Llega el verano y el aumento de las temperaturas torna el ambiente más caluroso y húmedo, predisponiendo al conducto auditivo externo a sufrir pantologías estrechamente asociadas a los deportes acuáticos como la exostosis auditiva (conocida como “oído del surfista”) y la otitis externa.
Llega el verano y la temporada de pileta: alerta por los riesgos auditivos y la otitis
Proteger el conducto auditivo externo durante actividades al aire libre es esencial para prevenir el riesgo de patologías que puedan afectar la audición. Según datos de la Clínica Mayo, en ambientes cálidos y húmedos, el riesgo de desarrollar otitis externa puede aumentar hasta un 60%.
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Ambas dolencias impactan directamente sobre la salud auditiva y, por ende, en la calidad de vida de quienes las padecen. Pero, ¿qué son exactamente estas condiciones?
Qué es la exostosis auditiva, conocido com "oído del surfista"
La exostosis auditiva refiere al crecimiento benigno del tejido óseo en el conducto auditivo externo, causado por la irritación de la cavidad a partir de la la exposición repetida al viento frío y al agua.
Aunque el nombre proviene de su alta prevalencia entre los surfistas, se trata de una afección común entre quienes practican deportes acuáticos como la natación, la vela, el kayak y el windsurf.
Los especialistas indican que esta patología -que suele ser más prevalente en hombres que en mujeres, sobre todo entre los 30 y los 40 años- puede generar obstrucción y dificultades en la audición e incluso, en casos avanzados, conducir a una pérdida auditiva significativa.
Al estar más expuestos a estas condiciones (agua y viento), los deportistas son especialmente vulnerables a desarrollarla. Sin embargo, el uso de tapones durante la práctica en agua fría puede reducir la aparición y/o progresión de esta patología.
Además, los deportistas acuáticos también se enfrentan a un mayor riesgo de desarrollar otitis, una inflamación del conducto auditivo externo causada por infecciones recurrentes, especialmente tras un contacto frecuente con agua contaminada o mal tratada. Comúnmente llamada “oído de nadador, esta puede provocar dolor intenso, picor e incluso pérdida temporal de la audición.
Pero solo el agua es un factor de riesgo: introducirse los dedos, hisopos u otros objetos en los oídos también puede provocar otitis externa, al dañar la delicada capa de piel que recubre el conducto auditivo).
Consejos para evitar afrecciones en los oídos
"La prevención y el cuidado de la audición son fundamentales para mantener la salud y disfrutar del deporte en el agua sin preocupaciones", dijo la Agustina Leiro, licenciada en fonoaudiología (MAT. 8343) del equipo de GAES, una marca Amplifon.
“Como recomendación: después de nadar o bañarse, incline la cabeza hacia un lado para facilitar el drenaje del agua del conducto auditivo. Luego, seque suavemente el oído externo con una toalla. De este modo, las bacterias tendrán más dificultades para encontrar condiciones favorables para proliferar”, agregó la experta.
Para evitar complicaciones, es esencial someterse a revisiones auditivas periódicas que permitan detectar cualquier trastorno a tiempo, ya que el uso de tapones puede ser contraproducente si ya existe una afección.
Además, es importante incorporar buenas prácticas de prevención: secar los oídos inmediatamente después de la actividad, utilizando una toalla limpia o un secador de pelo.
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