Envases plásticos filtran sustancias químicas vinculadas al cáncer de mama en los alimentos

Según el informe, alrededor del 80% de estos productos químicos provienen directamente de plásticos. Todos ellos vinculados con la formación de tumores tanto en animales como en humanos.

Según el informe, alrededor del 80% de estos productos químicos provienen directamente de plásticos.

Nuevas investigaciones alertan sobre el potencial peligro de los envases plásticos como fuentes ocultas de sustancias cancerígenas, especialmente relacionadas con el cáncer de mama.

Un estudio reciente realizado por científicos suizos ha identificado más de 200 compuestos en los envases plásticos, algunos con capacidad para migrar a los alimentos y luego al organismo humano. Entre estas sustancias se incluyen aminas aromáticas, benceno y estireno, todas ellas reconocidas por su relación con la formación de tumores tanto en animales como en humanos.

Según el informe, alrededor del 80% de estos productos químicos provienen directamente de plásticos, lo que eleva el riesgo de exposición diaria. Además, estas sustancias han sido detectadas en leche materna, tejidos humanos y sangre, lo que subraya su capacidad de permanecer en el cuerpo.

Riesgos crónicos de exposición a químicos plásticos

Este hallazgo, publicado en Frontiers in Toxicology, destaca la conexión entre los materiales en contacto con los alimentos y el aumento del riesgo de cáncer de mama. Jane Muncke, coautora del estudio y directora del Food Packaging Forum, advirtió que la exposición a estos compuestos ocurre de manera constante y muchas veces de forma involuntaria, ya que migran de los envases a los alimentos que consumimos.

De particular preocupación es el efecto de estas sustancias como disruptores endocrinos, capaces de alterar las hormonas sexuales, lo que representa un riesgo significativo para la salud de las mujeres, especialmente en etapas tempranas de su vida.

La relación entre los carcinógenos y el cáncer de mama

El estudio también identifica productos químicos como el benceno, un conocido carcinógeno relacionado con el cáncer de mama; 4,4′-metilenbis-(2-cloroanilina), vinculado con el cáncer de vejiga; y 3,3′-dimetilbencidina, que se utiliza en la fabricación de plásticos y papel. Además, los PFAS, conocidos como "químicos eternos" por su resistencia a la degradación, representan una amenaza adicional. Estos compuestos se encuentran en envases utilizados para evitar filtraciones en productos de comida rápida y bebidas.

Según un estudio reciente, el benceno, un químico ampliamente utilizado en envases de alimentos, está directamente vinculado con el desarrollo de cáncer de mama, lo que subraya la necesidad de una regulación más estricta sobre su uso.

El análisis, basado en más de 180 estudios, identificó 76 sustancias con potencial cancerígeno, de las cuales el 80% proviene de plásticos. Entre estos carcinógenos, algunos también presentan propiedades genotóxicas, lo que significa que pueden dañar el ADN, aumentando el riesgo de cáncer de mama.

No es la primera vez que se analiza el vínculo entre los plásticos y la salud. Un estudio anterior, publicado en enero de este año, ya advertía sobre la relación entre ciertos productos químicos y el desarrollo de tumores mamarios, debido a su capacidad para imitar o alterar las hormonas.

Recomendaciones de los expertos para reducir riesgos

Frente a esta creciente preocupación, los expertos proponen mejoras en la evaluación de riesgos y medidas más estrictas para identificar y reducir la exposición a estas sustancias peligrosas. De hecho, algunas regulaciones europeas ya han comenzado a clasificar ciertos compuestos como carcinógenos y a limitar su uso en productos de consumo masivo.

El cáncer de mama es el tipo de tumor más común en el mundo, con 2,3 millones de casos diagnosticados en 2020, según la OMS. En Argentina, el 10% de los casos afecta a mujeres menores de 40 años, según la Sociedad Argentina de Mastología.

Los expertos en oncología, como el doctor Diego Kaen, presidente de la Asociación Argentina de Oncología Clínica, señalan que aunque la exposición a estos productos químicos es preocupante, otros factores, como el tabaquismo y la mala alimentación, también influyen en el desarrollo del cáncer de mama. La recomendación general es mejorar la dieta, evitar el consumo de ultraprocesados y adoptar hábitos saludables para reducir el riesgo.

Además, Kaen resaltó la importancia de la detección temprana como la mejor estrategia para disminuir la mortalidad por cáncer de mama, siendo la mamografía anual a partir de los 50 años una herramienta clave.