La ciencia reveló la increíble relación entre las plantas y la obesidad

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Un estudio reciente reveló que vivir en entornos rodeados de vegetación urbana puede reducir significativamente la probabilidad de desarrollar obesidad abdominal. Los adultos que residen en áreas con mayor presencia de plantas y árboles tienen hasta un 20 % menos de probabilidades de sufrir acumulación excesiva de grasa en la cintura en comparación con quienes viven en zonas con menos espacios verdes.

El estudio fue realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Barcelona y el Instituto de Salud Global (ISGlobal), quienes analizaron datos de más de 10 000 personas en diferentes ciudades europeas. Se tomaron en cuenta variables como el índice de masa corporal (IMC), la circunferencia de la cintura y la proximidad de cada persona a espacios verdes como parques, jardines y bosques urbanos.

Los resultados mostraron que los individuos que vivían a menos de 300 metros de un espacio verde tenían un menor riesgo de desarrollar obesidad, incluso después de ajustar factores como edad, nivel socioeconómico y hábitos alimenticios. Los beneficios eran más evidentes en personas de mediana edad y adultos mayores, lo que sugiere que la exposición a la naturaleza juega un papel clave en la prevención de enfermedades metabólicas.

Vivir rodeado de plantas reduce la posibilidad de obesidad, según la ciencia

Los investigadores identificaron varias razones por las cuales los entornos con vegetación pueden influir positivamente en la salud y el peso corporal:

• Mayor actividad física: la presencia de parques y áreas verdes promueve un estilo de vida más activo, ya que facilita el acceso a caminatas, ciclismo y otras actividades al aire libre.

• Reducción del estrés: estudios previos demostraron que el contacto con la naturaleza disminuye los niveles de cortisol, la hormona del estrés, que está asociada con el aumento de peso y la acumulación de grasa abdominal.

• Mejor calidad del aire: la vegetación ayuda a filtrar contaminantes y mejora la calidad del aire, lo que reduce el riesgo de inflamación crónica y enfermedades metabólicas vinculadas a la obesidad.

• Fomento de la vida social y el bienestar emocional: vivir en entornos verdes también favorece la interacción social y el bienestar mental, lo que indirectamente influye en hábitos más saludables.

Los resultados de este estudio refuerzan la importancia de diseñar ciudades más sostenibles e inclusivas, con una distribución equitativa de áreas verdes. Diversos gobiernos y organismos de salud pública están promoviendo iniciativas para aumentar la cantidad de vegetación en espacios urbanos, reconociendo los beneficios no solo para la salud física, sino también para la calidad de vida de los ciudadanos.

A medida que las ciudades continúan expandiéndose, la integración de espacios verdes podría ser una solución clave para combatir no solo la obesidad, sino también otros problemas de salud pública.