Cada año, durante la Semana Santa, el Viernes Santo ocupa un lugar especial entre los fieles católicos por ser el día en que se recuerda la crucifixión y muerte de Jesucristo.
¿Por qué bañarse el Viernes Santo podría traerte una maldición?: la tradición que muchos aún temen
En algunas regiones de México, bañarse en Viernes Santo se considera riesgoso. Descubre el origen de esta misteriosa tradición.
-
Domingo de Resurrección: esta es la mejor oración para rezar hoy, 20 de abril 2025
-
El Diablo anda suelto en cuaresma: ¿qué me sucede si me desvelo en Semana Santa 2025?

¿Por qué bañarse en Viernes Santo podría traerte una maldición? La tradición que muchos aún temen
Es una fecha cargada de solemnidad, recogimiento y profunda reflexión espiritual. Sin embargo, más allá de los ritos religiosos oficiales, existen tradiciones populares que siguen vivas en muchas comunidades mexicanas.
Por qué bañarse en Viernes Santo podría traerte una maldición
Una de las tradiciones populares más curiosa —y a veces temida— es la creencia de que no se debe tocar el agua ese día. Sí, aunque parezca increíble, hay quienes evitan bañarse en Viernes Santo.
La razón detrás de esta práctica se remonta a creencias antiguas que aseguran que el agua en este día es impura, ya que no ha sido bendecida. Esta idea fue transmitida de generación en generación, especialmente en zonas rurales, como una advertencia mística: si te bañas, podrías sufrir un castigo divino o incluso... convertirte en pez.
Esta extraña transformación es uno de los mitos más populares que giran en torno al Viernes Santo. Se decía que nadar en ríos, ir a la playa o simplemente bañarse en casa podía acarrear consecuencias sobrenaturales. Aunque no existe respaldo religioso o científico para esta creencia, muchas personas la respetan por tradición o por temor a romper una regla no escrita del catolicismo popular.
Qué dice la Biblia sobre tocar agua en Viernes Santo
Cabe aclarar que la Iglesia Católica no prohíbe el uso del agua ni el aseo personal durante este día. Lo que sí promueve es vivir el Viernes Santo con un espíritu de respeto, meditación y recogimiento, alejándose de las actividades mundanas y enfocándose en el sacrificio de Cristo.
En contraste, el día siguiente, el Sábado de Gloria, se asociaba con el agua de una manera muy distinta. Durante décadas fue común arrojar cubetadas a las personas como símbolo de purificación. No obstante, esta costumbre ha sido restringida o prohibida en muchas ciudades mexicanas debido al desperdicio de agua y los problemas que generaba en el espacio público.
Así, mientras el Viernes Santo se vive con cautela y devoción, el agua se convierte en protagonista de una antigua superstición que aún persiste en la memoria colectiva mexicana. Una muestra más de cómo la fe y la tradición se entrelazan en el imaginario cultural del país.
- Temas
- Biblia
Dejá tu comentario