Molino Cañuelas, una de las principales empresas alimenticias de Argentina, anunció haber alcanzado las mayorías necesarias para la aprobación de su propuesta concursal en el marco de su proceso de reestructuración financiera. Con un respaldo del 89,07% de los acreedores quirografarios, la compañía logró un acuerdo clave para reestructurar una deuda de u$s1.290 millones, marcando un paso significativo en su concurso preventivo.
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Molino Cañuelas logra acuerdo clave con casi el 90% de sus acreedores y avanza en su reestructuración financiera
Desde la empresa señalaron que se aguarda que la homologación judicial se formalice próximamente. De esta manera, la empresa lograría cerrar un capítulo crítico en su historia financiera.
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El acuerdo contempla tres opciones de pago: al contado, a corto plazo y a largo plazo. La presentación de estas mayorías se realizó dentro del período de exclusividad estipulado por la ley, y ahora la compañía espera la homologación judicial que oficialice el proceso.
Este hito marca un avance significativo en la situación financiera de Molino Cañuelas, que en septiembre de 2021 había solicitado su concurso de acreedores tras enfrentar dificultades para reestructurar una deuda que inicialmente superaba los u$s1.300 millones. Según explicó la empresa en su momento, estas dificultades se debieron a la devaluación del peso argentino y a los cambios en las tasas de interés internacionales, que complicaron su estructura financiera. Además, el endeudamiento estuvo vinculado a importantes inversiones, como la compra del negocio local de harinas de Cargill por u$s736 millones y la construcción de una planta en Spegazzini, partido de Ezeiza, para alimentos congelados, que demandó más de u$s100 millones.
Lo cierto es que el default de Molino Cañuelas con bancos y entidades financieras se remonta a mediados de 2018. En aquel momento, la principal procesadora de trigo de la Argentina, se vio obligado a dar un volantazo en su estrategia financiera y de esta manera dejó atrás la posibilidad de salir a cotizar en la Bolsa local y en Nueva York. Y contrató a la firma de asesoría financiera Lazard. Luego de meses de negociaciones, ese proyecto no logró el visto bueno de todos sus acreedores. Incluso el Banco Macro le pidió formalmente la quiebra.
Entre sus principales acreedores se destacan entidades de renombre como Finance Corporation, Banco Nación, Natixis New York Bank, Cargill, Banco de la Provincia de Buenos Aires (Bapro) y BAF Latam Credit Funds NV, entre otras entidades internacionales y argentinas.
Una de las claves del default es que la empresa nunca dejó de pagarle a sus proveedores de materias primas y empleados, por lo que todas sus unidades productivas siguieron funcionando con normalidad. Incluso tampoco avanzó con la venta de activos.
En un comunicado, Molino Cañuelas destacó que este acuerdo reafirma su compromiso con empleados, clientes, proveedores, organismos gubernamentales y, especialmente, con los consumidores que han continuado confiando en sus productos. La compañía también agradeció a los acreedores por el apoyo recibido, así como a los equipos técnicos, asesores y accionistas que trabajaron intensamente para lograr este resultado.
El proceso de reestructuración financiera de Molino Cañuelas no solo busca equilibrar sus finanzas, sino también garantizar su sostenibilidad a largo plazo. Además, el acuerdo recientemente aprobado podría convertirse en un caso emblemático de cómo una empresa nacional enfrenta y supera desafíos complejos en un contexto económico adverso.
Con 20 plantas industriales en Argentina y la región, 3.500 empleados directos y más de 20 marcas líderes en el mercado, entre ellas Cañuelas, Pureza, 9 de Oro y Mamá Cocina, Molino Cañuelas se posiciona como un actor clave en la industria alimenticia.
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