Un pequeño pueblo suizo se encuentra en estado de alerta y evacuación debido a la amenaza de un posible desprendimiento de rocas desde una montaña cercana. La localidad de Brienz, ubicada en el este de Suiza, ha visto a sus habitantes empacar sus pertenencias tras la orden de evacuación emitida por las autoridades, que les da plazo hasta el fin de semana para abandonar la zona.
Alerta en un pueblo: una avalancha de rocas amenaza con sepultarlo
La situación en Brienz resalta los desafíos que enfrentan muchas comunidades en áreas propensas a desastres naturales y la importancia de la preparación y respuesta ante emergencias.
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Las autoridades locales, tras consultar con expertos en geología y riesgos naturales, decidieron que la evacuación preventiva era necesaria. Christian Gartmann, miembro del consejo de gestión de crisis del municipio de Albula, que incluye a Brienz, informó que los residentes ya estaban organizándose para salir rápidamente. Este no es un evento aislado; en mayo del año pasado, una situación similar ocurrió cuando un desprendimiento de rocas envió 2 millones de metros cúbicos de piedra ladera abajo, aunque afortunadamente no alcanzó el pueblo. Sin embargo, aún quedan 1.2 millones de metros cúbicos de roca que representan una amenaza inminente.
Gartmann comentó que la evacuación ya había comenzado y que algunos residentes mostraron descontento con la decisión. “Nadie está a favor de su propia evacuación. Les encantaría quedarse en sus casas, donde han vivido por generaciones”, expresó. Las autoridades han aconsejado a los aldeanos que lleven consigo lo esencial para estar fuera del pueblo durante un período prolongado, posiblemente hasta seis meses.
A pesar de que la evacuación no es total y se ha organizado alojamiento temporal para aproximadamente tres cuartos de los residentes, muchos se alojarán con amigos o familiares cercanos. Gartmann indicó que la principal preocupación son las rocas ya esparcidas en la ladera, y no un desprendimiento mayor. La idea de realizar una explosión controlada para mitigar el riesgo fue descartada debido al peligro que implicaría y a la cantidad significativa de explosivos requeridos.
El funcionario aseguró que un desprendimiento severo podría devastar el pueblo y mencionó que se están llevando a cabo trabajos para aliviar la presión del agua bajo la tierra que ha contribuido a desestabilizar las rocas. Este proceso de erosión ha estado ocurriendo durante miles de años.
Aunque las autoridades planean compensar a los evacuados por los costos adicionales relacionados con su partida, no se prevén pagos por daños a pertenencias personales, ya que consideran que “no es culpa de nadie” y es simplemente una cuestión dictada por la naturaleza.
La situación en Brienz resalta los desafíos que enfrentan muchas comunidades en áreas propensas a desastres naturales y la importancia de la preparación y respuesta ante emergencias.
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