El robo al Banco de la República en Valledupar, Colombia, es uno de los asaltos más impactantes y elaborados en la historia del país. Este atraco, ocurrido el 16 de octubre de 1994, no solo conmocionó a la región del Cesar, sino que también captó la atención internacional debido a la millonaria suma sustraída y la meticulosidad con la que fue ejecutado.
Una colchonería como cómplice, 14 ladrones escondidos en un camión y un golpe de 33 millones de dólares: así fue el mayor robo de la historia de Colombia
A más de 31 años de este robo todavía no se pudieron recuperar todos los billetes robados. Enterate cómo lo planificaron.
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El robo al Banco de la República en Valledupar marcó un antes y un después en las medidas de seguridad financiera en Colombia. Tras el incidente, las instituciones bancarias reforzaron sus sistemas de seguridad, incluyendo la instalación de alarmas más sofisticadas, monitoreo continuo y revisiones más estrictas de las instalaciones.
Robo al Banco de la República en Valledupar: así fueron los preparativos
En los meses previos al robo, un grupo de delincuentes liderados por Jaime Martínez Gómez, conocido como “El Ingeniero”, planificó minuciosamente el asalto. La banda estaba compuesta por expertos en distintas disciplinas, incluidos cerrajeros, ingenieros y especialistas en explosivos. Durante semanas, el grupo estudió los movimientos de los empleados del banco, las medidas de seguridad y los sistemas de alarmas.
La estrategia principal consistió en cavar un túnel de aproximadamente 80 metros desde una casa alquilada cerca del banco hasta la bóveda principal. Este túnel, equipado con sistemas de ventilación y luz, fue una obra de ingeniería que requirió meses de trabajo silencioso y meticuloso.
Así fue el robo al Banco de la República en Valledupar
El 16 de octubre, los asaltantes ingresaron al banco a través del túnel y lograron abrir la bóveda principal utilizando herramientas especializadas. Se llevaron 24 mil millones de pesos colombianos, una cifra equivalente a más de 30 millones de dólares en ese momento. La suma sustraída representaba una de las mayores pérdidas económicas en la historia del sistema bancario colombiano.
El robo se ejecutó durante un fin de semana festivo, lo que les dio a los delincuentes suficiente tiempo para operar sin interrupciones. Cuando los empleados del banco regresaron el lunes, descubrieron el hueco en la bóveda y la falta del dinero.
Los billetes vallenatos
Después del robo, las autoridades detectaron que una parte significativa del dinero comenzó a aparecer en transacciones comunes, especialmente en negocios y comercios de la zona. Este fenómeno llevó a que se les bautizara popularmente como "billetes vallenatos". Muchos comerciantes aceptaron el dinero, conscientes de su procedencia ilícita, mientras que otros lo rechazaron por temor a ser vinculados al caso.
La Policía y la Fiscalía realizaron operativos para identificar estos billetes, especialmente porque los números de serie ya estaban registrados. Sin embargo, rastrear grandes cantidades de dinero en efectivo resultó complicado, especialmente en una época donde la digitalización de las transacciones era mínima.
Aunque parte de los billetes fue recuperada en operativos o entregas voluntarias, una porción considerable nunca se recuperó. Algunos informes indican que fueron utilizados para financiar otras actividades ilícitas, mientras que otros quedaron en manos de la población local
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