5 de octubre 2024 - 11:30

Robó un banco en plena dictadura militar y se fue en subte con dos bolsas llenas de dólares: la increíble historia del "Rey de los boqueteros"

Un novato de 25 que quedó en la historia delictiva por el robo al Banco Galicia en 1976. ¿Cómo lo logró?

Así fue el robo al banco Galicia en plena dictadura.

Así fue el robo al banco Galicia en plena dictadura.

“En el banco hicieron un simulacro de alarmas. Dice el gerente que es imposible de robar”, esbozó sin preocupación la prima de Claudio Silva Silva y José, en un almuerzo en casa de la madre de los hermanos. Sin embargo, eso fue lo único que tuvieron que escuchar para comenzar a crear un plan. El año es 1976, plena dictadura militar en Argentina.

¿La idea? Robar el Banco Galicia ubicado en Marcelo T. de Alvear 670 donde trabajaba la prima en la limpieza. El problema era que el uruguayo Claudio, si bien era una leyenda del hampa, era tan solo un novato de 25 años. De todas formas comenzaron con una punta, ya que ella tuvo un ataque asma y pidió licencia, por lo que José se postuló para reemplazarla y quedó. Al poco tiempo ya tenía las llaves para entrar todas las mañanas.

Banco Galicia

Cómo fue el robo al banco Galicia en 1976

Así fue que Claudio y José iniciaron el estudio del banco y se armaron con dos más: El Loco, un técnico electrónico, y El Negro. Fue el fin de semana del 7 y 8 de agosto el elegido para llevar a cabo el robo. Y la jornada comenzó tranquila: en un acto de inconsciencia, se armaron y comieron unos sándwiches antes de iniciar.

Comenzaron a hacer el boquete para llegar a las bóvedas. El agujero, hecho en una pared oculta entre un viejo techo y un nuevo cielorraso más bajo, los llevó a las cajas de seguridad, que en total eran 1.976. José se quedó afuera, ya que era el único con presencia justificada en el lugar.

Los ladrones se llevaron de todo: un botín de cinco millones de dólares, 50 kilos de joyas, francos suizos, libras esterlinas, barras de oro, alhajas, un envase de antisudoral, una dentadura, y hasta un juego de pestañas postizas. Incluso robaron las cajas del ex vicepresidente Vicente Solano Lima, la actriz Mona Maris, el gremialista Casildo Herreras y hasta se quedaron con dinero de la sucesión de Aníbal Troilo.

La huida fue un momento curioso. Claudio Silva Silva, con dos bolsas pesadas en mano, baja a una estación de subte y es interceptado por un policía. Pensó que sería palpado y en consecuencia llevado a la cárcel. Pero la respuesta fue todo lo contrario, ya que le pidió fuego. "No fumo", replicó. Luego, cuando fue a comprar el boleto, el vendedor le preguntó: "¿Mucho trabajo maestro?". Silva respondió: "Sí, trabajé toda la noche, pero la verdad fue muy provechoso".

Los ladrones escondieron todo en sus propias casas, debajo de las tejas y en pozos en los jardines. Sin embargo, no fueron lo suficientemente cuidadosos y en un mes cayeron todos presos.

En una nota de 1994 con el Diario Popular, Silva Silva declaró: “Soy el rey de los boqueteros, si a mí me das un rato entro en el Banco Nación haciendo un boquete con forma de corazón”.

Quién era el “Rey de los boqueteros”

"Un ladrón no es una persona pública. Debe vivir en las sombras", había declarado Silva Silva en uno de los encuentros que tuvo con un periodista hace 16 años. De hecho, hoy en día no se conoce su paradero y se presume que está muerto.

Fue una inspiración para Fernando Araujo, uno de los ideólogos del Robo del Siglo al Banco Río en 2006, principalmente por derribar el mito de que solo los ladrones profesionales podían llevar a cabo un plan tan grande de robo.

Sin embargo, Silva Silva echó una carcajada cuando le dijeron que los del Robo del Siglo eran profesionales: "¿Profesionales de qué? Ahora cuando veo en televisión que hablan de que los que robaron el banco Río son profesionales yo me cago de risa porque nosotros no éramos profesionales y fijate lo que hicimos".

Por otra parte, dijo que no volvería a delinquir, debido a la tortura que sufrió por parte de los militares durante el llamado "Proceso de Reorganización Nacional". De todas formas, le quedó nostalgia de aquel robo que quedó en la historia: "¿Sabés de lo que no me olvido? Del olor de la guita nueva".

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