Los huevos de Fabergé: la colección de joyas más misteriosas de la historia y los que desaparecieron

Descubrí la historia de estos tesoros invaluables y cómo desaparecieron con el paso del tiempo.

La historia oculta detrás de los huevos de pascua más caros del mundo. 

Por todo el mundo hay dispersos cientos de tesoros invaluables, no solo por su precio, sino por el valor histórico que guardan entre sus detalles. Coronas, cuadros, esculturas, manuscritos y joyas. Todas tienen su lugar correspondiente donde pueden ser admiradas, además de contar sistemas de seguridad exclusivos. Tal es el caso de los huevos de Fabergé, aunque un gran misterio hay detrás de esta colección.

Las realezas del mundo suelen ser las dueñas de estos bienes tan preciados, y qué mejor lugar para guardarlos que en palacios. Sin embargo, en el caso de la Corona Rusa, no tuvieron tanta suerte. Unas de las piezas de una colección de orfebrería de cientos de años que fueron obsequiados como regalo de Pascuas por Carl Fabergé, se perdieron con el tiempo, y se siguen buscando los adornos faltantes.

Quién era Carl Fabergé

Carl Fabergé nació en 1846, y fue un orfebre ruso nacido en San Petersburgo, reconocido por su extraordinario talento en la creación de joyas y objetos decorativos. Hijo de un joyero, asumió el negocio familiar y lo transformó en una marca sinónimo de lujo y creatividad.

Fabergé era famoso por su atención al detalle, el uso de materiales de alta calidad y la integración de técnicas innovadoras en sus piezas, lo que le valió convertirse en el proveedor oficial de la corte imperial rusa hasta el día de su muerte en 1920.

Qué son Los huevos de Fabergé

Los huevos de Fabergé son obras maestras de la joyería y la artesanía, creadas por la Casa Fabergé bajo la dirección de Carl Fabergé, creadas entre 1885 y 1917 por encargo de los zares Alejandro III y Nicolás II como regalos de Pascua para sus esposas y madres. Lo que los hace únicos es su combinación de lujo, creatividad y funcionalidad. Aunque parecen simples huevos decorativos, cada uno está meticulosamente diseñado con detalles muy complejos.

Cada huevo fue elaborado con materiales preciosos como oro, platino y esmalte, y decorados con piedras preciosas como diamantes, rubíes, esmeraldas y perlas. Lo más fascinante es que todos contienen una "sorpresa" en su interior, que puede ir desde miniaturas de palacios y barcos hasta figuras de animales o relojes funcionales. Estas sorpresas solían tener un significado personal o simbólico para quien los recibía.

Además de los 50 huevos imperiales, se fabricaron otros para clientes privados, como las familias Rothschild y Yusupov. En total, se estima que existen alrededor de 69 huevos creados por la Casa Fabergé.

Valor de los huevos de Fabergé

El valor de los huevos de Fabergé trasciende su precio material debido a su historia, simbolismo y excepcional artesanía. En términos económicos, algunos huevos alcanzaron cifras astronómicas en subastas. Por ejemplo, el Huevo Rothschild fue vendido en 2007 por más de 18 millones de dólares, estableciendo un récord en ese momento.

El valor también está determinado por factores como la procedencia y el estado de conservación. Los huevos asociados directamente con los zares tienen un atractivo especial para coleccionistas e instituciones, como el Museo del Kremlin en Moscú o el Museo Fabergé en San Petersburgo, que albergan importantes colecciones.

Qué pasó con los huevos desaparecidos

De los 50 huevos imperiales, 43 fueron localizados, mientras que 7 siguen desaparecidos. Tras la Revolución Rusa, muchos huevos fueron confiscados por los bolcheviques y vendidos para financiar el nuevo régimen. Algunos fueron destruidos o se perdieron en el caos de la época.

Con el tiempo, los huevos desaparecidos se convirtieron en el Santo Grial del mundo de la joyería. En 2014, uno de ellos, el "Huevo con reloj Vacheron Constantin", fue redescubierto en Estados Unidos, comprado como un simple objeto decorativo por un comerciante que luego descubrió su verdadero valor. Esta historia avivó las esperanzas de que otros huevos perdidos puedan aún estar ocultos en colecciones privadas o mercados de antigüedades.