Thiago Finch es un joven de 25 años que se convirtió en uno de los principales referentes del marketing digital a nivel mundial. El brasilero logró reunir un patrimonio en millones de dólares, que le permite tener una vida llena de lujos y viajes mientras trabaja de manera remota. Esto fue posible tras comenzar con una pequeña tienda de videojuegos.
De vendedor de videojuegos a millonario: quién es Thiago Finch y cuál fue su secreto
El prodigio del marketing digital logró recaudar millones de dólares en sus primeros años de carrera.
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El multimillonario es uno de los principales socios de Ticto, una plataforma de ventas online que comenzó a pensionarse entre los primeros puestos de Brasil y que planea expandirse por el resto de Latinoamérica. En esta página es dónde demuestra su talento durante los últimos años. Una de sus hitos más destacado es que logró vender más de 23 millones de dólares en productos digitales en sólo 50 días.
Millonario antes de los 25: la historia de Thiago Finch
El prodigio del marketing tuvo unos inicios humildes en el interior de la ciudad de Minas Gerais en la provincia de João Monlevade. Su infancia estuvo marcada por los pequeños negocios familiares que tenían sus padres. Ellos tenían una bicicletería y Thiago utilizó este lugar para vender videojuegos desde sus 13 años. A los 16 dejó la escuela para dedicarse a tiempo completo a su negocio.
El momento de quiebre en la vida de Finch fue cuando recibió un correo electrónico de un extranjero, que le presentaba un emprendimiento online. El joven encontró un mar de oportunidades en la red para generar dinero. A sus 19 años logró obtener su primer millón de dólares al vender únicamente cursos, libros electrónicos y servicios de infoproductos. La clave de su éxito fue su remuneración a través de la participación en los beneficios de ventas.
El multimillonario recordó sus inicios al declarar que: “Trabajé incontables años sin controlar el reloj. ¿Valió la pena? Levantarme temprano, dormir tarde y repetir el ciclo como si fuera la nueva normalidad... Esa era mi rutina”. El brasilero argumenta que su esfuerzo le permite vivir tranquilo al día de hoy, sin preocuparse en mirar su cuenta bancaria en cada compra o en cada viaje pero que su verdadero precio son las innumerables horas que le dedica a su trabajo.
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