Abrió un pequeño taller de calzado en Guadalajara y su hijo lo transformó en un poderoso imperio que convirtió en millonaria a todas las generaciones de la familia

De taller familiar a imperio millonario: la historia de la marca jalisciense que revolucionó el calzado en México y conquistó el mundo.

Abrió un pequeño taller de calzado en Jalisco y su hijo lo transformó en un poderoso imperio que convirtió en millonaria a todas las generaciones de la familia

En pleno corazón de Guadalajara, a inicios del siglo XX, un modesto taller de calzado sembró las bases de lo que décadas más tarde se convertiría en un verdadero imperio mexicano del calzado. La visión de un joven emprendedor, heredero de un oficio tradicional, fue suficiente para transformar un negocio artesanal en una de las marcas más poderosas de Latinoamérica. Lo que comenzó con herramientas rudimentarias y unas cuantas manos laboriosas, terminó marcando generaciones enteras... y llenando los bolsillos de una familia entera.

Calzado Canadá no solo conquistó los pies de los mexicanos, también les dejó huella en el corazón. Con campañas publicitarias audaces, una red industrial monumental y una obsesión por innovar, esta empresa familiar no solo fabricó zapatos: construyó un legado que convirtió a la familia López Núñez en una de las más influyentes —y millonarias— del sector empresarial en México.

La historia de los López Núñez: la fundación de Calzado Canadá

Todo comenzó en 1909, cuando Don Aurelio López Núñez abrió un pequeño taller en Guadalajara. Su trabajo meticuloso, centrado en la reparación y confección de zapatos a la medida, rápidamente ganó fama local. Pero fue su hijo, Salvador López Chávez, quien imaginó algo más grande. En 1940, con apenas 12 empleados, fundó Calzado Canadá S.A. en la calle Pedro Loza. Su apuesta: transformar la producción artesanal en una industria moderna sin sacrificar calidad.

Con el apoyo de sus primos y una visión clara del mercado mexicano, Salvador implementó procesos industriales, organizó departamentos especializados y comenzó a diseñar modelos que captaban “lo que le gusta al mexicano”. Así nació la marca que, con pasos firmes, haría historia.

El éxito de la marca Calzado Canadá

A partir de los años 50, Calzado Canadá explotó su potencial. Introdujo estrategias comerciales disruptivas como la publicidad masiva, concursos de baile, programas de radio y productos promocionales. Su icónica participación en el programa "Barrio Latino" le abrió las puertas a mercados fuera de Jalisco, mientras su sistema de producción en banda, inspirado en la industria automotriz, revolucionaba el calzado mexicano.

En su mejor momento, producía más de 30 mil pares semanales, tenía su propio complejo industrial —el Jardín Industrial Canadá— y una red de más de 200 tiendas propias y mil concesionadas en todo el país.

Calzado Canadá en el mundo

La marca no tardó en cruzar fronteras. En 1960, llegó a Estados Unidos; en 1966 firmó un convenio con la casa francesa Charles Jourdan, y a finales de los 60 fabricó los primeros tenis Nike de la historia para los Juegos Olímpicos de México 68 y el Mundial de 1970.

Para los años 70, Calzado Canadá era una potencia mundial con más de 12 mil empleados, fábricas autosuficientes y una producción de hasta 70 mil pares diarios. Aunque en los 90 su historia comercial dio un giro con la venta a Grupo Coppel, el legado de esta marca sigue vivo como ejemplo de cómo una visión familiar puede convertirse en un emporio millonario.