El fallecimiento del príncipe Karim al Hussaini, conocido como el Aga Khan IV, ocurrido el 4 de febrero, no solo marcó el fin de una era para la comunidad ismaelita, sino que también planteó interrogantes sobre su sucesión y el alcance de su vasta fortuna.
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El legado del Aga Khan IV: sucesión, fortuna y un imperio global
El misterioso príncipe Karim al Hussaini murió el pasado 4 de febrero, y dejó una vasta fortuna de la que no hay incluso precisiones sobre su magnitud. ¿Cómo creó su imperio y quién será su heredero?
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A pesar de no haber ejercido dominio sobre un territorio político, el Aga Khan IV fue tratado como un jefe de Estado en sus viajes, con una influencia comparable a la de grandes monarcas.
Un sucesor designado y una fortuna incalculable
Siguiendo la tradición de la dinastía, el Aga Khan IV dejó estipulado en su testamento que su hijo mayor, el príncipe Rahim, de 53 años, sería su sucesor. Con esta decisión, se convierte en el Aga Khan V y asume el liderazgo de una comunidad que abarca 15 millones de seguidores en más de 35 países.
Sin embargo, la otra gran pregunta sigue sin respuesta: ¿cuál es la magnitud real de la fortuna del Aga Khan IV? Según estimaciones de The New York Times, su riqueza oscila entre los 1.000 y 13.000 millones de dólares, provenientes de inversiones en diversos sectores como hotelería, aviación, telecomunicaciones y cría de caballos de carrera, además de un sistema de diezmo aportado por sus seguidores.
Un imperio sin fronteras
A pesar de no haber ejercido dominio sobre un territorio político, el Aga Khan IV fue tratado como un jefe de Estado en sus viajes, con una influencia comparable a la de grandes monarcas. Su fortuna se basaba en una estructura de financiamiento compleja, encabezada por la Red de Desarrollo Aga Khan (AKDN), una organización con presencia en más de 30 países y un presupuesto anual multimillonario.
Creada en 1967, la AKDN tiene un alcance global en sectores como la salud, la educación y el desarrollo económico. Gestiona hospitales, universidades y proyectos habitacionales, lo que la ha llevado a ser comparada con la ONU por su impacto y operatividad. Además, la organización también maneja inversiones con fines de lucro, que en 2021 generaron ingresos superiores a los 4.000 millones de dólares.
Expansión y poder político
El Aga Khan IV no solo se enfocó en la filantropía y los negocios, sino que también supo ejercer una notable influencia política. En los años 70, negoció con el gobierno de Canadá la acogida de miles de musulmanes ismaelitas exiliados de Uganda. En la década del 90, invirtió en Tayikistán durante su guerra civil y en 2015 firmó un acuerdo con Portugal para establecer en Lisboa la sede de su imanato.
Un sucesor con un desafío monumental
El nuevo Aga Khan, el príncipe Rahim, asumirá formalmente el 11 de febrero en Lisboa. Educado en Suiza, Estados Unidos y España, ha trabajado durante años en la AKDN junto a sus hermanos, la princesa Zahra y el príncipe Hussain. Su liderazgo estará marcado por la continuidad de la labor de su padre, equilibrando la gestión de una fortuna multimillonaria con su papel de líder espiritual.
El príncipe Rahim enfrenta el desafío de administrar un legado económico y social complejo, manteniendo la influencia de su dinastía en un mundo cada vez más interconectado y competitivo. Mientras tanto, la fortuna exacta del Aga Khan IV sigue envuelta en el mismo misterio que ha rodeado a su dinastía durante siglos.
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