Las obras de arte son objetos de infinito valor para la cultura, el arte y la historia del mundo. A través de ellas podemos aprender sobre hechos históricos, intimidades, secretos y mucho más. Sin embargo, la Adoración del Cordero Místico no se popularizó solo por su belleza, sino que también ostenta el primer puesto de cuadros más robados de la historia.
La obra de arte que más veces se robó en la historia y cómo fue recuperada cada vez
Titulada la Adoración del Cordero Místico, esta fue una pieza adelantada a la época renacentista. La historia detrás de sus robos.
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Esta pieza es un políptico de doce tablas al óleo realizado por los hermanos Hubert y Jan van Eyck, por encargo de Joos Vyd y su esposa, Elisabeth Borluut. Además, fue pensado para la iglesia de San Juan de Gante (actual Catedral de San Bavón), donde aún permanece.
Cómo es el Políptico de Gante
El Políptico de Gante es uno de los retablos de mayores dimensiones del norte de Europa, con un tamaño de 340 x 440 cm. El tema central es la narración bíblica sobre la redención del hombre por el sacrificio de Jesús, ofreciendo una lectura de la Teología cristiana desde la Anunciación (en su exterior) hasta la Adoración del Cordero (en su interior).
Las expresiones, los detalles y su significado provocaron asombro en los espectadores de la época, que lo calificaron como "la obra más bella de la cristiandad". Por otra parte, los hermanos van Eyck lograron una impresionante técnica para pintar objetos como metales y piedras preciosas, a través de varias capas de pintura, esmaltes a base de aceite y unas delicadas pinceladas.
Los robos más impresionantes al Políptico de Gante
La historia del Políptico de Gante con los robos es de larga data. Primero, en 1566, militantes protestantes derribaron las puertas de la catedral con la intención de quemarlo, ya que lo consideraban un ejemplo de idolatría y desmesura católica. Luego se convirtió en un botín de guerra, no por su precio sino por su valor simbólico de reclamar una obra de una nación vencida.
En 1794, las tropas napoleónicas invasoras se llevaron el panel central con la Adoración del Cordero Místico y terminó expuesto en el Louvre hasta que los británicos derrotaron a Napoleón Bonaparte en la batalla de Waterloo (1815). Luis XVIII de Francia las devolvió como señal de agradecimiento a la ciudad donde encontró refugio. Las alas laterales se vendieron el año siguiente, y tras varias ventas intermedias terminaron en la Gemäldegalerie de Berlín. Sin embargo, tuvieron que ser devueltas las partes como condición dentro del Tratado de Versalles en 1919.
Llegó la Segunda Guerra Mundial, y tanto Adolf Hitler como el líder del partido nazi Hermann Göring buscaban la obra de arte ya que creían que era una mapa codificado del tesoro místico que mostraba la ubicación de las reliquias de la pasión de Cristo. De todas formas, lo ocultaron en las minas de sal en Austria, donde los Monument Men lo encontraron.
Sin embargo, un gran misterio permanece con el panel de Los Jueces Justos, que fue robado el 10 de abril de 1934 junto al de Juan Bautista, aunque este último terminó apareciendo. El que actualmente se contempla es una copia realizada por el pintor belga Jef Vanderveken en el año 1945.
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