. Teníamos arresto domiciliario... que venga a sacarnos la Policía”, detalló Cóppola.
Sin embargo, el invaluable trofeo era imposible de fundir, algo que se comprobó cuando reapareció en 2016. Abdelhamid B., un ex galerista franco-argelino fanático de las subastas, decidió en enero de ese año entrar a un edificio que mucho no llamaba la atención. “Sala de ventas, entregas y remoción de objetos”, rezaba el letrero de la fachada.
Abdelhamid se encontraba allí porque, una semana antes, su madre le pidió que compre algún detalle para su suegro, a quien le habían robado una importante medalla. “Esa mañana compré un detector de metales del ejército, una treintena de fusiles y escudos tibetanos”, explicó el argelino. Sí, todo eso más un trofeo de oro reluciente.
Tardó un año y medio en darse cuenta que no era un premio de handball. Allí inició una búsqueda por la verdad sobre el Balón de Oro, desde búsquedas de Google hasta análisis de expertos en artículos deportivos. A Abdelhamid no lo tomaban en serio. Seguía intentando a través de una exhaustiva investigación, hasta que un momento conoció el robo al Banco della Provincia.
“Ahí me volví loco. Yo era joyero en mi juventud y rápidamente me di cuenta de que no se podía fundir. Desde ese momento quise aprovechar mi hallazgo para conocer a Diego, mi ídolo”, expresó Abdelhamid. Aunque eso no sucedió ya que Maradona falleció en noviembre del 2020.
A pesar de ese mal trago, el franco-argelino siguió intentando. Lo publicó por E-Bay a un precio de 120.000 dólares, aunque no tuvo éxito. Hasta que en septiembre de 2023 lo llevó a la casa de subastas Aguttes, donde se exhibió en mayo de este mismo año por un precio de entre 12 y 15 millones de euros.
Curiosamente, como Abdelhamid fue considerado el propietario original del trofeo, todo lo recaudado fue para él y no para la familia Maradona.
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