El Día de Muertos en México es una de las tradiciones más emblemáticas, llena de color, simbolismo y respeto hacia los seres queridos que han partido. Como parte de esta celebración, se acostumbra colocar una ofrenda o altar con fotografías, velas, flores, y alimentos que eran del gusto de los difuntos, como frutas, pan de muerto, dulces, y platillos típicos.
Por qué no debes comerte los alimentos del Día de Muertos
Descubre por qué no debes comerte los alimentos de la ofrenda del Día de Muertos.
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Aunque estos alimentos son una muestra de cariño y un símbolo de bienvenida para las almas, existe una creencia extendida de que no deben ser consumidos después de haber permanecido en la ofrenda.
La idea de no consumir estos alimentos responde tanto a razones espirituales como a motivos de salud. Si bien las ofrendas se colocan con la intención de honrar a los difuntos y de que "disfruten" de los alimentos de manera simbólica, también existen factores higiénicos y de conservación que pueden convertir estos alimentos en poco recomendables para el consumo humano después de varios días.
¿Se pueden comer los alimentos de la ofrenda?
En términos generales, los alimentos de la ofrenda del Día de Muertos no están destinados a ser consumidos por las personas una vez que han cumplido su propósito en el altar. Desde la perspectiva cultural y espiritual, se considera que los difuntos ya "han absorbido" la esencia de los alimentos, dejando únicamente su forma física. Esta es una creencia muy extendida en la tradición mexicana, donde se entiende que los muertos no consumen la comida en el sentido literal, sino que toman su "energía" o "esencia", lo que los deja carentes de sabor y nutrientes para los vivos.
Además de la creencia espiritual, existen factores prácticos que apoyan la recomendación de no consumir estos alimentos. En primer lugar, los alimentos suelen permanecer expuestos durante varios días, en algunos casos sin refrigeración, lo que facilita el crecimiento de bacterias y otros microorganismos que podrían causar problemas de salud. Frutas, panes, y platillos como mole o tamales son especialmente susceptibles a la descomposición, especialmente cuando se colocan en lugares donde el calor y la humedad pueden acelerar este proceso.
Otras razones por las que no se deben comer los alimentos de la ofrenda
Otro aspecto importante a considerar es la manipulación de los alimentos. Al ser colocados en la ofrenda, es común que varias personas los toquen al momento de armar el altar o de hacer alguna modificación durante los días de la celebración. Esto aumenta el riesgo de que los alimentos entren en contacto con bacterias o agentes contaminantes, lo que incrementa la posibilidad de una intoxicación alimentaria si alguien decide consumirlos.
Aunque no se recomienda consumir los alimentos de la ofrenda, una alternativa para evitar el desperdicio es optar por colocar elementos no perecederos o que sean representativos. Muchas personas han comenzado a usar réplicas de alimentos en plástico o cerámica, o bien, emplean frutas y panes que luego pueden ser destinados al compostaje o para alimentar a animales de granja. De esta manera, se respeta la tradición y se evita el desperdicio.
Otra opción es donar los alimentos perecederos a quienes los necesiten antes de colocarlos en el altar. En algunos lugares, las personas preparan un pequeño altar en su hogar y reservan alimentos no perecederos para donarlos después a alguna institución o a familias de escasos recursos. Esto permite que los alimentos sean consumidos antes de que se echen a perder y contribuye a una causa social.
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