Carmen, el pastificio palermitano que abrió sus puertas en abril de 2024, es un proyecto que reúne tres atributos propios de la idiosincrasia argentina: una fábrica de pastas que remite a lo artesanal, un restaurante con sabores de infancia para compartir en compañía y un grupo de amigos. Una propuesta que fusiona lo tradicional con lo innovador y se caracteriza por preparaciones con mucha manteca, cítricos, colores y rellenos originales.
El restaurante de Palermo que sorprende con pastas y kamado
Uno de los platos preferidos de los argentinos, la pasta, es la gran protagonista de Carmen, que conquista los paladares más exquisitos con una fusión de técnicas y sabores innovadores.
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El chef a cargo de este espacio es Nacho Feibelmann, reconocido cocinero rosarino que participó de la edición argentina del programa MasterChef, y en este proyecto lo acompaña su grupo de amigos, igualmente apasionados de la gastronomía como él.
Las pastas son las protagonistas indiscutidas de su carta y se destacan por una novedosa combinación de colores y sabores, lo que queda claro haciendo un repaso por algunos de sus platos. Además, sorprende el uso del kamado para la preparación de algunos rellenos. Por ejemplo, en el apartado de entradas aparecen opciones como el raviolón frito (centro de yema, tomates, olivas negras, mozzarella, pesto), las croquetas de hongos ahumados (portobellos al kamado con salsa sweet chilli thai) y el gazpacho de remolacha.
Luego, entre los principales se pueden mencionar los tortelli de pesca de río hecha al kamado con manteca de lemongrass; girandola rellena de batata asada con parmesano, castañas, manteca y menta; cappelletti de remolacha con provolone (remolacha al kamado, lima, pangrattato, crema cítrica), fagottini de asado (blend de vacío y roast beef asados, pasatta de morrón ahumado, aceite de perejil y tomates orgánicos), tortelli de hongos (portobellos al kamado, ricota, provolone, beurre blanc de Chenin), cacio e pepe (cavatelli, parmesano, pimienta), carbonara (rigatoni importados, yema de campo, parmesano, pecorino, guanciale) y spaghetti al pesto, entre otros.
La carta se completa con una selección de postres frescos, acordes a la temporada estival, bienvenidos como opciones ideales y con la combinación justa de sabores para quienes la sobremesa debe incluir un dulce. Entre otros, ananá con crumble especiado, yogur y miel picante; queso y dulce (cuartirolo artesanal y dulces orgánicos de Mendoza) y tiramisú de pistacho.
Sus pastas encuentran el maridaje adecuado en la carta de vinos, con 26 etiquetas, que incorporan varios estilos, como pét-nat, naranjos, rosados y una pequeña selección de blancos, tintos ligeros y corpulentos, a cargo de la sommelier y periodista especializada Sorrel Moseley Williams.
La fachada del restaurante, con amplios ventanales que permiten apreciar el trabajo diario de los cocineros, es una invitación imposible de rechazar para los más curiosos y amantes de las pastas. La ambientación y la decoración se complementan con ladrillos a la vista, delicadas mesas de madera y pisos de loza, haciendo del espacio un sitio confortable y acogedor para vivir plenamente esta experiencia gastronómica. La barra, que separa el salón de la cocina a la vista, y el pequeño jardín con plantas son algunos de los detalles protagonistas.
Para quienes buscan disfrutar de un almuerzo al aire libre en los cálidos días de verano, Carmen, emplazado en una típica esquina palermitana, cuenta con un deck de mesas y elegantes sillas en la vereda, para una sobremesa sin horarios y en buena compañía.
Dirección: Gurruchaga 1426, Palermo.
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