David Lee Edwards tiene una curiosa historia que incluye pobreza, prisión, un millonario premio de lotería y una bancarrota en tiempo récord. Fue en agosto de 2001 cuando en un golpe de suerte ganó la cuarta parte de la lotería Powerball, que entregaba un premio de 280 millones de dólares. Para el año 2006, todo su dinero ya se había ido.
Estaba preso, se hizo millonario ganando la lotería, pero lo perdió todo: la historia de David Lee Edwards
Tuvo la suerte de ganar 27 millones de dólares en 2001, pero tan sólo 5 años le bastaron para dilapidarlo.
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Lo primero que hizo Edwards después de ganar fue casarse con su novia Shawna Maddux en Malibú, California. Luego, comenzaron juntos una consecutiva cadena de gastos extravagantes entre los que se incluyeron una mansión en una urbanización privada, una docena de coches de alta gama y un jet privado. Pero estos excesos tendrían un final anterior a lo esperado.
De preso a millonario
Al salir de la cárcel, David Lee Edwards estaba desempleado y quebrado. Tuvo que pedir prestado dinero a un amigo para pagar sus cuentas y después de pagar el agua y comprarse algo para comer, con lo que le sobró compró 2 tickets de lotería. Si bien era su deseo más profundo, poco se iba a imaginar que ese acto le cambiaría completamente la vida.
Sus números fueron los ganadores, y en cuestión de días, pasó de no tener nada a contar con 27 millones de dólares a disposición. Apenas fue contactado, él y su novia declararon ante los medios que utilizarían el dinero de forma responsable. “Mucha gente está sin trabajo y no tienen nada, así que no voy a aceptar este dinero para conseguir autos caros y mansiones, quiero recibirlo con humildad e intentar convertirlo en un buen futuro para mí y para mi esposa” confesó.
Cómo perdió su fortuna David Lee Edwards
Muy poco tuvo que ver lo que Edwards dijo con lo que terminó haciendo. Para celebrar el premio, incluso antes de recibirlo, pidió un préstamo de 200.000 dólares para realizar un viaje a Las Vegas. En apenas 5 días, tuvo que llamar a su abogado para que le envíe más dinero. En cuanto el dinero apareció en su cuenta bancaria comenzó la verdadera locura. Primero compró una mansión de 1.6 millones de dólares en un barrio privado de Palm Beach, en Florida, y una casa en el terreno de al lado, por otros 600 mil dólares.
Y no se detuvo ahí, en los primeros meses gastó 3 millones de dólares, compró un Jet Privado, 3 caballos de carrera y 2 autos carísimos, un Lamborghini Diablo de 200 mil dólares y un Dodge Viper de 90 mil dólares. En tan sólo 1 año ya llevaba gastados 12 millones de dólares.
Después de los autos y las propiedades empezó a gastar en joyas y electrodomésticos. Compró un reloj de oro de diamantes incrustados, un anillo y un enorme televisor con pantalla de plasma por 78 mil, 159 mil y 30 mil dólares, respectivamente. Además, volvió a consumir drogas, con lo cual buena parte de su fortuna se fue en distintas sustancias psicoactivas para él, su esposa y sus amigos.
Para 2006, Edwards y Maddux estaban en la ruina y viviendo en un cobertizo de almacenamiento, cubierto de heces humanas, según se informó en ese momento. Maddux pronto se fue y volvió a casarse. Ella y su nuevo esposo eventualmente sacaron a Edwards de ahí para buscarle un espacio para él en un albergue. Edwards murió a los 58 años, en el 2013. Al final de su vida, había gastado todas las ganancias e incluso debía miles de dólares a otros.
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