20 de noviembre 2024 - 11:57

El empresario tecnológico que gastó más de u$s2 millones para verse más joven, pero no logró los resultados esperados

Se trata de Bryan Johnson, quien intentaba recuperar el volumen facial inyectándose grasa, pero no salió como esperaba. Ahora se encuentra en tratativas para recuperar su rostro.

Bryan Johnson fracasó en su último tratamiento para rejuvenecer.

Bryan Johnson fracasó en su último tratamiento para rejuvenecer.

Bryan Johnson se hizo famoso mediante las redes sociales, por sus particulares métodos para revertir el envejecimiento a sus 47 años. Según él, su objetivo es llegar a los 150 años de vida y es considerado un "biohacker" por sus prácticas.

Para cumplir con su objetivo se somete a dietas extremas, tratamientos radicales, e incluso llegó a realizarse transfusiones sanguíneas por parte de su propio hijo, y algunas de su papá, para poder verse más joven y vivir más años. Estas cosas lo llevaron a ser tendencia en más de una oportunidad.

Este protocolo fue comercializado por el millonario, bajo el nombre de Blueprint. Su valor es de aproximadamente u$s2 millones por año. Mediante esta metodología logró rejuvenecer cinco años, según lo que indicaron sus propios estudios.

El intento fallido de Bryan Johnson

No todo le salió bien a Johnson, ya que en su último intento por frenar el envejecimiento, se realizó un proceso facial que consistía en rellenar las expresiones de su rostro con grasa donada. Pero esto no salió como esperaba.

El magnate hizo pública su situación en las redes sociales, explicando lo que pasó: “Inmediatamente después de las inyecciones, mi cara comenzó a hincharse. Luego empeoró y empeoró hasta que no podía ni ver”, indicó en su Instagram.

Embed - Bryan Johnson on Instagram: "“Have any of your therapies gone wrong?” In starting Project Blueprint, I had one question: are we the first generation who won’t die? To begin, my team and I evaluated all the scientific literature on longevity and aging, stack ranking the best performing health therapies with the most compelling evidence. Caloric restriction was among the early selections. My daily calorie consumption dropped from 2,500 to 1,950. As a result, I got really lean and lost a lot of fat—especially in my face. My biomarkers were improving, but I looked gaunt. People thought I was on the brink of death. As Blueprint grew into a global movement, the scrutiny increased. Facial fat, we discovered, is pretty important for how people perceive youth. It didn’t matter how good my biomarkers were if I didn’t have face fat. So, we started “Project Baby Face,” to explore whether we can restore lost volume. We selected a first therapy: injecting a fat-derived extracellular matrix to restore volume by stimulating my body’s natural fat growth. It’s possible to use one’s own body fat for this but the problem was I didn’t have enough fat on my body to extract, so I used a donor. Immediately following the injections, my face began to blow up. And then it got worse, and worse, and worse until I couldn’t even see. It was a severe allergic reaction. Thirty minutes after the treatment, I was scheduled to meet with @valleyhack of Bloomberg to talk about Blueprint. I called him and said, “Hey, so that you’re not alarmed, you may not recognize me today. I think I’m ok. I hope I’m ok. If I’m not ok, are you by chance trained to perform any life-saving actions?” Seven days later my face was back to normal and we were back in the trenches reformulating plans for our next attempt. Building a product is one thing; being the product is a whole different thing."

No obstante, siete días después de las inyecciones, realizó otra publicación donde informó una mejoría pero confirmó el fracaso del tratamiento: "Mi cara había vuelto a la normalidad y estábamos de nuevo en las trincheras reformulando los planes para nuestro siguiente intento. Una cosa es fabricar un producto y otra muy distinta ser el producto".

A pesar de esta falla, Johnson aseveró que continuará en la búsqueda de la longevidad, y que seguirá estudiando y trabajando su tratamiento "Baby face". Este procedimiento busca lograr una apariencia más juvenil a sus 47 años.

Por su parte, la publicación desató una ola de comentarios en la que se cuestiona su salud mental y los procesos que realiza en su cuerpo. También muchos ponen el acento sobre la presión social y la hegemonía etaria y corporal.

Los otros tratamientos

El protocolo Blueprint establecido y seguido por Bryan Johnson, consiste en una dieta estricta, medicina regenerativa y hasta el uso de la inteligencia artificial para monitorear su progreso como las transfusiones de sangre.

Sus objetivos principales son detener o retrasar el envejecimiento, logrando una longevidad fuera de lo común, pero también pretende mejorar su salud celular.

Su dieta se basa en principios nutricionales extremadamente específicos, lo que llevan a que coma muy pocas cosas del amplio abanico disponible.

El "biohacker" comienza con un ayuno intermitente, limitando su ingesta de alimentos a solo una comida por día. Esta misma debe consumirse antes de las 11 de la mañana. Asimismo, esta dieta incluye alimentos ricos en antioxidantes y compuestos antiinflamatorios, como frutas bajas en azúcar, verduras y grasas saludables.

Además, consume más de 100 suplementos diarios, incluidos vitaminas, minerales, antioxidantes y extractos herbales como el resveratrol y NAD+, un compuesto que se cree que tiene propiedades rejuvenecedoras en las células.

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