14 de diciembre 2024 - 21:41

De la Premier League a la presidencia de Georgia: polémica por la designación de Mijaíl Kavelashvili

El nuevo presidente del país que limita entre Europa y Asia tuvo un paso por el Manchester City, así como también por su selección nacional.

Mijaíl Kavelashvili fue elegido como nuevo presidente de Georgia.

Mijaíl Kavelashvili fue elegido como nuevo presidente de Georgia.

Reuters

Mijaíl Kavelashvili, del partido gubernamental Sueño Georgiano, fue elegido este sábado como nuevo presidente de Georgia durante una votación celebrada en el Parlamento, que fue boicoteada por la oposición. Con un sistema de votación indirecta, el exfutbolista recibió el apoyo de 224 de los 225 electores presentes, y sustituye en el cargo a la opositora (más cercana a la UE) Salomé Zurabishvili, que se niega a abandonar su puesto.

Kavelashvili, de 53 años y único candidato en la boleta, obtuvo una victoria clara. Aunque los cambios constitucionales en Georgia provocaron que el trabajo del presidente sea en gran medida ceremonial, esto significa un fortalecimiento del control del Sueño Georgiano, en lo que la oposición ha calificado como un golpe a las aspiraciones del país de ingresar a la UE y una victoria para Rusia.

El flamante presidente, exfutbolista profesional, tiene opiniones fuertemente antioccidentales y a menudo conspirativas. En discursos públicos pronunciados este año, afirmó en reiteradas ocasiones que las agencias de inteligencia occidentales están tratando de llevar a Georgia a una guerra con Rusia, que gobernó el país durante 200 años, hasta 1991.

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Arribó al Manchester City en 1996, disputó 29 partidos y convirtió cuatro goles.

Arribó al Manchester City en 1996, disputó 29 partidos y convirtió cuatro goles.

Del fútbol a la política

En lo que puede definirse como un camino poco probable hacia la presidencia, Kavelashvili surgió de las inferiores del Dinamo Tblisi como una gran promesa en 1989. Luego construyó una exitosa carrera como delantero, convirtiéndose en un jugador habitual de su equipo local antes de mudarse al club ruso Spartak Vladikavkaz en 1995.

Luego se unió al equipo inglés Manchester City durante dos temporadas, antes de jugar para varios equipos diferentes de la Superliga suiza y retirarse en 2006. Durante su carrera como jugador, acumuló 46 apariciones con la selección nacional de Georgia y marcó nueve goles.

Apenas diez años después de retirarse del mundo del fútbol, fue elegido miembro del parlamento de Georgia en 2016 por el partido Sueño Georgiano. En 2022, cofundó el movimiento político Poder Popular, aliado de dicha formación política, y conocido por su fuerte retórica antioccidental.

Fuertes manifestaciones en contra de la designación

Ante este escenario, cientos de manifestantes se congregaron frente al Parlamento antes de la votación presidencial. Algunos jugaron al fútbol en la calle y agitaron tarjetas rojas frente al edificio del Parlamento, en una referencia con características de burla a la carrera deportiva de Kavelashvili.

El manifestante Vezi Kokhodze calificó la votación como una "traición" contra lo que dijo era el deseo de los georgianos de integrarse con Occidente: "Las elecciones de hoy representan el claro deseo del sistema de devolver a Georgia a sus raíces soviéticas", afirmó.

De los 225 electores presentes, 224 votaron por Kavelashvili, que fue el único candidato nominado. Todos los partidos de la oposición vienen boicoteando el Parlamento desde las elecciones de octubre en las que los resultados oficiales dieron a Sueño Georgiano casi el 54% de los votos, pero que la oposición afirma que fueron fraudulentas.

Asimismo, Kavelashvili fue nominado para la presidencia, un cargo mayoritariamente ceremonial, el mes pasado por Bidzina Ivanishvili, un ex primer ministro multimillonario que es ampliamente visto como el líder supremo del país y que viene buscando profundizar los lazos con Rusia, que según las encuestas desaprueban muchos georgianos.

Además, el exfutbolista fue uno de los autores de una controvertida ley que exige que las organizaciones que reciben más del 20% de su financiación del extranjero se registren como “que persiguen los intereses de una potencia extranjera”, similar a una ley rusa utilizada para desacreditar a las organizaciones críticas con el gobierno.

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