12 de octubre 2024 - 16:00

Paso a paso: cómo limpiar tus adornos de bronce y dejarlos relucientes

Te quedaron los adornos de la abuela y no tenés idea como limpiarlos? Seguí esta guía y dejalos como nuevos.

No gastes en un limpiador, seguí estos pasos para dejar brillantes tus adornos de bronce. 

No gastes en un limpiador, seguí estos pasos para dejar brillantes tus adornos de bronce. 

En muchas casas antiguas que fueron edificadas cientos de años atrás, varios adornos incrustados en los muebles y puertas están hechos de bronce. Incluso hay familias que, a través de herencias, todavía conservan vajilla y recuerdos de sus antepasados fabricados en este metal tan popular en el pasado, pero que puede ser difícil de limpiar.

Al ser un metal compuesto, y el tiempo expuesto a la luz y las manos que está en un hogar, tiende a mancharse y percudirse con el paso de los años. Si bien aún existen limpiadores específicos que son ideales para limpiar el bronce, acá abajo te dejamos cuatro trucos caseros de limpieza con elementos fáciles de conseguir para llegar al mismo resultado.

bronce puerta picaporte

Trucos de limpieza para tus piezas de bronce

Vino blanco

El vino blanco caliente es una opción excelente que te permite limpiar el bronce casi al instante. Podés usar el más barato que consigas, lo importante es que tiene unas sustancias químicas que limpian el bronce rápido. Sumergí el objeto en el vino blanco caliente unos minutos y listo.

Vinagre, agua y sal

Mezclá partes iguales de agua y vinagre blanco en un recipiente lo suficientemente grande como para poner la pieza de bronce que querés limpiar. Dejala en remojo toda la noche. Si tenés varias piezas, andá moviéndolas de vez en cuando para asegurarte de que el vinagre y la sal lleguen bien a todas las partes. Al final, enjuagá y secá para sacarle brillo.

Usá bicarbonato y limón

Mezclá bicarbonato con limón y agua tibia. Después, con un pulverizador, rociá el objeto. Luego, limpiá la suciedad con un trapo de microfibras.

Limón, vinagre, amoníaco y agua

Es la opción más intensa y, en la mayoría de los casos, da resultados excelentes. Si las medidas naturales y artificiales anteriores no funcionan, podés recurrir a esta última. Sumergí el objeto en una mezcla de limón, vinagre, amoníaco y agua durante unos 5 minutos. Después, secá con un trapo seco para quitar el exceso de líquido y esperá unos minutos para ver el cambio en la pieza.

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