Jorge Bergoglio, quién fuera conocido como el papa Francisco, falleció a sus 88 años de edad el pasado lunes por la madrugada. Desde un principio, su papado estuvo llamado a ser histórico: en 2013, se convirtió en el primer pontífice sudamericano - el 266 de Iglesia - en llegar al trono de San Pedro.
Qué es el embalsamiento moderno, el proceso realizado en el cuerpo del papa Francisco
El objetivo es desinfectar el cuerpo desde el interior, eliminar las bacterias y retrasar la descomposición natural, funcionando como una especie de transfusión a la inversa.
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Funeral del papa Francisco: cómo será la peregrinación del féretro hasta la Basílica de San Pedro
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El Vaticano se prepara para la despedida del papa Francisco en la Basílica San Pedro

El Papa Francisco, en su féretro en la capilla de Santa Marta, donde será las ceremonias de despedida.
Previamente a que se difundieran las primeras imágenes del pontífice en su féretro, su cuerpo fue sometido a un procedimiento denominado embalsamiento moderno. El mismo fue realizado a fin de ser preservado durante tres días, donde los fieles podrán despedirse.
El féretro del papa Francisco será trasladado el miércoles a las 9 desde la capilla de Santa Marta a la Basílica de San Pedro, según confirmó hoy el Vaticano.
El protocolo funerario fue simplificado por deseo expreso del propio pontífice argentino. Este lunes ya se llevó a cabo el rito de constatación de la muerte en la residencia de Francisco, tras lo cual su cuerpo fue introducido en el féretro para ser velado en la capilla del mismo edificio, respetando así las disposiciones establecidas por el Papa en vida.
Qué es el embalsamiento moderno
El embalsamamiento moderno se basa en sustituir la sangre del cuerpo por una solución química que preserva los tejidos. Esta técnica implica introducir una mezcla compuesta por agua, alcohol, colorantes y formaldehído a través de las venas del cuello. El objetivo es desinfectar el cuerpo desde el interior, eliminar las bacterias y retrasar la descomposición natural, funcionando como una especie de transfusión a la inversa.
Antes del avance de estos métodos científicos, se usaban procedimientos más primitivos. Hasta inicios del siglo XX, era común extraer los órganos internos y recurrir a sustancias como aceites, hierbas o incluso lejía para conservar los cuerpos. Estos recursos, sin embargo, no ofrecían una protección duradera, y a menudo se aplicaban medidas adicionales como rellenar cavidades con cera, algodón o plantas para controlar la pérdida de fluidos.
Un punto de inflexión en esta práctica ocurrió con la muerte del Papa Pío X en 1914. Él fue el primer líder de la Iglesia en recibir un embalsamamiento con técnicas modernas, lo que sentó un precedente para el tratamiento de los restos papales. Esta decisión marcó un giro en las costumbres del Vaticano, alejándose de los métodos más antiguos y ceremoniales en favor de procedimientos médicos más eficaces.
En el caso del Papa Francisco, su cuerpo ha sido dispuesto de forma más sobria. Fue colocado directamente en un ataúd de madera forrado con zinc, que permanecerá abierto durante la exposición. Esto representa una diferencia importante respecto a prácticas anteriores, cuando se utilizaban estructuras como catafalcos para la presentación pública del cuerpo.
También se ha optado por abandonar ciertos símbolos tradicionales, como el báculo papal, que no estará presente durante la exposición. Asimismo, se decidió prescindir del uso de los tres ataúdes habituales —uno de ciprés, otro de plomo y un tercero de madera dura—, simplificando así el ritual funerario en consonancia con los cambios introducidos por el propio Francisco en el protocolo papal.
La causa de la muerte y últimas voluntades del papa Francisco
Según determinaron los médicos del Vaticano, Francisco falleció a consecuencia de un ictus cerebral que derivó en coma y un fallo cardiocirculatorio irreversible. El primer papa latinoamericano de la historia dejó establecido en su testamento su deseo de recibir sepultura en una tumba sencilla dentro de una capilla en la basílica de Santa María la Mayor, rompiendo así con la tradición de enterrar a los pontífices en las grutas vaticanas.
Durante estos días también se está llevando a cabo la preparación para el próximo cónclave, que será el más numeroso de los últimos tiempos. Un total de 135 cardenales de 71 países distintos tendrán derecho a voto para elegir al sucesor de Francisco, superando ampliamente los 120 habituales.
Cabe destacar que el 80% de estos purpurados fueron nombrados por el propio Francisco, dejando como legado un colegio cardenalicio más universal y diverso.
Qué ocurre durante las congregaciones cardenalicias
Las congregaciones generales, que ya han comenzado, son reuniones preparatorias donde los cardenales abordan cuestiones prácticas tras la muerte del papa. Además de establecer la fecha del funeral y organizar el traslado del cuerpo, se discuten asuntos relativos al gobierno interino de la Iglesia durante la sede vacante.
Durante estas sesiones, el Camarlengo, cardenal encargado de la administración temporal de los bienes de la Santa Sede, asume un papel relevante. También se revisan las normas establecidas para el próximo cónclave y se realizan los preparativos necesarios para que los cardenales electores puedan reunirse en la Capilla Sixtina cuando llegue el momento de elegir al nuevo pontífice.
Estas reuniones permiten además a los purpurados conocerse mejor entre sí y mantener conversaciones informales sobre los retos que afronta la Iglesia, lo que indirectamente puede influir en la elección del próximo papa, aunque está estrictamente prohibido realizar pactos o acuerdos previos al cónclave.
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