Si bien el foco de la política estadounidense está puesto en las elecciones presidenciales, el 5 de noviembre también se definirá una nueva conformación del Congreso, votación que también anticipan que será cerrada.
En una elección muy cerrada, EEUU también define una nueva conformación del Congreso
Además de la presidencia, también se pondrá en juego la distribución parlamentaria, que será clave para quien quede al frente de la Casa Blanca.
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La nueva distribución parlamentaria será clave para determinar si el presidente electo podrá llevar adelante su programa o si sufrirá un estancamiento burocrático.
"Las elecciones al Congreso son tan importantes como la carrera presidencial porque el Congreso crea y aprueba las leyes que repercuten directamente en la vida de las personas", analizó Corryn Freeman, de Future Coalition, una organización que apoya a jóvenes activistas estadounidenses.
"El control del Congreso determina la dirección en temas clave como la sanidad, la educación y la política climática, que a menudo tienen un efecto más inmediato que las decisiones presidenciales", agregó.
El Capitolio se divide en la Cámara de Representantes, donde se definirán los 435 escaños, y el Senado, donde se pondrán en juego 34 de 100 bancas. Sus decisiones, además de determinar el rumbo de la política local, tienen una importancia decisiva en los asuntos mundiales, ya que fijan el presupuesto de defensa, regulan el comercio y los aranceles y asignan la ayuda exterior.
Durante su presidencia, Donald Trump, candidato republicano, no logró tener mayoría en el Congreso, lo que le impidió llevar a cabo los recortes que quería hacer en el Departamento de Estado y terminar el programa de seguro médico Obamacare. En caso de que vuelva a llegar a la Casa Blanca, podría afrontar un escenario similar.
Elecciones en Estados Unidos: panorama incierto en el Capitolio
De todas formas, al igual que en los comicios presidenciales, la disputa por los cargos legislativa será muy cerrada.
En el caso de la Cámara de Representantes, al ponerse en juego todas las bancas, cualquier cosa puede pasar. Mientras que en el Senado, es probable que ganen los republicanos por el mapa electoral que compromete a los demócratas, pese a tener la mayoría actualmente.
En noviembre habrá en juego bastantes más escaños demócratas que republicanos.
Según Corryn Freeman, es posible que los demócratas controlen la Casa Blanca, la Cámara de Representantes y el Senado, pero es un escenario improbable.
Por su parte, Keith Gaddie, profesor de Ciencias Políticas de la Texas Christian University, la Cámara Baja está al alcance de los demócratas, aunque este experto no pondría las manos en el fuego por ello.
"La realidad es que, en términos de control, puede pasar literalmente cualquier cosa", dijo en diálogo con AFP. "No lo sabremos realmente hasta que acaben las votaciones".
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