2 de noviembre 2024 - 00:00

Qué significa ser una persona altamente sensible y cómo gestionarlo

Las personas altamente sensibles son aquellas que nacen con un rasgo temperamental de personalidad denominado científicamente Sensibilidad de Procesamiento Sensorial (SPS).

persona sensible.webp

¿Qué significa exactamente ser altamente sensible y cómo se manifiesta en la vida cotidiana: ser una Persona Altamente Sensible (PAS) significa ser una persona que posee el rasgo de la Alta Sensibilidad (denominado científicamente como Sensitividad de Procesamiento Sensorial)? Esto implica para la persona tener un mayor nivel de sensibilidad frente a los estímulos que recibe del entorno externo (mundo exterior) e interno (cuerpo, mente) al poseer un sistema neurosensitivo más desarrollado que le permite captar más cantidad de información sutil por lo cual es mucho más perceptiva, sensitiva y reactiva a todo lo que recibe a través de sus sentidos y como consecuencia también puede estresarse con mayor facilidad y rapidez.

La alta sensibilidad no es ni una patología ni un trastorno, sino que es un rasgo temperamental de personalidad que posee entre un 15 o un 20% de la población mundial, no distingue géneros y es un rasgo con el cual se nace y se va a convivir toda la vida, por lo cual es importante que la persona que lo posee lo sepa, se autoconozca y pueda cuidarse para lograr un mayor bienestar y mejor desarrollo para su vida.

¿Cuáles son algunos de los desafíos comunes que enfrentan las personas altamente sensibles y cómo pueden superarlos?

Según la Dra. Elaine Aron, psicóloga norteamericana precursora en investigar científicamente ( a mediados de los años 90) el rasgo (diferenciándolo de la timidez y la introversión), definió un constructor de personalidad altamente sensible compuesto por 4 características que deben presentarse conjuntamente y desde el nacimiento: un procesamiento profundo de los estímulos e información sensorial que se recibe, una alta emocionalidad y empatía, una gran capacidad sensitiva para percibir sutilezas y matices del entorno, y una tendencia a sobreestimularse, saturarse y sobre activarse el sistema nervioso.

Al tratarse de un rasgo “normal” de personalidad, y no de un trastorno ni de una patología, no tiene que ser “diagnosticado” por ningún profesional de la salud mental, pero si puede ser identificado por la persona que lo posee, al auto conocerse e indagar en sí misma respecto a su forma de percibir, sentir y actuar en la vida. En el caso de los niños, esto será posible a través de la observación y análisis que puedan realizar los adultos más cercanos a partir de ciertas conductas que el niño pueda ir manifestando.

Algo de lo que puede darse en lo cotidiano sería que la persona o niño: se preocupa o analiza demasiado alguna circunstancia que otros consideran de manera más superficial; reacciona emocionalmente (para bien o para mal) de manera más intensa y empatiza mucho con el padecer ajeno; percibe y reacciona a sonidos, olores, texturas, detalles ambientales o expresiones faciales que otros no captan; y se estresa o abruma muy rápidamente ante alguna situación o cambio que experimenta, por lo cual pueden ser catalogados como exagerados, quisquillosos o complicados.

Este rasgo está presente en más de 100 especies animales y tiene un propósito muy especial que es el contribuir a la supervivencia de las especies por lo cual desde los inicios de la humanidad ha habido muchas personas altamente sensibles que han destacado en el arte, la ciencia, la espiritualidad, la escritura y en los liderazgos políticos y sociales, etc., pero también muchos de ellos han padecido las consecuencias no tan positivas del mismo.

En particular a mí me motivó mi propio proceso y búsqueda personal y profesional ya que como Persona Altamente Sensible hoy sé que nací para ser feliz y también para colaborar con mi ayuda en un propósito mayor para la humanidad, sin embargo, hace más de veinte años no lo sabía y tuve que vivir una profunda crisis existencial que me forzó a revisar y hacerme cargo de todo lo que yo percibía y sentía internamente y no había podido expresar ni desarrollar debido a múltiples condicionamientos familiares, sociales y culturales.

Además, puedo asegurar que una crisis, que nos genera sufrimiento o malestar, es siempre un punto de partida y la oportunidad que nos ofrece la vida para retomar el camino hacia nosotros mismos y a evolucionar en una mayor conciencia, plenitud y autenticidad. Y poder ser testigo y parte que ayuda y acompaña en ese “Renacer al Ser que vinimos a ser y auto desarrollarse más plenamente para darse al mundo” es un privilegio hermoso y apasionante”.

Counselor, especialista en PAS.

Dejá tu comentario

Te puede interesar