El desarrollo de la Inteligencia Artificial es una gran idea que, a medida que más y más personas nos vayamos acostumbrando y la incorporemos a nuestra vida diaria, sin dudas aparejará muchos beneficios. Por lo pronto, para los que vienen apostando por el mayor proveedor del “hardware” de estos sistema, Nvidia.
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El costo de la adopción de la Inteligencia Artificial: el sector bancario al borde de un "crack"... laboral
La aparición y la evolución de la Inteligencia Artificial -y el uso para quienes podemos aprovecharla en nuestro día a día- nos entusiasma a todos. Pero nada es gratis en este mundo, y las mejoras vienen con un costo, un costo que en pocos lugares apunta a ser tan elevado como en el sector bancario.
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El problema es que OpenAI sigue perdiendo plata. La idea del primer y mayor proveedor de un servicio de IA parecía buena: ofrecer el acceso al ChatGTP de manera gratuita, enganchar a la gente y venderles luego un servicio PRO.
Nada nuevo bajo el sol. Hace más de 40 años en “La dicha en movimiento”, Pipo Cipolatti nos despuntaba esa estrategia comercial con aquello de “El primero te lo regalan, el segundo te lo venden”… el problema es que a Sam Altman, mandamás de OpenAI, no le está funcionando y la razón es simple: la gente prefiere seguir utilizando lo que le siguen dando gratis -aunque no sea tan eficiente- que tener que pagar u$s200 por mes para acceder a OpenAI o1, o1-mini, GTP-4o y Advance Voice. Esto los “dealers” bien lo saben.
La compañía espera haber perdido unos u$s5.000 millones durante 2024, un montón de plata que no alcanza a compensar con los u$s 3.700 que ganó.
No es que en realidad el asunto les preocupe demasiado, desde su fundación los socios aportaron unos u$s20.000 y no parecen tener problemas en incrementar esta capitalización, en especial si las proyecciones de este año, ingresos por u$s1.600 millones se cumplen (para el 2029 hablan de u$s 100.000 millones -eso es lo que gano el año pasado Nestlé).
Parte de lo que está sucediendo tiene que ver con la propia estructura de la empresa, donde lo que se cobra a los usuarios no surge del clásico análisis costo-beneficios, sino de la percepción de Altman sobre cuánto están dispuestos a pagar sus usuarios por algo tan intangible como es “un cacho de inteligencia”. El cliente por encima del servicio, esto puede horrorizar a los más tradicionalistas, pero así funciona este nuevo mundo y es su principal fortaleza.
Días atrás, Altman, a quien por cuestiones más políticas que otra cosa el Consejo de Administración despidió para recontratarlo pocas horas más tarde -lo que muestra su verdadero poder- publicó una nota en su blog titulada "Reflections" conmemorando los dos años del ChatGTP que, de leerlo por encima, parecería ser casi un cuento de ciencia ficción, pero entremedio de todo deslizaba: “Creemos que en 2025 veremos los primeros agentes de IA 'unirse a la fuerza laboral' cambiando de manera material la producción de las empresas…”
En noviembre pasado, OpenAI había filtrado que se preparaba para lanzar un agente de IA bajo el nombre de “Operator” que permitía que una computadora realizara tareas complejas como escribir programas en código u organizar viajes posiblemente desde un “browser”.
¿Qué es un “agente de IA”? Conceptualmente nada complicado, apenas un programa basado en IA que puede completar tareas que requieren varios pasos sin una supervisión humana mínima. Anthropic (el programa supervisa que está pasando dentro de la computadora), Microsoft (programas para el envío de correos y manejo de los registros de empleados) y Alphabet están desarrollando sus propios agentes.
La gran diferencia es que hasta ahora los proveedores de IA venían creciendo con un modelo universal que les ha permitido “aprender” muchísimo y ahora enfocan la mira hacia cuestiones más puntuales.
Pasamos así de una Inteligencia Artificial “generativa”, donde alguien plantea un interrogante y el mecanismo usa el lenguaje humano proporcionando una respuesta en una sola interacción, a una IA “agéntica”, que analiza una mayor cantidad de datos y fuentes, desarrollando distintas estrategias para solucionar o ir solucionando de manera autónoma problemas complejos y de pasos sucesivos. Casi podríamos decir que estamos saltando de una IA “pasiva” y generalizada a una “proactiva” y especializada.
A grandes rasgos -perdón por complicar más la cosa- lo que hacen estos mecanismos para solucionar problemas es, primero “percibir” (además de las bases de datos -generales y del usuario-, pueden estar conectados a sensores e interfaces digitales que les dan la posibilidad de “reconocer” objetos y el medio”), “razonar” (en esto son más poderosos que las maquinas anteriores, pero hacen básicamente lo mismo), “actuar” (reaccionan ejecutando tareas de manera autónoma , dentro de los lineamientos que se les hayan impuesto) y finalmente “aprenden” (del medio y de su propio accionar, corrigiendo lo que haga falta y tal vez… modificando la realidad).
A fines de marzo de 2023 la gente de Goldman Sachs publicó un informe estimando que en los siguientes 10 años la IA generativa destruiría unos 300 millones de puestos de trabajo en todo el mundo, apuntando que el 46% de los trabajos administrativos y el 44% de los legales (35% del trabajos financiero en los EEUU y Europa podrían ser automatizados -para la Argentina estimaron que potencialmente seria casi el 25%-.
Puede que estuvieran errados, puede que no, pero este análisis se hizo mucho antes de que surgiera siquiera la idea de la IA agéntica.
En una entrevista televisiva, en octubre de 2023, Jamie Dimon, el CEO del JPMorgan Chase, sin dar fechas, estimó que la adopción de las nuevas tecnologías, permitiría reducir la semana laboral de la próxima generación a 3,5 días.
En junio pasado el Citi dio a conocer un estudio según el cual el sector bancario es el más amenazado por las nuevas tecnologías, con el 54% de las tareas potencialmente automatizables. Según ellos, la adopción de las nuevas tecnologías significaría una ganancia de u$s170.000 millones para el sector hacia fines de 2028.
De una encuesta a 92 grandes bancos globales (con una capitalización de u$s 6,4 billones -latinos-), según la gente de Bloomberg Intelligence, el incremento en la productividad por la adopción de los nuevos programas de IA podría incrementar su ganancia (antes de impuestos) entre el 12-17% para 2027. La contracara de esto es que los recortes laborales fácilmente podrían superar las 200.000 personas en los próximos 3-5 años (los bancos, siempre prudentes hablan de una reducción neta del 3%).
Según el FDIC 1,97 millones de personas trabajan en el sistema financiero norteamericano y según el Bureau of Labour Statistics algo menos de 2,10 millones. No todos lo hacen en el sistema bancario privado (hay unos 4.470 bancos), por lo que podemos estimar que de tener razón la gente de Bloomberg, entre el 10% y el 20% de todos los trabajadores bancarios de EEUU están cerca de perder su actual trabajo.
Antes de pensar que todo esto es un sueño o una ilusión, el costo para estos 92 bancos de implementar la nueva tecnología rondaría en torno a los u$s 6.000 millones, las ganancias crecerían a u$s 120.000/175.000 millones.
En un principio se trata de los trabajos que involucran tareas rutinarias y repetitivas, lo que llamamos “back office” y “middle office” y el sector de atención al cliente. Seguramente no todos estos van a desaparecer, pero sin dudas tendrán que transformarse. En un sentido contrario, el escenario luce “hermoso” para los especialistas en “compliance”, ciberseguridad y manejo de datos.
La buena noticia es que la historia sugiere que a la larga la adopción de nuevas tecnologías ha sido beneficiosa para la humanidad y terminaron creándose mas puestos de trabajo que los que se destruyeron. La gran pregunta es si estamos - ¿está usted? - preparado para el corto/mediano plazo.
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