25 de abril 2025 - 14:50

Amenaza nuclear: luego de la masacre que dejó 26 muertos, India y Pakistán amenazan con una guerra

El conflicto crece con el correr de los días entre países que poseen armas nucleares. A su vez, numerosas protestas se vieron en las calles de Nueva Delhi e Islamabad.

India y Pakistán amenazan con una guerra con armamento nuclear. 

India y Pakistán amenazan con una guerra con armamento nuclear. 

Una nueva oleada de tensiones sacudió este jueves las ya frágiles relaciones entre India y Pakistán, dos naciones con capacidad nuclear. La causa fue un atentado que dejó 26 muertos en la región de Cachemira administrada por India, lo que encendió alarmas sobre una posible guerra entre ambos países.

El ataque ocurrió el martes en las afueras de Pahalgam, en el sur de Cachemira, cuando un grupo armado disparó contra un grupo de turistas. Las víctimas fueron 25 ciudadanos indios y un nepalí, según confirmaron las autoridades locales. Desde entonces, las fuerzas de seguridad desplegaron operativos para localizar a los responsables.

La región de Cachemira, en disputa desde 1947, fue escenario de enfrentamientos bélicos recurrentes entre ambos países. La rapidez con la que se deterioró el vínculo bilateral elevó la tensión en cuestión de horas, tras el atentado más mortífero contra civiles en los últimos años.

La respuesta inmediata de la India

En reacción al atentado, el gobierno de India adoptó medidas severas. Ordenó la retirada de su principal representante diplomático en Pakistán y clausuró uno de los pasos fronterizos más importantes. También suspendió de forma inmediata la emisión de visas para ciudadanos paquistaníes, y exigió a los que ya se encuentran en territorio indio que salgan en un plazo de 72 horas.

Las visas que ya estaban activas perderán validez el 27 de abril, mientras que las concedidas por razones médicas caducarán el 29 de abril. Además, Nueva Delhi emitió una advertencia a sus ciudadanos: evitar viajar a Pakistán y regresar “lo antes posible” si ya se encuentran allí.

India Armas Nuclear.jpg

Otra medida clave fue la suspensión del Tratado de Aguas del Indo, firmado en 1960 con mediación del Banco Mundial, que regula el uso de seis ríos compartidos: tres asignados a India y tres a Pakistán. El pacto había resistido guerras anteriores y era considerado uno de los pocos lazos de cooperación entre ambos países.

Advertencias desde Pakistán

Por su parte, Pakistán no tardó en reaccionar. Tras una reunión del Comité de Seguridad Nacional, encabezada por el primer ministro Shehbaz Sharif, el gobierno consideró que cualquier alteración del caudal de los ríos compartidos sería “un acto de guerra”. En un comunicado oficial, calificó la decisión india como “unilateral y hostil” y negó tener vínculos con el atentado.

“Cualquier movimiento para desviar agua se enfrentará con toda la fuerza a través de todo el espectro del poder nacional”, declaró el comité. A su vez, el ministro de Defensa Khawaja Asif afirmó que “India, en lugar de una guerra total, se prepara para llevar a cabo ataques terroristas en nuestras ciudades. Estamos totalmente preparados para esa ola terrorista. Será un ojo por ojo”.

Asif también advirtió que si algún ciudadano paquistaní muere por una acción planificada por la India, “les haremos pagar un ojo de la cara”.

Pakistán rompe los acuerdos bilaterales

La respuesta de Islamabad incluyó la anulación de todos los tratados bilaterales con India, incluido el Acuerdo de Simla de 1972, firmado tras la guerra de 1971. La cancillería paquistaní afirmó que no retomará el diálogo mientras persista lo que llamó “conducta beligerante” por parte de Nueva Delhi.

Entre otras medidas, el gobierno paquistaní cerró de inmediato el cruce fronterizo de Wagah (llamado Attari del lado indio), expulsó a los asesores de defensa de la India y redujo el personal de la Alta Comisión India en Islamabad a 30 personas, con plazo hasta el 30 de abril.

También revocó todos los visados emitidos a ciudadanos indios, salvo los concedidos a peregrinos sijs, y les dio 48 horas para abandonar el país. Además, anunció que cerrará su espacio aéreo a todas las aerolíneas propiedad de India u operadas por empresas indias.

Cruce de acusaciones y amenazas

En su primera declaración pública tras el ataque, el primer ministro Narendra Modi calificó el atentado como “una afrenta directa a la seguridad nacional” y prometió justicia: “La India identificará, rastreará y castigará a cada terrorista y a quien lo respalde. Los perseguiremos hasta los confines de la Tierra”.

La cancillería india acusó a Pakistán de fomentar el terrorismo transfronterizo, y sostuvo que los responsables del ataque tenían nexos con grupos militantes asentados en su territorio. Por su parte, Islamabad rechazó esas acusaciones por considerarlas “sin pruebas”.

Desde la oficina del primer ministro Sharif, el Comité de Seguridad Nacional emitió una advertencia: “Cualquier amenaza contra la soberanía de Pakistán y la seguridad de su pueblo recibirá como respuesta medidas firmes de reciprocidad”.

El ministro Asif reforzó el mensaje: “India está librando una guerra de baja intensidad. Si intensifican la escala, estamos preparados. Para proteger nuestra tierra, no cederemos a ninguna presión internacional”.

La autoría del ataque fue reivindicada por The Resistance Front (TRF), grupo que, según India, actúa como pantalla del grupo militante Lashkar-e-Taiba (LeT), con base en Pakistán. Este último fue acusado por su participación en los atentados de Bombay en 2008, que dejaron más de 170 muertos.

Protestas en Nueva Delhi

En Nueva Delhi, manifestantes salieron a las calles tras el atentado. Frente a la Alta Comisión de Pakistán, ondearon banderas indias y exhibieron carteles con frases como “Abajo Pakistán” y “No nos doblegaremos ante el terrorismo”. La policía estableció un cordón de seguridad en torno a la sede diplomática.

Protestas India 2.jpg
Se realizaron distintas protestas en Nueva Delhi

Se realizaron distintas protestas en Nueva Delhi

En Cachemira, el ambiente se llenó de miedo. Muchos habitantes temieron una nueva ola de represión. “Conocemos el patrón. Cada vez que sucede algo así, el cachemir común termina pagando el precio”, dijo Fayaz Ahmad, docente en el distrito de Anantnag, en declaraciones a la agencia EFE.

“No tenemos nada que ver con armas ni violencia. Solo queremos criar a nuestras familias, enviar a nuestros hijos a la escuela y dormir tranquilos por la noche”, señaló.

Las autoridades desplegaron refuerzos militares, instalaron más puestos de control y realizaron registros en viviendas. Algunos ciudadanos denunciaron acoso y detenciones arbitrarias.

Residentes del valle y de otras regiones calificaron la respuesta como un castigo colectivo. Las autoridades indias responsabilizaron del ataque a una supuesta colaboración entre militantes locales y operativos paquistaníes.

Desde 1989, una insurgencia separatista causó decenas de miles de muertes en esta región que sigue siendo uno de los focos de tensión más graves del mundo.

Manifestaciones en Pakistán tras amenazas indias

A su vez, miles de personas protestaron en distintas ciudades de Pakistán el pasado jueves, incluso en sectores de Cachemira bajo control paquistaní, en rechazo a las acciones de India tras el atentado.

En Lahore, cerca del principal cruce con la India, unas 700 personas se concentraron en una manifestación organizada por un partido religioso. “Si la India quiere ir a la guerra, que lo haga abiertamente”, declaró el empresario Ajmal Baloch a la agencia AFP.

El control del agua fue otro de los reclamos centrales. “El agua es nuestro derecho y, si Dios quiere, lo recuperaremos, incluso si eso significa ir a la guerra. No vamos a retroceder”, expresó.

Protestas Pakistán.jpg
Pakistán también protestó contra India.

Pakistán también protestó contra India.

En Muzaffarabad, capital de la Cachemira administrada por Pakistán, alrededor de 300 manifestantes marcharon con pancartas. “Si la India comete el error de atacar, los cachemires pakistaníes estaremos en la primera línea. Estamos listos para morir por Pakistán”, dijo Shoukat Javed Mir, dirigente del Partido del Pueblo de Pakistán.

En Quetta, capital de Baluchistán, unas 150 personas se sumaron a las protestas para repudiar las medidas tomadas por el gobierno indio tras el ataque.

Dejá tu comentario

Te puede interesar