28 de marzo 2025 - 17:09

Los mejores economistas de Argentina y el mundo, ¿cuánto ganan?

Así como la capacidad de un arquitecto debiera evaluarse por las bondades de su vivienda, la fortuna lograda debiera ser la medida de los economistas. Seguramente la cosa no es tan así, después de todo no es raro aquello de “en casa de herrero cuchillo de palo”, pero sin dudas la riqueza personal es una buena medida de la calidad de los economistas, sea en Argentina o en el resto del mundo.

A pesar de posicionarse en la “Torre de Marfil” de la academia, el vil metal es lo que mueve a los Economistas y la mejor medida de su éxito profesional. Veamos quienes son los economistas más ricos de la Argentina y el mundo.

A pesar de posicionarse en la “Torre de Marfil” de la academia, el vil metal es lo que mueve a los Economistas y la mejor medida de su éxito profesional. Veamos quienes son los economistas más ricos de la Argentina y el mundo.

La reina de las ciencias sociales

La realidad es que Paul Samuelson nunca escribió aquello de que “La economía es la reina de las ciencias sociales”, aunque ya en el capítulo I de la primera edición de “Economics” en 1948, pág VII., apuntaba: “La economía ha alcanzado un estatus entre las ciencias sociales no diferente al que la física tiene entre las ciencias naturales”.

No lo escribió, pero según Robert Solow y otros, más de una vez apeló a la analogía en sus charlas y clases, quedando íntimamente ligado a la idea tras su obituario del New York Times en 2009. Para Auguste Comte (1845) y Max Webber (1922) la Sociología se colocaría en el pináculo, pero para Samuelson la mezcla del estudio del comportamiento humano y las matemáticas que conllevaba la economía (su “lenguaje natural”), la hacía superior.

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Paul Samuelson y Milton Friedman. Los dos últimos titanes de la economía. Su rivalidad forjo la imagen actual de lo que es hoy un economista.

Paul Samuelson y Milton Friedman. Los dos últimos titanes de la economía. Su rivalidad forjo la imagen actual de lo que es hoy un economista.

La contracara de Samuelson, el primer economista norteamericano en ser galardonado con un premio Nobel en 1970 (el primero, en 1969 a Ragnar Frisch -noruego- y Jan Tinbergen -holandés-), fue Milton Friedman, Nobel 1976. Ambos salidos de la Universidad de Chicago -se llevaban menos de 3 años-, mientras el neo-Keynesiano presentaba la cara académica, el Monetarista la carismática.

Con 19 ediciones, más de 4 millones de copias vendidas tan solo en los EE.UU. y traducido a unos 41 idiomas -si dejamos a Adam Smith y Carl Marx de lado-, el “Economics” de Samuelson es el texto económico más vendido en la historia, y casi todos los de la profesión que tenemos más de 45 años lo hemos tenido que estudiar y guardamos alguna copia. Aunque es más un texto de divulgación popular que un libro académico, el “Free to Chooose: A Personal Statement” de Friedman, traducido a 17 idiomas, vendió en sus cerca de 28 ediciones poco más de 1 millón de copias en Ingles.

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Samuelson no era un hombre religioso, pero de igual manera postuló la idea que la economía era superior a todas las otras ciencias sociales.

Samuelson no era un hombre religioso, pero de igual manera postuló la idea que la economía era superior a todas las otras ciencias sociales.

Esta diferencia en lo editorial también se dio en su faz económica. A su muerte en 2006, el monetarista había acumulado una fortuna de u$s3-6 millones mientras, al partir tres años más tarde el “Keynesiano de Café” (como gustaba definirse) detentaba entre u$s10-20 millones.

La realidad es que nunca fueron amigos y si bien de manera pública parecían respetarse en general Samuelson, quien provenía de una clase media judía ascendente, siempre trató mejor a Friedman que Friedman -un huérfano de padre que tuvo que trabajar desde joven- a Samuelson y más de una vez deslizó cierta envidia por su colega.

El enfrentamiento intelectual que mantuvieron durante más de seis décadas estos dos “titanes de la economía” (nadie pisa hoy siquiera su sombra), en el que fueron proverbiales sus columnas en Newsweek de 1966 a 1984, estableció las figuras de eso que hoy llamamos un “Economista”.

Es el dinero, ¡estúpido!

La dicotomía Samuleson-Friedman puede dar la idea que son el conocimiento puro o la fama lo que más impulsaría a los estudiantes de economía, pero la realidad es que las razones son incontables, tantas como quienes lo hacen (de hecho, quien esto escribe terminó haciéndolo por una serie de casualidades).

Como ciencia, la economía deja mucho que desear -no voy a hacer aquí una crítica puntual a la idea de la economía como ciencia-, pero es gracias a la estrecha relación con las matemáticas que apuntó Samuelson y que se gestó primordialmente en la segunda mitad del siglo pasado, que dentro de las “ciencias sociales” la Economía es vista hoy como algo más riguroso que la psicología, las ciencias políticas, la sociología y la antropología, aunque muy por debajo de la física, la química, la astronomía, la biología/medicina y la geología (ciencias duras).

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Doscientos años atrás era una profesión que no existía. Hoy es entre las ciencias sociales la que más interés despierta en el público, pero es la situación económica, no los economistas lo que despierta este interes (menciones de la palabra Economista en el New York Times, promedio de tres días)

Doscientos años atrás era una profesión que no existía. Hoy es entre las ciencias sociales la que más interés despierta en el público, pero es la situación económica, no los economistas lo que despierta este interes (menciones de la palabra Economista en el New York Times, promedio de tres días)

Sin embargo, todos conocemos casos de médicos que han atendido pacientes sin cobrar un peso; físicos, químicos y escritores a los que poco y nada les importa el dinero; arquitectos e ingenieros que donan su trabajo en tareas humanitarias; lo que cuesta imaginarnos es economistas que trabajen por “amor al arte” (es una ironía de extraño gusto, que el Dia del Economista conmemore la asunción como Primer Secretario del Consulado de Buenos Aires a Manuel Belgrano, quien murió inmensamente pobre y lo dio todo por la patria).

Esto, que no es más que algo anecdótico, sugiere que al menos para el “saber popular” no es el “conocimiento puro” lo que más impulsa a los economistas…

No existe ninguna encuesta definitiva, pero en general el interés de los estudiantes pre-universitarios por la economía parece vincularse a su deseo de ahorrar, evitar deudas y por encima de todo… hacer dinero.

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Con mucho menos rigor que otras carreras, Economía y Finanzas están entre las profesiones que más dinero pagan. Esto es la base del atractivo que tiene para muchos

Con mucho menos rigor que otras carreras, Economía y Finanzas están entre las profesiones que más dinero pagan. Esto es la base del atractivo que tiene para muchos

Para cuando entran a la universidad los pocos estudios que se han realizado (de la American Economic Association, Reserva Federal de Australia, INTUIT, Texas Tech, NEFE, etc) dejan entrever que lo que más los motiva es el prestigio social, la capacidad de acceder a ciertas elites y de influenciar en la política que da el ser “Economista” (10-15%); su curiosidad intelectual, por la comprensión que da la economía del mundo, de los mercados, el comportamiento humano y las políticas (20-35%) y el atractivo de proporcionar las habilidades analíticas para resolver problemas e interpretar datos (30-60%) y, tanto o más relevante, que se trata de trabajos muy bien remunerados, ya sea en finanzas, consultoría o el gobierno (40-50%).

Incluso no es raro que los recién recibidos que atraviesan por una etapa macro, donde la curiosidad y el impacto social suele ser lo que más los motivas, viren más tarde hacia las finanzas, privilegiando el interés personal por ganar dinero (la contraria es mucho más infrecuente).

Esto no es par nada disparatado. La FED de Nueva York mantiene una página en la que reporta los ingresos medios en los EEUU por especialización. Al mes pasado el salario medio de los economistas y graduados en finanzas, al inicio de su carrera (entre 22 y 27 años) era de u$s70.000 anuales, lo que trepaba a u$s110.000 hacia la mitad (entre 35 y 45 años). La tasa de desempleo era de 4,9% y la de subempleo de 31,5%. Solo 10 carreras entre las 74 que se analizan ganan más dinero.

Quienes se dedican a alguna de las especializaciones en Negocios (Business) arrancan con u$s60.000, alcanzando u$s90.000 a la mitad de su carrera laboral, y si bien la tasa de desocupación en menor que la de los Economistas, 3,7%, la de subocupación es mucho mayor, 52,8%.

Los economistas más ricos

Básicamente el trabajo del economista es prever acertadamente la realidad y actuar ante ella. Desde ya que, si quiere aprovechar personalmente el fruto de su trabajo y lucrar con ello o no, es una cuestión personal… aunque no parecería ser demasiado racional que no lo hicieran.

Como mencione más arriba nadie pisa hoy los talones de los dos últimos titanes de la economía, Samuelson y Friedman, que a su vez ni se acercaron a los gigantes que les precedieron, Keynes, Fisher, Pigou, Marshall, Marx, Smith (perdón por dejar a tantos de lado).

Esto no significa que hoy no tengamos algunas figuras relevantes: Paul Krugman, Joseph Stiglitz, Robert Shiller, Thomas Piketty, Esther Duflo, Abhijit Banerjee, Daron Acemoglou, Gregory Mankiw, Kenneth Rogoff, Tyler Cowen, etc.

La fortuna de Shiller se estima en u$s15-25 millones, Stiglitz u$s10-20 millones, Krugman, Piketty y Mankiw u$s5-10 millones, Acemoglu y Rogoff u$d 4-8 millones, Duflo y Banerjee u$s3-7 millones, Cowen u$s3-6 millones.

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A pesar de la insistencia en definir a Keynes como un “socialista”, supo hacer dos fortunas operando en bolsa, muy superior a la de sus críticos monetaristas y libertarios.

A pesar de la insistencia en definir a Keynes como un “socialista”, supo hacer dos fortunas operando en bolsa, muy superior a la de sus críticos monetaristas y libertarios.

Frente a esto, John Maynard Keynes que casi quiebra con el crack de 1929 dejó una fortuna que podemos valuar hoy en cerca u$s40-50 millones (ajustada por PBI e inflación), Paul Samuelson u$s14-30 millones, Adam Smith u$s10-20 millones, Milton Friedman,u$s8-16 millones, Ludwig von Mieses u$s3-7 millones, Cecil Pigou u$s2-5 millones, Friederich Hayek u$s2-5 millones; Alfred Marshall e Irving Fisher u$s1-2 millones (había alcanzado u$s17 millones, pero no se recuperó nunca del crack del 29, Carl Marx entre magros u$s10,000 y 20,000.

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El 15 de octubre de 1929, ante la Asociación de Agentes de Compra, el economista más prestigioso del mundo, Irving Fisher -por entonces Keynes era casi un marginal-, anunció que los precios de las acciones habían alcanzado “lo que parece como un piso alto permanente” y que “espero ver el mercado bursátil mucho más arriba de lo que está hoy en unos pocos meses”. El 29 sobrevino el “Crack” y Fisher (y muchos otros) perdió casi toda su fortuna

El 15 de octubre de 1929, ante la Asociación de Agentes de Compra, el economista más prestigioso del mundo, Irving Fisher -por entonces Keynes era casi un marginal-, anunció que los precios de las acciones habían alcanzado “lo que parece como un piso alto permanente” y que “espero ver el mercado bursátil mucho más arriba de lo que está hoy en unos pocos meses”. El 29 sobrevino el “Crack” y Fisher (y muchos otros) perdió casi toda su fortuna

Estos números sugieren que a partir del siglo XX, y más en las últimas décadas, los economistas han pasado a realizar fortunas mucho mas significativas que las que alcanzaron sus predecesores.

¿Y por casa como andamos?

La realidad es que sobre esto de economistas que se hacen millonarios con su profesión -i.e. el dinero es su principal motivación-, los argentinos sabemos bastante

El problema es que, más allá de la falta de información fiable, este es un tema espinoso y de cierto riesgo -al menos un riesgo intelectual-.

Para hacer algo medianamente honesto deberíamos contabilizar a precios de mercado una serie de bienes locales y en el extranjero que, en más de un caso, algunos de los involucrados usufructúan, pero no declaran como propios.

Si afinamos más el lápiz, a esto deberíamos agregar una serie de propiedades a nombre de los conjugues, hijos y sociedades varias, que no parecieran tener una capacidad económica relevante. Tenemos además el problema que algunos de ellos, los menos, han heredado parte de su fortuna. Entonces: tirar números es imposible y peligroso.

Lo menos arriesgado es directamente volcarnos por entero a la subjetividad y jugando con las trayectoria profesionales, algunos ingresos que han reportado y el contexto económico argentino, armar un ranking en función de la percepción que surge de cada uno y así el lector juzgue y arme su propio ranking.

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Una observación para evitar malentendidos: los números que acompañan son números índices estimados y revisados, que en nada pretenden reflejar la situación patrimonial de los mencionados, así que por favor, que nadie se enoje (que esto es solo un mal juego -¿serán sospechosas tantos “caveats”?-).

Conclusión: más allá de que su nivel intelectual está varios escalones debajo, no pareciera que se puede decir que la “crème de la crème” de los economistas locales, luzcan paupérrimos frente a los mejores del mundo (un mal pensado podría incluso suponer que son “demasiado ricos”).

Lo curioso es que, por ejemplo, los Premio Nobel suelen cobrar por sus charlas entre u$s50.000 y u$s100.000, mientras los “genios” locales van entre u$s5.000 y u$s50.000 y mientras por tenerlos en su nómina las principales universidades del país del norte les pagan como profesores entre u$s 300.000 y u$s500.000 al año y acá hablamos de entre u$s10.000 y u$s50.000.

Una profesión en retroceso

Sin los “Gigantes Económicos” del pasado, hoy es gente del mundo de los negocios como Elon Musk, Warren Buffett o Marcos Galperín quienes son los íconos de los jóvenes. La percepción es entonces que la fama y la fortuna pasa por los Negocios/Business y la Economía se ha convertido en un nicho de los académicos.

Ya de antes, pero especialmente desde la crisis 2008, que demostró la inutilidad de los Economistas para salvarnos de lo importante (entre nosotros, ningún economista pudo predecir las crisis 2001 y 2009) la carrera de Economía viene perdiendo adherentes, mientras las relacionadas a negocios han explotado.

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El vuelco de los estudiantes hacia las carreras de Negocios en desmedro de la Economía es un fenómeno que se esta dando en todo el mundo (encuesta Banco Central de Australia)

El vuelco de los estudiantes hacia las carreras de Negocios en desmedro de la Economía es un fenómeno que se esta dando en todo el mundo (encuesta Banco Central de Australia)

Entre el año 2000 y el 2020 el número de graduados en Economía bajó del 2% de todos los universitarios norteamericanos a 1.5%, disminuyendo 15% entre 2010 y 2022. Frente a esto, el de los que siguieron Negocios/Business creció de 20% a 25%, sumando 20% desde 2010.

Primero tenemos la cuestión económica, la demanda en ciertas especializaciones de Negocios (administradores financieros o de marketing) es mayor y arrancan ganando más dinero que los Economistas.

Después tenemos un escollo practico. El 40% de los estudiantes secundarios evitan Economía por los requerimientos matemáticos de la carrera, mientras solo el 15% tienen ese problema con Negocios. Lo que es peor, han aparecido una serie de carreras muchos más atractivas para los que gustan de las matemáticas y se interesan por el análisis de las ciencias sociales: psicología del comportamiento, análisis de data, computación, etc., carreras que muestran un crecimiento del 50% desde 2010.

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La Economía se está convirtiendo cada vez más en una especialización para menos: hombres, de clase alta y media alta que viven en los centros urbanos (encuesta Banco Central de Australia).

La Economía se está convirtiendo cada vez más en una especialización para menos: hombres, de clase alta y media alta que viven en los centros urbanos (encuesta Banco Central de Australia).

La actividad de los economistas, es vista mayoritariamente como algo abstracto que requiere conocimientos avanzados de matemática, se orienta a la academia, el gobierno o especializaciones que requieren más estudios y frecuentemente conlleva un sesgo político.

Negocios en cambio, es apolítico y apunta a cuestiones prácticas y reales, orientadas directamente al mundo corporativo, lo que abre la puerta al universo de las stratups y las nuevas tecnologías.

¿Nos quedaremos sin economistas? El tiempo lo dirá.

¿Pero quién es el mejor economista?

En el libro I de Política, sección 1259ª, Aristóteles relata como alrededor del año 600 A.C. el filósofo Thales de Mileto era burlado por su pobreza. Conocedor de la astronomía sabía que la próxima cosecha de aceitunas seria extraordinaria, así que pidió prestado una pequeña suma de dinero con la cual alquilo todas las prensas de aceitunas de la isla a muy bajo precio, ya que estaba fuera de temporada.

Cuando llego la época de la recolección, la demanda de las maquinas explotó y Thales se hizo de una fortuna, “probando así que es fácil para los filósofos ser ricos si lo desean, pero esto no es lo que les importa”.

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La anécdota de Thales y las prensas de aceitunas puede utilizarse para muchas ejemplificaciones. Por lo pronto grafica la relación entre los que entienden el mundo y la capacidad de hacer dinero

La anécdota de Thales y las prensas de aceitunas puede utilizarse para muchas ejemplificaciones. Por lo pronto grafica la relación entre los que entienden el mundo y la capacidad de hacer dinero

Aristóteles vio esto como ejemplo de los beneficios de las prácticas monopólicas, mientras para los economistas modernos este es tradicionalmente el primer ejemplo de un “contrato de opción de compra” (la realidad es que esta práctica era mucho más habitual desde varios siglos antes en la Mesopotamia).

Así como Thales -a quien el dinero no le preocupaba demasiado- habría demostrado que su gran comprensión del universo le permitía hacerse de una fortuna, si dejamos de lado el factor suerte y los actos deshonestos, la cantidad de dinero que logre un economista -cuyo objetivo principal es “hacer plata”- es la mejor prueba de su capacidad de entender el mundo, es decir de cuan buen economista es.

Así, mientras podríamos decir que Carl Marx se llevaría entonces el puesto como el peor economista de la historia -y Axel Kicillof entre los Argentinos vivos-, el puesto del mejor economista de la historia le cae entonces a…

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No es que a la gente le importe demasiado, pero la rivalidad entre Keynes y Hayek ha sido el motor de la economía mundial desde la primera mitad del siglo pasado. Si algo los unía, es su respeto por Ricardo.

No es que a la gente le importe demasiado, pero la rivalidad entre Keynes y Hayek ha sido el motor de la economía mundial desde la primera mitad del siglo pasado. Si algo los unía, es su respeto por Ricardo.

Según Carl Marx “David Ricardo es el economista que más que ningún otro ha avanzado nuestro entendimiento de las leyes de la producción burguesa” (Das Kapital, VolI. Cap.I); para Keynes, “Ricardo fue el mas grande de los economistas clásicos” (Essays in Biography, 1933, pág. 95); Friedman fue menos explicito, pero claramente lo admiraba, apelando a la crítica Ricaridna para presentar su visión sobre la estabilidad monetaria (A Monetary History…, 1963, Cap.2) y lo define de “ingenioso” y un “punto crucial para el libre comercio” (Free to Choose, 1980, pág. 39). Von Mieses lo llama “Una de las visiones mas brillantes en la historia de la Economía” (Human Action, Cap.8).

Si bien Keynes es sin dudas el economista que Paul Samuelson más admiró y ubica a Adam Smith como el “padre de la economía” -desconociendo el aporte de la Escuela de Salamanca unos siglos antes-, según él David Ricardo fue “el economista más distinguido de principios del siglo XIX” por “su riguroso sistema deductivo” (Economics, 1976, pág. 547), citándolo entre 50-60 veces y dedicándole entre 50 y 100 páginas en las distintas ediciones de su obra magna (solo Keynes recibe más atención, con 70-100 citas en 100-150+ paginas).

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David Ricardo, retrato de 1821 por Thomas Phillips. Desheredado por casarse con una cristiana, es el economista mas respetado y más rico de la historia.

David Ricardo, retrato de 1821 por Thomas Phillips. Desheredado por casarse con una cristiana, es el economista mas respetado y más rico de la historia.

El aporte intelectual de Ricardo a la economía es indiscutible, ningún otro economista concita tanta admiración entre todas las corrientes del pensamiento económico que le siguieron. Si a esto sumamos que al morir dejó una fortuna valuado a dólares de hoy en u$s100-150 millones, reflejo que supo comprender y aprovechar su era como ningún otro economista, se entiende que muchos lo consideren el mejor economista en la historia del mundo.

¿Cómo logró ganar tanto dinero? Esa es otra historia.

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