24 de febrero 2025 - 11:00

Encuentran los restos de una batalla entre submarinos alemanes e ingleses de hace más de 100 años

Gracias a esta investigación se descubrió el rol que cumplían los buques escondidos y camuflados en las batallas marítimas.

El documental que reveló los resultados de una gran batalla. 

El documental que reveló los resultados de una gran batalla. 

Gracias a la ardua investigación de arqueólogos, antropólogos y científicos que les apasiona investigar por puro conocimiento es que se hacen descubrimientos de cientos de años que cambian para siempre nuestra percepción de la historia.

Karl Tayler, el investigador y cineasta especializado en fotografía comercial llevó adelante una investigación de más de cuatro años para un documental que reveló una batalla entre submarinos transcurrida en la Primera Guerra Mundial. El film revela la verdad detrás de los conocidos "Buques Q", un arma secreta.

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La batalla de los buques

El 19 de febrero de 1917, hace 108 años, el submarino alemán UC-18, que desde noviembre de 1916 había hundido 33 barcos en las costas del norte de Francia y del sur de Inglaterra, se encontró con lo que parecía ser una víctima fácil: el Lady Olive.

Este era un mercante británico de carbón de 61 metros de largo. El submarino emergió para atacar, lanzando un torpedo que dejó gravemente dañado al barco. Sin embargo, lo que parecía una presa sencilla resultó ser una trampa mortal. El Lady Olive, en realidad, era un buque Q, un señuelo armado con cinco cañones ocultos bajo su cubierta.

Cuando el UC-18 se acercó para dar el golpe final, el Lady Olive abrió fuego contra el submarino. Según el diario de guerra de James Simpson, operador de radio del Lady Olive, el ataque fue devastador: la torre de mando del UC-18 fue destruida y el submarino se hundió con sus 28 tripulantes. No obstante, el Lady Olive también sufrió severos daños, aunque su tripulación logró escapar en botes salvavidas y fue rescatada tras 36 horas a la deriva en el mar.

La investigación y el descubrimiento

Durante décadas, la ubicación de los restos del UC-18 y el Lady Olive fue objeto de especulación. Aunque los sobrevivientes del Lady Olive afirmaron que el submarino había sido hundido, algunos historiadores dudaron de esta versión debido a la falta de pruebas físicas.

Fue el equipo de Taylor quien localizó los restos de ambos barcos a unos 64 kilómetros al oeste de la zona de batalla tradicional, en aguas profundas del Canal de la Mancha. Sin embargo, tuvieron que afrontar varios desafíos. El equipo utilizó una combinación de buceo profundo, simulaciones de movimientos de los botes salvavidas y consultas con pescadores locales para identificar posibles ubicaciones de los naufragios.

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