29 de septiembre 2024 - 00:00

Autos eléctricos: las automotrices bajan la velocidad de producción por el escaso nivel de ventas globales

Empresas tradicionales como Mercedes-Benz, Ford, Toyota y Audi, entre otras, postergaron los plazos que se habían fijado para llegar a una producción 100% eléctrica en 2030.

La demanda de autos eléctricos no avanza al ritmo que habían previsto las automotrices. Ahora pisan el freno en la producción.

La demanda de autos eléctricos no avanza al ritmo que habían previsto las automotrices. Ahora pisan el freno en la producción.

"Tal vez hubo demasiado optimismo en toda la industria, ahora hay una mirada más realista". La frase pertenece a Ola Källenius, CEO de la automotriz Mercedes Benz, y la formuló durante una entrevista otorgada al periódico alemán Die Zeit en febrero de este año.

Los CEO de muchas compañías del sector se sintieron representados en esas palabras que pocos se atrevían a pronunciar. Es que ese concepto fue una síntesis de la situación que atraviesa a todas las marcas tradicionales de la industria: la imposibilidad de cumplir con las promesas de llegar a la electrificación total de sus vehículos a finales de la presente década.

En el caso específico de Mercedes es llegar a 2030 en esas condiciones, como lo exige la Unión Europea. Y aunque no cerró la puerta tajantemente, explicó que la demanda del mercado todavía indica una clara preferencia de los usuarios por los motores de combustión de alta tecnología. “Estoy muy contento de que seamos flexibles: podemos construir coches de combustión altamente eficientes en la misma banda, pero también híbridos enchufables y vehículos eléctricos”, señaló.

El ejecutivo alemán estimó que los autos eléctricos van a representar en 2030 apenas el 11% del volumen de ventas de vehículos en Europa, mientras que los híbridos tendrán el 19% del mercado. El resto seguirá en manos de la demanda tradicional.

Los expertos coinciden en que uno de los principales problemas que más afecta las proyecciones originales es que se está haciendo cada vez más difícil reducir los precios de los eléctricos. Así, el universo de consumidores es actualmente más pequeño del que se proyectó.

Aunque parezca una paradoja, a medida que los planes de producción son más ambiciosos, son mayores las dificultades para bajar los costos. En esta etapa, lograr mayor escalabilidad no implica mayor eficiencia para los fabricantes.

En el fondo de esta contradicción está el problema para abastecerse con materias primas para sus baterías y motores eléctricos. La producción de esos insumos aún es limitada y la demanda de la industria se volvió creciente.

Otros problemas se relacionan con el despliegue de la infraestructura para carga de vehículos eléctricos, que parece ir a un ritmo más lento que la producción de autos. Y además, todavía deja mucho que desear entre los usuarios el tiempo que lleva recargar las baterías para lograr máxima autonomía de marcha.

Estas y otras dificultades afectan básicamente los planes de las automotrices tradicionales, que están tratando de mutar su producción de vehículos a combustión a 100% eléctricos con plazos establecidos que ahora parecen demasiado breves.

El balde agua fría que lanzó Ola Kälenius sobre los plazos de la soñada electrificación total de vehículos y la movilidad sustentable, dio un sacudón de realidad a todo el sector. Y así fue que quedaron a la vista las decisiones de otras automotrices de pisar el freno y poner en ralentí los planes ideados en momentos de frenesí.

El presidente de Toyota, Akio Toyoda, también hizo declaraciones sobre el tema en la misma línea que su par de Mercedes. Dijo que el futuro de los autos eléctricos no será tan dominante en el mediano plazo como se imaginó. Y estimó que la cuota de mercado máxima a la que pueden aspirar será del 30% para el año 2030.

Mercedes-Benz

Tal como manifestó su director general, Ola Källenius, durante la Junta General de Accionistas, la automotriz alemana subordina sus planes a “lo que exige la demanda” y por eso continuará fabricando autos híbridos y con motor de combustión más allá del plazo de 2030.

Esa atención puesta en el mensaje de los consumidores se traduce además en cuidar los resultados: en el primer trimestre de 2024 el margen de ganancias de la compañía cayó un 9%, hasta su nivel más bajo en dos años. Para revertir estos números, Mercedes-Benz dijo que planea diversificar su oferta y no depender únicamente de los modelos eléctricos.

Audi

La prestigiosa marca de los cuatro círculos ya hizo saber que piensa retrasar los planes de llegar en 2033 a la meta de producción 100% eléctrica. Su director general, Gernot Döllner, explicó de todos modos que, “si se retrasa la prohibición de venta de los vehículos con motor de combustión interna en 2035, tendremos que adaptar nuestra estrategia”.

Por el momento, Audi mantiene la idea de lanzar 10 nuevos modelos de autos eléctricos para 2026. Pero en paralelo ha concentrado esfuerzos en continuar con el desarrollo de motores de combustión y sistemas híbridos.

Ford

La estadounidense Ford también resolvió postergar su objetivo de electrificación frente a una demanda que es menor a la prevista. Por eso ya canceló el lanzamiento de una SUV eléctrica con tres filas de asientos y retrasó también la presentación de una pickup eléctrica.

Así, la inversión anual en proyectos de electrificación se redujo del 40% al 30% del presupuesto anual. Esto implica también dejar en suspenso la construcción de la planta donde iba a fabricar los vehículos postergados.

Toyota

Toyota es el mayor fabricante de vehículos del mundo. Y sus decisiones impactan en el resto de la industria. Su medida más impactante fue reducir en un tercio sus planes de producción mundial de autos eléctricos para los próximos dos años. Esto implica fabricar 1 millón de vehículos eléctricos hasta 2026. La cifra representa 500.000 autos menos que los proyectados originalmente.

Bentley

La exclusiva automotriz británica Bentley anticipó en marzo de este año que retrasará por tres años su transición a 100% de producción de vehículos eléctricos, pasando del objetivo original de 2030 a un nuevo deadline en 2033. También anunció que la llegada de su primer modelo totalmente eléctrico, inicialmente programada para 2025, también se ha aplazado hasta 2026.

Volvo

La fabricante sueca Volvo, actualmente en manos de la china Geely, comunicó formalmente que en 2030 sus ventas de modelos con tecnología híbrida suave será equivalente al 10% de su producción, la cual seguirá dependiendo fundamentalmente de motores de combustión.

La decisión incluye también modificar las previsiones de reducción de emisiones de carbono, que iban a ser del 75% en 2023. Sin embargo, ubicó esa reducción en un arco de 65% a 75%.

Jim Rowan, director ejecutivo de Volvo, quiso ratificar igual el proyecto de largo plazo, aunque en sus mismas declaraciones relativizó la urgencia por cumplirlo: “Estamos firmemente convencidos de que nuestro futuro es eléctrico. Sin embargo, está claro que la transición a la electrificación no será lineal, y los clientes y los mercados se mueven a diferentes velocidades de adopción”.

Cadillac

Otra marca de lujo, Cadillac, había anunciado en 2021 que tenía planes para convertirse en una marca 100% eléctrica en 2030, en línea con las nuevas exigencias medioambientales de la Unión Europea.

Pero ahora su vicepresidente, John Roth, informó que la palabra final se ha dejado a manos de lo que demanden los usuarios y así abrió la posibilidad de seguir comercializando coches de combustión más allá del plazo previsto.

Stellantis

El grupo Stellantis integra las marcas italianas Abarth, Alfa Romeo, Fiat, Lancia, Maserati; las americanas Jeep, Chrysler, Dodge y RAM, las francesas Peugeot, Citroën, DS, así como las alemanas Opel y Vauxhall.

Recientemente concretó la presentación en Europa de Leapmotor, su marca de autos eléctricos, en sociedad con una compañía china. Pero desde un primer momento aclaró que el objetivo de llegar a una producción 100% electrificada en el grupo no es una prioridad-

"Nuestro objetivo es situarnos en una posición en la que, por un lado, podamos mostrarle al mercado que sabemos hacia dónde se mueven las cosas y que estamos muy comprometidos con el mercado de vehículos eléctricos, pero, por otro lado, tenemos la flexibilidad para ir y crecer donde está la demanda de los consumidores", indicó Natalie Knight, directora financiera del grupo.

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