2 de diciembre 2024 - 19:21

La parrilla que rinde homenaje a la cocina argentina contemporánea

En el subsuelo del hotel Mío Buenos Aires, sirve carnes de novillo de Entre Todos, un frigorífico con más de 30 años de trayectoria en el sector.

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Ubicado en el subsuelo del hotel boutique Mío Buenos Aires en Recoleta, Rufino se presenta como un encantador speakeasy que brinda una experiencia culinaria excepcional. Esta moderna parrilla rinde homenaje a la cocina argentina contemporánea, fusionando lo clásico con lo innovador. Su compromiso con la calidad se refleja en el uso de carnes de novillo de Entre Todos, un frigorífico con más de 30 años de trayectoria en el sector, conocido por su responsabilidad y excelencia en el servicio.

Al ingresar a Rufino, el ambiente sofisticado invita a disfrutar cada momento. Al bajar las escaleras hacia un salón elegante, decorado con madera y hierro, los comensales encuentran cómodos sillones de cuero con mesas de madera estilo campestre, y una barra de bebidas junto a una extensa vitrina con botellas de vinos. También llama la atención en su diseño un imponente mural de vacas, que llama la atención apenas se accede al local, al igual que el luminoso cartel de neón con el nombre del lugar.

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La propuesta gastronómica comienza con una variedad de platitos fríos y calientes. Entre los destacados se encuentra el carpaccio de remolachas asadas, servido con ricota fresca, gajos de naranja y eneldo; las empanadas fritas, que pueden ser de asado cortado a cuchillo, humita con verdeo y queso muzzarella, o cordero patagónico con salsa picante de tomates. También hay chorizo artesanal con ensaladita criolla y chimichurri, morcilla servida con chucrut de repollo y chutney de tomate, y mollejas acompañadas de puré de coliflor.

En la sección de principales, los comensales pueden elegir entre una selección impactante de carnes y verduras asadas. Sobresalen el ojo de bife a la parrilla (750 g) con manteca de chimichurri y ajo; el costillar del centro cocido a baja temperatura durante seis horas; y el bife de chorizo con manteca de hierbas. Para quienes prefieren opciones vegetarianas, la coliflor asada con yogur y hierbas frescas es una elección perfecta. Además, hay platos como el risotto de hongos patagónicos y tagliatelle al huevo con salsa de hongos asados.

El final dulce no se queda atrás, los postres tradicionales incluyen flan casero con dulce de leche colonial y crema de vainilla, panqueque con dulce de leche caramelizado,helado y salsa toffee, así como un cremoso de chocolate que se complementa a la perfección con un crocante de frutos secos y cristales de sal marina patagónica.

La oferta disponible de bebidas ofrece una variedad de vinos federales, tanto clásicos como contemporáneos, organizados por su nivel de intensidad, desde los más ligeros hasta los más robustos, lo que permite explorar diferentes regiones del país. Asimismo, su coctelería de autor presenta reinterpretaciones de cócteles tradicionales, fusionando frutas tropicales y cítricas con almíbares artesanales y refrescos naturales. Entre las recomendaciones figuran el Pasionario, que mezcla tequila José Cuervo con maracuyá, lima y Hesperidina; el Argenpisco, una versión del clásico pisco sour con un toque de malbec; y el Rufina, que combina ron con un mix de cítricos, maracuyá, frutos rojos y soda.

Dirección: Av. Pres. Manuel Quintana 465, subsuelo del Hotel Mío Buenos Aires, Recoleta.

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