Lindt & Sprüngli, la famosa chocolatera suiza, trasladará parte de su producción desde EEUU a Europa para evitar los aranceles del 25% impuestos por Canadá a productos fabricados en Estados Unidos. Esta medida busca mantener la competitividad de la marca en el mercado canadiense, clave para su estrategia.
Para esquivar aranceles, una famosa chocolatera traslada su producción fuera de EEUU
La compañía suiza reubica parte de su fabricación en Europa para sortear las barreras comerciales impuestas por Canadá; cómo afectará esta decisión a sus plantas estadounidenses.
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Trasladar la producción implica ajustes en la cadena de suministro y un aumento en los costos logísticos, ya que la distribución desde Europa a Canadá será más extensa que desde EE.UU. No obstante, la empresa estima que este cambio generará menos costos que los aranceles impuestos por el gobierno canadiense.
Para hacer la transición más eficiente, Lindt reforzó sus inventarios en Canadá con productos fabricados en EEUU antes de la aplicación de las tarifas, asegurando así la disponibilidad de su mercadería mientras se completa la reestructuración. Se espera que la transición finalice a mediados de 2025.
A pesar de este cambio en su esquema de producción, la compañía aseguró que sus operaciones en EE.UU. seguirán funcionando con normalidad y que sus planes de expansión en ese país no se verán afectados.
La disputa comercial entre Canadá y Estados Unidos: su impacto en el mercado
Los aranceles impuestos por Canadá son parte de un conflicto comercial más amplio con Estados Unidos, que comenzó con las políticas proteccionistas implementadas por la administración de Donald Trump. Como represalia, Canadá aplicó una serie de tarifas sobre productos estadounidenses, afectando diversas industrias, incluida la del chocolate.
La compañía optó por una solución que le permitirá sortear los costos adicionales sin trasladarlos directamente a los consumidores, una estrategia que podría ser replicada por otras firmas en situaciones similares. Esto pone en evidencia cómo las empresas globales deben adaptarse a un comercio en constante cambio.
La flexibilidad en la producción y distribución convirtió en un factor clave en la industria alimentaria y en muchas otras áreas del comercio internacional. Empresas como Lindt, con presencia en múltiples regiones, tienen la capacidad de ajustar su fabricación según las condiciones del mercado, evitando el impacto de restricciones comerciales y optimizando sus costos operativos.
La reestructuración de Lindt busca garantizar la continuidad del negocio en Canadá sin que los consumidores se vean afectados por el conflicto arancelario entre ambos países.
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