El uso del aire acondicionado se intensifica en verano y más con ola de calor en la Argentina. Con las altas temperaturas, la demanda energética también sube genera preocupación energética y en los bolsillos de los usuarios.
Aire acondicionado en verano: ¿es mejor apagarlo y prenderlo o dejarlo funcionando?
Existen formas de evitar un agotamiento energético del aparato sin perder el confort. Conocé cómo.
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Ante este escenario, surgen dudas: ¿es mejor apagar el aire cuando no se está en casa o hay que dejarlo funcionando a baja potencia? Expertos en energética creen, de forma general, en mantenerlo a una potencia mínima en lugar de apagarlo y encenderlo repetidamente.
Este método permite conservar una temperatura constante sin forzar el sistema a trabajar a máxima capacidad en cada encendido, lo que podría traducirse en un mayor consumo de energía.
Cómo afecta el encendido y apagado del aire acondicionado al consumo energético
Al volver a encenderlo, el sistema debe trabajar a plena capacidad para alcanzar la temperatura deseada. Esto aumentan el gasto energético, ya que el aparato debe enfriar nuevamente un ambiente que ya acumuló calor.
Por el contrario, mantener el aire acondicionado encendido a baja potencia mantiene un clima estable, lo que evita que el sistema tenga que iniciar desde cero el proceso de enfriamiento.
Cuándo conviene apagar el aire acondicionado y cuándo mantenerlo encendido
La decisión entre apagar o dejarlo encendido depende de la duración de la ausencia en el hogar. Si se trata de una salida de pocas horas, mantenerlo funcionando en un nivel bajo puede ser más conveniente en términos de energía.
En cambio, si la casa permanecerá desocupada durante varias horas o incluso días, apagar el aire acondicionado es la opción más adecuada.
En qué situaciones el ventilador es una medida viable
El uso de ventiladores se presenta como una opción más económica. No obstante, no enfrían el aire, sino que solo generan una corriente que disipa el calor corporal.
En días de temperaturas extremadamente altas, su eficacia es limitada en comparación con un aire acondicionado, lo que hace que su conveniencia dependa de las condiciones climáticas y las necesidades específicas del hogar.
Qué otras formas hay para ahorrar energía al usar el aire acondicionado
Para reducir el impacto en el consumo energético sin renunciar al confort, regular la temperatura adecuadamente es clave: por cada grado que se reduce en el termostato, el consumo eléctrico aumenta en un 8%.
Por ello, es mejor una temperatura moderada para enfriar de manera progresiva. Otra estrategia efectiva es cerrar puertas y ventanas, evitando que el aire frío se escape y el equipo deba trabajar más para mantener la temperatura deseada.
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