22 de noviembre 2024 - 12:30

En 50 segundos se robó la famosa obra El grito: "Gracias por la falta de seguridad"

En menos de un minuto un delincuente robó la famosa obra de arte sin que nadie lo detenga. Enterate los detalles.

Cómo fue el robo de El Grito y qué pasó con el delincuente

Cómo fue el robo de El Grito y qué pasó con el delincuente

El Grito es una de las obras más icónicas del arte mundial y el máximo exponente del movimiento expresionista. Fue pintado por el artista noruego Edvard Munch en 1893, refleja una intensa emoción y angustia que conmocionó al mundo entero y su valor se elevó significativamente, aumentando las probabilidades de ser robado.

El cuadro es un reflejo de la ansiedad existencial, el miedo y el aislamiento y se considera un símbolo del modernismo, influyendo en el arte, el cine y la cultura popular. Su propio autor admitió que parte de su proceso de inspiración fue una tarde en la que salió con sus amigos y sintió un grito infinito que atravesaba la naturaleza.

Ya en un museo, El Grito fue robado no una, sino dos veces. La primera de ellas, en apenas 50 segundos. Descubrí este insólito robo en la Galería Nacional de Oslo.

El grito

Cómo fue el robo de El grito en 1994

Este robo fue particularmente audaz y llamó la atención de todo el mundo debido a la fama de la obra y a las circunstancias del delito. El ladrón solo necesitó 50 segundos para ingresar a la Galería Nacional de Oslo. El robo fue rápido y preciso, apenas ingreso al lugar cortó el hilo que sostenía la obra y se la llevó solo dejando una nota que decía "Gracias por la falta de seguridad"

En aquel momento, la obra no estaba protegida por un cristal de seguridad ni contaba con un sistema de alarmas avanzado, lo que facilitó el robo. Luego de ser recuperada pasó por varios procesos para protegerla de futuros robos, aunque de mucho no sirvió ya que en el 2004 fue captada de vuelta hasta el 2006 que la pudieron recuperar.

Qué pasó con el delincuente y la obra

Paul Enger era un ladrón de arte que ya había robado Amor y dolor de Edvard Munch, Paul aprovechó el día en el que se celebraban los Juegos Olímpicos de Invierno para poder entrar pasando desapercibido.

Apenas se viralizó la noticia del robo, toda la policía y seguridades estaban buscando al delincuente y tratando de recuperar el cuadro. Ya para mayo de 1994, la policía logró localizar a los responsables, que intentaban vender la pintura por una cifra millonaria.

El Grito fue recuperado tras una operación encubierta de la policía noruega y no se causaron daños graves a la pintura, aunque se realizó una revisión minuciosa para garantizar su conservación.

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