Hace unos años era difícil imaginar a una mujer al mando de una bodega, liderando un equipo de trabajo en un viñedo o en cargos de tomas de decisión en una compañía vitivinícola. Y si bien el universo del vino aún mantiene esa faceta tradicionalista y conservadora desde el punto de vista de género, de a poco se van abriendo puertas.
Mujeres que lideran la transformación en el negocio del vino
Empresarias, chefs, directoras del área de turismo, gerentas de marketing, enólogas. Rompieron los paradigmas de una industria históricamente machista y hoy marcan el rumbo en algunas de las bodegas más prestigiosas de la Argentina. En el Día Internacional de la Mujer, dialogamos con un puñado de protagonistas en el sector vitivinícola.
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Empresarias, propietarias de bodegas, enólogas, sommeliers, chefs, directoras del área de turismo; son cada vez más aquellas que se destacan en las distintas regiones productoras de vino a lo largo y a lo ancho del país.
Con motivo del Día Internacional de la Mujer, dialogamos con un puñado de mujeres que rompieron los paradigmas de una industria históricamente machista y hoy marcan el rumbo en algunas de las bodegas más prestigiosas de la Argentina.
LA PIONERA
La primera en atreverse a romper el techo de cristal fue Susana Balbo, quien marcó el camino, primero en Cafayate, donde estuvo diez años, y posteriormente en Mendoza. Hoy, con cuatro décadas de trayectoria en la industria vitivinícola, es propietaria de su propia bodega, Susana Balbo (originalmente Dominios del Plata) en Agrelo, en el departamento de Luján de Cuyo y hace poco presentó dos nuevos emprendimientos: un hotel y un avión turístico, mientras apuesta a sumar mercados de exportación y lanzar líneas de vinos orgánicos.
Ana Lucía Lovaglio Balbo es la hija de Susana. Ingresó a la empresa familiar en el año 2012. “Al poquito tiempo de mi ingreso renunció un chico que trabajaba en Comex y le sugerí a mi mamá reemplazarlo, de modo de aprender un poco de todo. Luego naturalmente me fui metiendo en temas de marketing y en el año 2013, cuando ingresó Edy Del Pópolo como Gerente General, me sugirió que desarrolle el departamento de marketing. Y nos empezamos a especializar con los años”, relata Ana. “Al mismo tiempo siempre me interesó la gastronomía y tuve la iniciativa de inaugurar nuestra área de turismo abriendo un restaurante en la bodega. Así fue como en el año 2013 nació Osadía de Crear. Allí empezamos a desarrollar un turismo más ofensivo con distintas propuestas al público”, continúa.
“En el mundo de Susana Balbo, las mujeres ocupamos un rol muy importante en todos los ámbitos”, agrega Flavia Amad Di Leo, Gerente de Turismo, Hospitalidad y Gastronomía de la bodega y chef de Osadía de Crear y de La Vida Inhouse Restaurant, que pertenece al lujoso Susana Balbo Winemaker’s House & Spa Suites, propiedad de Susana y su hija Ana, en Chacras de Coria. “Es importante destacar cómo Susana prepondera el rol de la mujer. A ella le costó mucho llegar donde está, en una industria que fue siempre dominada por hombres”, enfatiza Flavia.
Licenciada en Comercio Internacional, Laura Santi también es parte del equipo de Balbo. “En el año 2000 comencé a trabajar en la bodega como asistente de Susana y a cargo de coordinar todos los despachos de la empresa. En 2005 pase al área comercial a manejar algunos mercados (América y Asia) y en 2009 me hice cargo del área de Producción & Logística. Este nuevo puesto me exigió aprender cosas nuevas y totalmente diferentes a lo que había estudiado y venía haciendo”, expone Laura.
DESAFÍO SUSTENTABLE
Economista de profesión, la empresaria Anne Bousquet creció en una familia vitivinícola en la ciudad de Carcasona, en el suroeste de Francia. “Recuerdo a los 10 años estar rodeada de viñedos y en tiempos de cosecha todo se volvía mágico, maravilloso. Mi padre fue el primero en llegar a Argentina. Él dio los primeros pasos en la plantación de viñedos orgánicos en una zona única, virgen y fértil como Gualtallary en Valle de Uco, Mendoza”, rememora la Co-CEO, Presidente y cofundadora de Domaine Bousquet.
En el año 2009, con su esposo Labid Al Ameri, impulsaron el sueño de convertirse en la primera bodega 100% orgánica argentina certificada nacional e internacionalmente.
En Domaine Bousquet, el 40% de los empleados son mujeres. “Contamos con mujeres en todas las jerarquías organizacionales. Las apoyamos a desarrollarse profesionalmente en distintos sectores”, aclara Anne, cuyo principal desafío es “liderar una empresa que crece año tras año, en un país tan volátil como Argentina y bajo un contexto internacional nada sencillo”.
Las expectativas de Anne sobre el mercado vitivinícola local son alentadoras. “Hace 20 años, la superficie cultivada en Argentina sólo la concentraban Mendoza y San Juan. Sin embargo, hoy este mapa es muy diferente, ya que la vitivinicultura nacional se extiende en más de 18 provincias, casi la totalidad del territorio y con una calidad del vino superior. Hoy en día, la marca ‘Argentina’ con vinos de calidad ya es muy reconocida a nivel global y se impone en los concursos y ferias más prestigiosas del planeta”, explica.
CIEN AÑOS DE HISTORIA
Paula Pulenta se crió entre fincas y viñedos, acompañando a su padre, Carlos y a su abuelo Antonio, co-fundador de Peñaflor. “Mi papá alcanzó a trabajar casi 30 años en Peñaflor. Una vez vendida la empresa, seguimos administrando algunos viñedos hasta que en el año 2001 él decide empezar la construcción de lo que hoy es Bodega Vistalba, en el corazón de una finca propia, ubicada en Vistalba, Lujan de Cuyo. Es ahí cuando yo, ya recibida de Licenciada en Administración de Empresas, me uno al proyecto”, repasa Paula, gerenta general de la bodega.
OTRAS VOCES
Hablar del protagonismo de la mujer en la industria del vino, describe una realidad. Aunque en el imaginario de muchas personas, que una mujer elabore vinos, sigue siendo poco común, la actualidad de las bodegas en la Argentina desmiente esa creencia.
“Me pone muy contenta ver que cada vez somos más mujeres en esta industria”, confiesa Paula “Pupi” González, enóloga de Pyros Wines. Su pasión por el vino comenzó de la mano de su papá y de su abuelo, ambos propietarios de pequeños viñedos en la zona este de Mendoza. “De más grande hice la carrera de Licenciatura En Enología en la Universidad J.A. Maza y un año antes de recibirme ingresé a trabajar en Bodega Casarena (Luján de Cuyo), donde tuve la posibilidad de estar en todas las áreas del proceso, lo que me permitió tener una visión aún más global de toda la industria”, comenta Paula.
En el año 2015, Paula emprendió un viaje a España, para realizar una vendimia en Comando G, una prestigiosa bodega a las afueras de Madrid. En el 2016, se mudó a San Juan para sumarse al equipo enológico de Bodega Graffigna (ex grupo Pernod Ricard), a cargo de los vinos alta gama de su portfolio. “Allí es donde comienzo a recorrer los diversos valles de la provincia, entre ellos Valle de Pedernal, hasta que en el año 2019 me sumo al equipo de Pyros Wines como enóloga y responsable del proyecto”, relata.
Bodega Doña Paula también se suma a la ola. Andrea Tansini y Belen Tudela son las encargadas de todos los procesos de elaboración de vino, que incluyen coordinación de ingreso de la uva, seguimientos de fermentaciones y definición y realización de cortes, preparación de vinos para su embotellado. “Hoy nuestros vinos se adaptan a los distintos perfiles y situaciones de consumo que existen. Desde vinos más frutados para consumir todos los días, a vinos de guarda para tomarlos en ocasiones especiales”, apunta Andrea, quien tiene una mirada crítica de la industria: “la Argentina tiene mucho potencial, excelentes vinos, pero lamentablemente no acompañan las políticas económicas actuales”, analiza. Para la enóloga, el objetivo inmediato es “lograr ser más rentables; los productores tienen poco o nada de subsidios para afrontar la difícil situación, sumado a la falta de agua y a las contingencias climáticas hacen que el productor migre a otras actividades”.
El recorrido de Maricel Valdez comenzó en Catena Zapata, mientras cursaba sus estudios en la facultad. “Empecé como operaria, a los 3 meses quedé como asistente de enología y después de un año pasé a formar parte del grupo enológico como la enóloga a cargo de todos los vinos de alta gama. Ahí tuve la oportunidad de trabajar con mis dos mentores, Alejandro Vigil y Felipe Stahlschmidt”, recuerda. En el año 2021 se sumó a la empresa de Familia Millán como enóloga de vino de alta calidad, “donde desarrollamos el crecimiento, la creación y la elaboración de vinos especiales, buscando la excelencia”, afirma la líder de la nueva línea Familia Millán Wine Series, de Bodega Los Toneles.
Respecto a la competitividad de la Argentina en el mundo, Maricel considera que “nos hemos posicionado muy bien en el mercado mundial del vino. Somos unos de los 10 productores de uva. Con el Malbec hemos ganado prestigio y es reconocido mundialmente, además se está trabajando fuertemente en otros vinos que lo pueden acompañar, como los nuevos vinos blancos, los Cabernets Franc y el Pinot Noir”.
De la bodega también forman parte Marisel Millán, gerente comercial y Melisa Millán, encargada de hospitalidad (Eventos, Turismo y Galería de arte). “Además hay dos mujeres dentro de mi equipo, Paula Avendaño es mi mano derecha en enología y Romina Pellicer es la encargada del Laboratorio. Con ellas mi día a día es muy llevadero, me tienen un aguante increíble”, bromea Valdez.
Para Romina Crisci, quien lleva casi 10 años en Bodegas Bianchi (inicialmente como gerente de Trade Marketing y luego de 3 años incorporando el área de marketing a sus responsabilidades), “el crecimiento del sector, se debe al trabajo en conjunto que vienen realizando todos los productores argentinos y por supuesto a la gran cantidad de reconocimientos internacionales que nuestro país ha ido cosechando especialmente durante las últimas dos décadas”.
“El eje en común que tienen nuestras marcas es la calidad, lo que varía entre etiqueta y etiqueta es la complejidad que ofrece cada uno de los vinos, pudiendo encontrar entonces vinos clásicos, pasando por etiquetas de vinos jóvenes, alta gama, hasta vinos ícono de renombre internacional como el Enzo Bianchi o el IV Generación, que el año pasado fue reconocido por Decanter entre los 50 mejores vinos del mundo”, cuenta Romina, quien acaba de ser mamá y en este momento su principal desafío pasa por “lograr conciliar mi carrera profesional con mi nuevo rol”, concluye.
Lucia Irazusta (Licenciada en Comercialización) tiene un extenso recorrido en la industria de las bebidas. Trabajó con espirituosas, aperitivos, vinos y espumantes. “Mi paladar fue evolucionando junto con mi carácter y formación. Al principio trabajaba como brand manager de vino y no me gustaba, a veces hasta ´actuaba´ en las catas y luego escupía, hasta que logré enamorarme y apreciar todos sus encantos”, confiesa entre risas Lucía, responsable de La Experiencia Schroeder (Familia Schroeder, en Neuquén), que incluye marketing, e-commerce, turismo y restaurant. “Ser de Patagonia es un atributo muy diferencial”, asegura Lucía. “Es una zona distinta a otras y muy valorada”, asevera.
Con 22 años, Soledad Mayorga ingresó a Bodega Luigi Bosca como asistente de Marketing. Luego, pasó por Familia Zuccardi, como responsable de Material POS, Eventos y asistente de los jefes de marca. Más tarde fue Jefa de marca de Bodega Santa Julia; Kaiken Wines y actualmente es Brand Manager de Bodega Andeluna, que este año celebra dos décadas de trayectoria. “He tenido la gran posibilidad de aprender de grandes mentores y sobre todo pasar por marcas muy distintas en cuanto a su perfil, que me ayudaron a desafiarme constantemente y llegar a donde estoy hoy”, cuenta.
Otra de las protagonistas de la vitivinicultura argentina es Andrea Ferreyra, jefa de enología de La Celia, bodega ubicada en el mendocino Valle de Uco. Andrea tuvo un primer acercamiento con el vino en su adolescencia, luego estudió enología, hizo un posgrado y actualmente está realizando una maestría. Sin embargo, aclara que su principal formación la recibió trabajando en bodegas: “tempranamente con Susana Balbo, en Martins; luego en La Rural (Rutini), Cavas de Weinert y finalmente en 2006 ingresé al equipo de enología de Finca La Celia, que es mi segundo hogar. A partir del 2012 tuve la oportunidad de liderar el área como Jefa de Enología”.
“En nuestros vinos pretendemos destacar la frescura de la región, por lo cual el punto de cosecha es fundamental para mantener la vivacidad y energía”, sostiene Andrea, antes de aclarar que le gustaría incursionar en la elaboración de Pinot Noir: “es una asignatura pendiente”, confiesa.
Sofía Ana, ingresó a Bodega Colosso Wines/Sottano (también elaboran los vinos de Bodega Sin Reglas) en 2018 como encargada de laboratorio, y el año pasado pasó a formar parte del equipo de enólogos junto a Adrián Toledo. Al igual que otras colegas, Sofía destaca que en el equipo de trabajo son más mujeres que hombres, ocupando distintos puestos, administrativos, turismo, laboratoristas, entre otros. “Trabajamos para elaborar los mejores vinos de alta gama focalizándonos en los trabajos de viñedos, y nuevas técnicas enológicas para poder lograr lo distinto, lo especial”, declara.
Jimena Joffre creció entre viñedos, al lado de su padre, cuando fundó en 1998 la bodega RJ Viñedos, que lleva sus iniciales (Raul Joffre). “En ese entonces, el rol de la mujer en esta industria no era el mismo que el de hoy, y el espacio que tenía Argentina en las góndolas internacionales estaba muy lejos del actual. Con suerte se encontraba algún Malbec en un espacio resignado de la góndola”, recuerda Jimena. “He tenido el privilegio de evidenciar el camino que se ha estado construyendo con los vinos de Argentina, con el esfuerzo e inversión de muchas bodegas, y con la visión de lograr el reconocimiento de la calidad de nuestras tierras y de nuestros productos, con el Malbec como bandera”, continúa.
LOS RETOS DE LA INDUSTRIA
Respecto a las dificultades que atraviesa la industria, Jimena considera que “El principal desafío es ser más competitivos, con una estrategia sostenible. Para esto hay varios aspectos que dificultan, más que nada coyunturales, de tipo de cambio y financieros. El cambio climático también hace su parte, son varias las dificultades que por ejemplo estamos afrontando con el clima en esta vendimia y esperamos llegar a cosechar buena calidad en marzo aunque el volumen de producción por hectárea será bastante menor al promedio”.
Para Paula González, “uno de los principales retos es el crecimiento de las exportaciones. Además de las macroeconómicas que atraviesa el país y que repercuten en la industria del vino, el tema de los acuerdos de libre comercio con países que son mercados clave o potenciales muy importantes (como China) nos pone en desventaja con nuestro vecino Chile o con otros competidores como Australia, NZ o Sudáfrica”.
Anne Bousquet coincide: “Sin lugar a duda, la exportación es el principal desafío. Por los costos logísticos; nosotros somos exportadores y es difícil por el retraso en los tiempos de transporte, por la inflación, el atraso cambiario que sufrimos los exportadores vitivinícolas. Los ingresos son al tipo de cambio oficial pero los costos de producción se incrementan siguiendo la acelerada inflación. Por ello, mes tras mes perdemos competitividad internacional por no poder equiparar los precios a la misma velocidad que los vertiginosos cambios de costos”.
Para Ana Lucia Lovaglio Balbo el 2023 será un año complicado. “Tenemos desafíos de competitividad en los mercados de exportación debido al atraso cambiario, tenemos una categoría que en ciertos mercados no crece y presenta dificultad para la venta. A esto se le suman problema de provisión de uva y amenazas de un precio de la uva en valores nunca vistos. También hay grandes retos respecto al abastecimiento de insumos, tiempos eternos para aprobaciones de importaciones, imposibilidad de girar dinero al exterior para pagar múltiples servicios que tenemos afuera, costos que se han duplicado luego del Covid-19 para viajar y visitar los mercados. Realmente la complejidad de este año es muy alta”, se sincera.
Sofía Ana se suma a sus colegas respecto al contexto económico local, y agrega como factor clave “los grandes cambios climáticos que provocan que se adelanten cosechas y se incrementen los riesgos de heladas y caída de granizo”. En la misma línea está Ferreyra: “este año será difícil para los productores de uva, afectados por los accidentes climáticos cada vez más extremos, y también lo será para las bodegas, en especial aquellas que tienen que comprar la uva; ésta será poca y cara, por lo tanto, las elaboraciones también lo serán y es difícil trasladar esos incrementos al producto final, sobre todo a los vinos que se exportan”.
Pulenta, en cambio, trae una frase de su padre Carlos: “él siempre habla de un concepto muy interesante que es el de ser proveedores confiables. Especialmente para los mercados externos se necesita ser estable en la calidad y los precios. En el exterior no están acostumbrados a los vaivenes económicos. Cuando uno no puede mantener las condiciones de precio y calidad que se pactan en las negociaciones, se pierden lugares en las góndolas y oportunidades con clientes que son muy difíciles de recuperar. La competencia es muy grande, por lo que tenemos que encontrar la forma como industria y como país de no tener estos problemas o por lo menos no transferirlos al exterior si queremos ser competitivos”, analiza.
“Hay muchos inconvenientes”, agrega Irazusta. “Los precios, la inflación, las importaciones y problemas de abastecimiento de insumos, entre otros. En resumen, está muy complicado el camino, pero no imposible”, concluye la representante de Familia Schroeder.
LOS PREFERIDOS
A la hora de recomendar un vino elaborado en la bodega y otro por afuera del portafolio de la marca, las entrevistadas no dudaron:
- Anne Busquet: 1- Domaine Bousquet Reserve, Pinot Noir. 2- Me gustan mucho los Malbecs que están haciendo en Viña Cobos.
- Paula González: 1- Pyros Vineyard Limestone Hill Malbec. 2- Primus Cabernet Sauvignon de Bodegas Salentein.
- Lucia Irazusta: 1- Familia Merlot. 2- Nosotros, de Susana Balbo.
- Ana Balbo: 1- Susana Balbo Signature White Blend. 2- Credo Semillón.
- Sofía Ana: 1- Barrabás Cabernet Franc, de Bodega Sottano y Tramposo Cabernet Sauvignon de bodega Colosso Wines. 2- Gitano, de Bodega Sin Reglas.
- Andrea Ferreyra: 1- La Celia Elite Malbec. 2- El Riesling y el Pinot Noir de Leyda.
- Paula Pulenta: 1- Progenie (espumante). 2- Me encanta probar varietales diferentes a los que elaboremos en la bodega. Me inclino muchísimo por los blancos, cada vez más. Y si tengo que elegir un tinto, suelo elegir un corte.
- Maricel Valdez: 1- La Culpa, Blend de Montaña. 2- Grey Moustache, de Entrevero.
- Romina Crisci: 1- María Carmen. 2- Albariño Reserva, de Bodega Garzón.
- Soledad Mayorga: 1- Blanc de Malbec, que pronto a salir al mercado. 2- Progenie II, de Bodega Vistalba.
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