El Cónclave 2025, convocado para designar al nuevo líder de la Iglesia Católica, no solo reunirá la mayor cantidad de cardenales electores en la historia, sino que también exhibe una serie de datos llamativos sobre los participantes y el desarrollo del evento. Esta vez se elegirá al sucesor del papa Francisco, quien falleció el pasado 21 de abril a sus 88 años.
Cónclave para el nuevo Papa: cifras inéditas, curiosidades y detalles desconocidos del Vaticano
El cardenal más viejo, el más joven y el método de elección del nuevo Pontífice. Quiénes participan de la designación del nuevo líder católico y cómo lo hacen.
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Comienza el proceso para elegir al Papa que sucederá a Francisco.
Un total de 135 cardenales fueron confirmados como electores para este cónclave, una cifra nunca alcanzada en convocatorias anteriores. Esta cantidad marca un hito para el proceso de sucesión papal, superando todos los registros históricos de la Santa Sede.
Entre los datos curiosos, el cardenal con más edad nació en el mes de mayo. Se trata del arzobispo emérito de Madrid, Carlos Osoro Sierra, quien vio la luz en 1945 y llegará al cónclave con 79 años.
Al otro extremo de la franja etaria se encuentra el cardenal más joven: Mykola Bychok, obispo eparquial de los Santos Pedro y Pablo de Melbourne de los Ucranianos, nacido el 13 de febrero de 1980. Con 45 años, será el único elector menor de 50.
Otro dato singular lo ofrece el llamado “senador” del cónclave, el cardenal Vinko Puljic, procedente de Bosnia, arzobispo metropolitano emérito de Vrhbosna, Sarajevo, creado cardenal por Juan Pablo II en 1994.
Desde Nápoles llega el último cardenal incorporado al colegio electoral. Es Domenico Battaglia, de origen calabrés, a quien el Papa Francisco designó durante el consistorio del 7 de diciembre de 2024. Su nombre, sin embargo, fue dado a conocer tras difundirse la lista inicial de nuevas creaciones.
Cómo se realiza el cónclave
Más allá de los perfiles personales, el procedimiento del cónclave también presenta particularidades. Desde el momento de inicio, se interrumpe todo contacto con el exterior y se bloquean teléfonos, computadoras, televisores y tabletas.
Además, se emplea tecnología de avanzada para impedir filtraciones. Se realizan barridos electrónicos constantes para garantizar la confidencialidad del proceso.
Durante la elección, todos los cardenales se hospedan en la Casa de Santa Marta, que comenzó a liberar habitaciones desde el martes anterior al cónclave, con el fin de alojar cómodamente a los participantes. Las reglas son claras: no se permite votarse a sí mismo y cualquier designado puede rechazar el papado.
Uno de los símbolos más reconocibles del cónclave es la fumata, que indica el resultado de las votaciones. Sin embargo, en 1958, una lectura equivocada del color del humo , grisáceo en lugar de blanco, desató festejos anticipados en la Plaza San Pedro.
Para evitar confusiones, desde 2005 se utilizan compuestos químicos que intensifican el contraste del humo, y en caso de elección también repican las campanas.
La vestimenta del Papa
En paralelo, todo debe estar preparado para la presentación del nuevo papa, incluida su vestimenta. Desde el siglo XVIII, la familia Gamarelli, tradicional sastrería romana, confecciona tres sotanas en diferentes talles, listas para ser usadas por quien resulte elegido, cualquiera sea su complexión.
No obstante, el del papa Francisco fue el primer caso en el cual rechazó salir a saludar con toda la típica vestimenta, y rechazó desde sotanas hasta los clásicos zapatos rojos.
El nombre del Papa
El nuevo pontífice también deberá escoger un nombre papal. El más habitual fue Juan, utilizado por al menos 20 papas. Esta costumbre se remonta al siglo VI, cuando Juan II prefirió no ser conocido por su nombre original, Mercurio, por su asociación con una deidad pagana del panteón romano.
Desde entonces, esa práctica se mantuvo como parte del rito de asunción del cargo más alto del catolicismo. Este nombre es elegido por el propio Papa en asunción.
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