El yoga facial se está volviendo cada vez más popular como una forma natural de rejuvenecer y relajar los músculos del rostro. Esta práctica se centra en estirar y fortalecer los más de 50 músculos faciales que tenemos, lo que puede ayudar a mejorar la apariencia y salud de nuestra piel. Al incorporar ejercicios de yoga facial a nuestra rutina diaria, podemos aliviar tensiones acumuladas, depurar toxinas y mejorar la circulación en el rostro. Además, estos ejercicios son una alternativa efectiva y menos invasiva a los tratamientos químicos y cirugías plásticas.
Yoga facial: 5 ejercicios para relajar los músculos de la cara
Descubrí cómo relajar y tonificar los músculos de tu cara con una rutina diaria sencilla y disfrutá de una piel más fresca y relajada.
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A diferencia de los tratamientos más invasivos, el yoga facial permite un cuidado integral del rostro desde la comodidad del hogar. Estos ejercicios no solo promueven una apariencia más fresca y relajada, sino que también ayudan a liberar emociones bloqueadas y mejorar la salud ocular, especialmente para quienes pasan largas horas frente a las pantallas.
Qué es el yoga facial
El yoga facial es una técnica que se basa en el estiramiento y fortalecimiento de los músculos de la cara mediante una serie de ejercicios específicos. Similar a cómo el yoga tradicional trabaja el cuerpo para aumentar la flexibilidad y la fuerza, el yoga facial busca tonificar y relajar los músculos del rostro. Esta práctica puede ayudar a reducir las líneas de expresión, mejorar la textura de la piel y proporcionar una apariencia más juvenil sin recurrir a procedimientos invasivos. Además, el yoga facial ayuda a desbloquear el sistema linfático y mejorar la circulación, lo que contribuye a una piel más saludable y radiante.
5 ejercicios prácticos de yoga facial
1. Estirar
Para relajar los músculos de la cara, mové ligeramente la mandíbula y las cejas para soltarlas. Cerrá los ojos suavemente, tiralos hacia arriba sin abrirlos y contá hasta cuatro. Luego, mové la mirada lentamente hacia abajo y repetí el proceso. Hacelo tres veces. Después, repetí el ejercicio mirando a la izquierda y a la derecha, y luego de arriba a la izquierda hacia abajo a la derecha, y viceversa.
2. Fortalecer
Parpadeá rápidamente diez veces, luego siéntate con los ojos cerrados y contá lentamente hasta cinco. Repetí esta acción cinco veces. Finalizá reposando unos momentos y notá las sensaciones que surgen.
3. Enfocar
Sentate erguida con los brazos estirados frente a vos, con las manos en posición de pulgar hacia arriba. Lleva la mirada al pulgar, contá hasta cuatro y luego acercá el pulgar lentamente hacia la nariz hasta que pierdas el foco. Mantené esa posición contando hasta cuatro, y estirá el brazo nuevamente. Repetí este ejercicio cinco veces.
4. Drenaje linfático facial
Con la yema de los dedos, realizá una presión suave y dibujá pequeños círculos desde el cuello, detrás de las orejas, debajo de las mandíbulas, alrededor de la nariz, las mejillas, los ojos y finalmente en la frente. Este movimiento ayuda a drenar las toxinas acumuladas y mejora la circulación.
5. Cara bien despierta
Colocá las palmas de las manos a los costados de la cara, con los dedos anulares en los extremos de las cejas. Aplicá una suave presión hacia atrás y hacia arriba para estirar la piel del rostro. Abrí la boca como diciendo “O” y “A”, manteniendo la lengua y las mandíbulas relajadas. Respirá relajadamente durante 10 segundos y repetí entre 3 y 6 veces.
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