20 de febrero 2025 - 11:57

Qué es el aspartamo, un sustituto del azúcar que genera riesgo de enfermedades cardíacas

Un experimento en ratones indicó que este edulcorante artificial promueve niveles altos de insulina. Esto genera inflamación en los vasos sanguíneos y acumulación de placas grasas en las arterias.

Al igual que el azucar, los edulcorantes promueven niveles altos de insulina en sangre.

Al igual que el azucar, los edulcorantes promueven niveles altos de insulina en sangre.

Un reciente estudio en conjunto entre tres países abrió de nuevo el debate sobre un edulcorante artificial y su impacto en la salud. Se trata del aspartamo, relacionado a enfermedades cardíacas por un impacto en las arterias.

Un estudio científico del Instituto Karolinska en Suecia en colaboración con expertos de China y Estados Unidos, reveló un posible mecanismo que vincula el consumo de este endulzante con la aterosclerosis. Se trata de una condición que endurece y estrecha las arterias, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

¿Cómo afecta el aspartamo al organismo?

Durante el estudio, se alimentó a ratones con una dieta rica en grasas y colesterol (HFCD) que contenía un 0,15% de aspartamo (una cantidad habitual en estudios con ratones, un poco más del doble de la cantidad que se permite que contengan las bebidas para humanos) o un 15% de azúcar normal (sacarosa).

Los investigadores administraron aspartamo a ratones durante 12 semanas, en cantidades comparables a las que un humano consumiría al beber tres latas de gaseosas light al día. Los resultados mostraron que estos animales presentaban niveles elevados de insulina, inflamación en los vasos sanguíneos y acumulación de placas grasas en las arterias.

Demostramos que el consumo de aspartamo estimula la liberación de insulina y contribuye a la aterosclerosis en ratones, y qué moléculas están implicadas. Es solo un estudio en animales, pero creemos que los resultados también pueden ser relevantes para los humanos porque vemos que el aspartamo afecta la liberación de insulina también en los monos”, explicó el doctor Yihai Cao, profesor del Instituto Karolinska y líder del estudio.

Uno de los hallazgos más reveladores fue la identificación de una proteína inflamatoria clave, llamada CX3CL1. Esta molécula se vuelve más activa con el aumento de insulina y su presencia en la aorta promueve la inflamación de la pared de los vasos sanguíneos.

En los ratones que carecían del receptor de esta proteína, el aspartamo no generó el mismo nivel de daño arterial, lo que sugiere que CX3CL1 podría ser un objetivo potencial para futuros tratamientos contra enfermedades cardiovasculares.

aspartamo
La molécula CX3CL1 se vuelve más activa con el aumento de insulina y su presencia en la aorta inflama los vasos sanguíneos.

La molécula CX3CL1 se vuelve más activa con el aumento de insulina y su presencia en la aorta inflama los vasos sanguíneos.

Implicaciones para la salud

Si bien el estudio se llevó a cabo en ratones modificados genéticamente, algunos experimentos en primates reforzaron la hipótesis de que el aspartamo afecta a la liberación de insulina. Sin embargo, los investigadores advierten que aún es prematuro extrapolar estos resultados a la especie humana.

El doctor James Leiper, fisiólogo cardiovascular de la British Heart Foundation, subraya la importancia de seguir investigando antes de llegar a conclusiones definitivas: “Es importante destacar que estos hallazgos aún no se han observado en humanos”.

Además, el químico Oliver Jones, de la Universidad RMIT de Australia, matiza que “si el aspartamo causara algún aumento en el riesgo cardiovascular (lo cual no se probó), entonces ese riesgo probablemente sería muy pequeño comparado con cosas como dietas ricas en grasas y azúcares y la falta de ejercicio”.

El aspartamo está presente en refrescos, chicles, yogures y hasta medicamentos y su uso fue promovido como una alternativa al azúcar, especialmente en casos de buscar reducir el consumo de calorías.

Sin embargo, diversos estudios sugieren efectos adversos: además de los riesgos cardiovasculares, investigaciones previas lo vinculan con problemas neurológicos, como ansiedad y dificultades en el aprendizaje. En 2012, un estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition encontró una correlación entre el consumo de bebidas dietéticas y un mayor riesgo de diabetes tipo 2.

A pesar de estos hallazgos, agencias reguladoras como la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA) mantienen que el aspartamo es seguro en las cantidades permitidas para el consumo humano. La EFSA realizó una revisión exhaustiva en 2013 y concluyó que no había pruebas suficientes para prohibir su uso en la alimentación.

La controversia sobre los edulcorantes artificiales

Si bien se presentan como una opción más saludable, los efectos de los edulcorantes artificiales a largo plazo siguen siendo inciertos. Algunos estudios demostraron que estos compuestos pueden alterar el microbioma intestinal (digestión y metabolismo). Un informe en Nature en 2014 reveló que ciertos edulcorantes pueden inducir intolerancia a la glucosa en ratones y humanos, con un consecuente desarrollo de la diabetes.

Ahora, Yihai Cao y su equipo buscan ampliar la investigación para analizar si otros edulcorantes artificiales, como la sucralosa y el acesulfamo K, tienen efectos similares en la insulina y la salud cardiovascular. “Los edulcorantes artificiales han penetrado en casi todo tipo de alimentos, por lo que debemos conocer el impacto a largo plazo sobre la salud”, advierte Cao.

Si bien los estudios en animales sugieren posibles riesgos, no existen pruebas concluyentes de que el aspartamo tenga efectos nocivos en humanos cuando se consume en niveles permitidos.En lugar de depender únicamente de edulcorantes o azúcar refinado, los nutricionistas sugieren optar por fuentes naturales de dulzura, como la miel o los edulcorantes naturales como la stevia.

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