Desde que el Gobierno eliminó las restricciones a las importaciones, muchas empresas pudieron volver a planificar su crecimiento con más previsibilidad. En el sector de los textiles para el hogar, una de las compañías que más supo aprovechar esta nueva etapa es Kavanagh, la firma liderada por Sebastián Filcman. "La apertura del comercio exterior nos dio estabilidad. Saber cuáles son las reglas del juego nos permite enfocarnos en ser mejores empresarios y en tener mejores productos", explica el fundador y CEO de la compañía, que desde hace más de una década abastece a distribuidores y comercios de todo el país con sábanas, acolchados, frazadas y toallería.
Kavanagh apuesta a la calidad y el diseño para liderar el mercado de textiles para el hogar
Con un crecimiento del 40% en unidades importadas, la empresa liderada por Sebastián Filcman se enfoca en la diferenciación, la innovación y la eficiencia.
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Sebastián Filcman tiene una larga trayectoria en el sector y es el CEO y fundador de Kavanagh.
El crecimiento de Kavanagh se apoya en una estrategia clara: diferenciación, desarrollo de productos propios y un enfoque en la eficiencia. "Nosotros no somos importadores que compran lo que encuentran. Diseñamos cada línea de productos desde cero, eligiendo las materias primas y combinándolas de la mejor manera para el mercado argentino", cuenta Filcman, que viaja dos veces al año a China para trabajar directamente con los fabricantes y asegurarse de que cada producto cumpla con los estándares de la empresa. Además, una vez al año visita Europa para analizar tendencias y adaptar su portfolio a las demandas del consumidor local.
Lo cierto es que la mayor apertura comercial también fue un desafío para la compañía: "Hoy hay muchos más competidores, algunos que traen productos sin diferenciación ni estándares de calidad", advierte el empresario. "Nosotros apostamos a la construcción de marca y a ofrecer productos que combinen calidad, diseño y buen precio". Esa estrategia es la que le permitió a Kavanagh expandirse incluso en un contexto de caída del consumo. "Este año estamos importando un 40% más en unidades que el año pasado", señala Filcman, y aunque reconoce que la mayor competencia redujo los márgenes de ganancia, sostiene que el crecimiento en volumen y la optimización de los costos compensan el impacto. "Hoy nuestro foco está en hacer la empresa lo más eficiente posible. Desde la administración hasta la logística, todo tiene que estar optimizado", enfatiza.
Otra cuestión clave es que en los últimos años, el mercado de los textiles para el hogar se transformó. Filcman explica que desde la pandemia hubo un cambio en el consumo: "La gente pasa más tiempo en su casa y busca mayor confort. Ya no es lo mismo cualquier sábana o acolchado: hay una búsqueda de calidad y diseño". Esto se tradujo en un incremento de la demanda de productos decorativos, con un fuerte foco en la estética y la experiencia sensorial. "Queremos que nuestros productos transmitan la sensación de estar en una cama de hotel. Que cuando una persona se acueste, sienta que está en un lugar de descanso de calidad", describe.
Con ese objetivo en mente, la empresa lanzará en el segundo semestre de 2025 una nueva colección de sábanas 100% algodón y una línea de toallería de alta gama. "Nuestro gran desafío es seguir ampliando el portfolio sin perder nuestra identidad. La calidad del producto para nosotros no es negociable. Si hay algún producto que no da los costos porque queda muy alto el precio para el mercado argentino, prefiero no traerlo. Pero no voy a buscar economizar demasiado si eso significa sacrificar calidad", asegura Filcman.
Respecto a su operatoria, la marca trabaja con una red de más de 250 clientes mayoristas, que incluyen distribuidores, negocios de blanquería y vendedores online. "Nuestra relación con los clientes es clave. Trabajamos muy pegados a ellos, entendiendo sus necesidades y ayudándolos a vender mejor", destaca el empresario. A diferencia de otros jugadores del mercado, Kavanagh no vende al consumidor final, pero su estrategia apunta a que el público reconozca sus productos. "Uno de nuestros grandes desafíos es comunicar nuestra marca en un esquema B2B. Queremos que el consumidor final vea un producto Kavanagh y sepa que es de calidad", sostiene.
Además de su equipo en Argentina, la compañía tiene personal en China dedicado a supervisar la producción y mantener una relación fluida con los fabricantes. "China cambió muchísimo en términos de calidad y tecnología. Hay que entender que hoy muchas de las marcas globales fabrican allá porque encuentran no solo costos competitivos, sino también altos estándares de producción", explica Filcman. En su experiencia, establecer relaciones comerciales en el país asiático requiere tiempo y confianza. "No se trata solo de elegir un proveedor. Hay que conocer el mercado, desarrollar lazos y garantizar que cada producto cumpla con nuestras expectativas y las de nuestros clientes", afirma.
En cuanto al rumbo económico del país, Filcman se muestra optimista. "Acompañamos las medidas del gobierno para reducir impuestos y bajar el costo país. Esto es fundamental para seguir siendo competitivos y trasladar mejores precios al consumidor", señala. En su análisis, la clave del éxito para las PyMEs en este nuevo escenario es la adaptación: "Las empresas que no se adapten a la nueva realidad y que no sean eficientes van a tener problemas económicos y financieros".
Finalmente, con planes de expansión y nuevos lanzamientos en el horizonte, Kavanagh busca seguir consolidando su posición en el mercado. "Nosotros apostamos a la calidad, la eficiencia y la innovación. Sabemos que hay mucha competencia, pero también sabemos que el consumidor cada vez valora más los productos bien hechos. Y ahí es donde queremos seguir marcando la diferencia", concluye Filcman.
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